Cerezos

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Sinceramente y de corazón, Toshinori no pensó que las cosas iban a terminar así, de esa manera, sus intenciones solo eran recordar, pagar sus acciones, entender su vida.

Nada que alguien en su posición no haría.

Pero ahora, sentado en su habitación con voces atormentándolo sin parar, con corazón palpitando adolorido, sin duda esa no fue su idea.

Aun veía la sangre en sus muñecas, un recordatorio de lo que paso hace unos momentos. Todo esto se estaba saliendo de control, ya no podía controlarlo y no tenia idea de que hacer.

¿Qué tipo de remedio se debe buscar cuando rompes algo dentro suyo, que ni siquiera entiendes?

Había pasado semanas intentando entender como hacer que su memoria funcionase más rápido, más eficientemente. Por supuesto que ninguno de sus primeros planes funciono, su respuesta no estaba en ningún libro que conociese, ni en internet, ni en otra persona, era un caso era diferente.

No todo el mundo vivía consiente de tener otra vida y tener recuerdos bloqueados en tu propia cabeza.

Es por eso que luego de un tiempo había decidido estudiar sus propios comportamientos e historia. No había grandes resultados en un principio, su estudio constaba en recordar su actual vida con sumo detalle. Buscando alguna pista que le dijese algo.

Debía haber algo.

Tenia ese presentimiento en él, de que de alguna forma en su interior siempre supo que faltaba algo en él, siempre incompleto, con la sensación de que debía hacer algo.

Fue entonces, cuando un día estando en su jardín, se había puesto a pensar en lo hermoso que eras los cerezos de su vecindario. Había muchos y siempre decoraban con delicadeza las calles.

Desde que era niño le gustaron y siempre sentía que debía tenerlos a su alrededor.

Incluso cuando se fue a Estados Unidos a vivir, tenia ese sentimiento de apego a ellos, tanto que no pudo evitar llevar una vieja chaqueta suya con la flor en ella y comprar un cuadro de ellos para su nuevo departamento en el país.

Siempre se había dicho que era por la nostalgia que le daba haber abandonado su país de origen, pero cada vez que alguien hablaba de Japón o preguntaba sobre como fue su vida en ese lugar, esa sensación no volvía a él.

Nunca lo hizo.

Solo sucedía cuando se quedaba mirando el cuadro por más de dos minutos, ahí es donde esa nostalgia volvía, junto con otras sensaciones que nunca se tomo el tiempo necesario de explicar.

Era un sentimiento cálido e inestable, y por inestable se refería a que cada vez que lo sentía, tenia esa sensación de confusión e irritación que le llega a uno, cuando tiene una palabra en la punta de la lengua pero no logra descifrarla.

Era bastante frustrante, pero no es como si le diese la importancia del año cada vez que pasaba, eso podía sucederle a cualquiera. Sentirse raro o no poder descifrar una sensación no era el fin del mundo. Por lo que su vida solo continuo normalmente, sin ninguna intención de tirar el cuadro o su chaqueta.

Aun cuando el cuadro ya estuviese viejo o que esa chaqueta no le quedase.

"Simple y mera nostalgia Toshinori" se había dicho o incluso también se había dicho que desarrollo ese apego que todos les tenemos a cierto objeto, que si no estuviese ahí, seria raro.

Pero ahora, en su situación actual, eso podía cobrar un sentido diferente y mucho más profundo del que pensaba.

Fue ese día, que estando en su jardín que se dio cuenta que esa podía ser una de sus piezas perdidas. Era algo vago, un simple presentimiento pero era mucho mejor que no tener nada.

Leyenda de HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora