Recuerdos

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"Mi desastre no es privado" Las manos del rubio temblaban ante la carta que se encontraba inocentemente posada en su mesa.

Normalmente Toshinori, como el ser viejo que era, a penas se levantaba, iba a buscar su periódico, el cual siempre estaba frente a su puerta, mas en cuanto alzo su diario vio un sobre debajo.

Un sobre con el sello de la U.A.

Lo levanto mirando hacia todos lados paranoico. Había pasado una semana desde su descuido de quedarse dormido frente al colegio. Pensó que su error seria perdonado por algún ente divino , mas la vida, o el destino, o quien fuese, no quería que sus problemas terminasen.

"Estoy grande como para no asumir las consecuencias de mis actos" Toshinori sabia bien que debía abrirla ahora, si no, estaría pensando todo el tiempo en la carta y no podía permitirse estar distraído cuando estaba entrenando a los novatos.

No seria profesional de su parte.

Y masticando una tostada que con suerte le ayudaría a tragar su cobardía, abrió la carta. Sus ojos se movían rápido, leyendo con cuidado.

"Esto...esto no es una denuncia" Yagi no sabia que pensar realmente, el shock apoderándose de su cuerpo, releyó la carta una y otra y otra vez hasta que tuvo que cerrar sus ojos aunque sea unos minutos.

Otra cosa sin sentido.

Tenia que ser una broma, una pésima y absurda broma. Quien sea que había hecho eso no podía esperar que lo creyese, solo alguien sin sentido común lo creería. Que el director se molestase en escribirle una carta a él, un perfecto desconocido, invitándolo a tener una charla amistosa en su hora del té ¡Era algo tan incoherente que daba risa!, pero eso no era lo más absurdo de la carta, ¡No!, ¡El "director" le estaba ofreciendo un trabajo como profesor!.

"Pff...¡por favor!" Toshinori entendía que quien fuese, le quería dar una lección con esa "broma" por haberse quedado dormido en frente del colegio, haciendo que se presentase ahí y quedase como un tonto pero...era demasiado absurdo.

Y tirando la carta al tacho siguió con su rutina, ¡No había de que preocuparse!.

Quien fuese el bromista se cansaría en unos días de escribirle.

Mas las cartas siguieron llegando una tras o otra. No había ni un solo día en que un sobre de la U.A no estuviese en su puerta, todas tenían la misma letra y el mismo sello. Solo variaban un poco en el contenido, la única diferencia es que ahora la persona detrás de eso lo estaba empezando a asustar.

Quien fuese el que estaba detrás de las cartas comenzó a hablarle sobre sueños. Y algunas cosas que la persona escribía coincidían en cosas que el soñó en algún momento.

Toshinori no le había contando a absolutamente nadie sobre eso. La persona en cuestión le preguntaba acerca de escenarios y personas, si los nombres que el mencionaba en las cartas le sonaban familiares o si recordaba ciertos escenarios.

Él quería decir que no, pero cuando leía esos nombres algo en él se removía inquieto.

Y en la cuarta semana la persona le pregunto si recordaba a alguien llamado All Might. Ese día Toshinori no pudo dormir.

Aun recordaba esas voces que resonaron en su cabeza en el auto.

Entonces al día siguiendo decidido, se tomo el día libre del trabajo dirigiéndose con el corazón latiendo nervioso a la U.A. Tenia la carta doblada en el bolsillo de su gabardina por las dudas. Con suerte eso seria suficiente como para que lo dejasen pasar.

Nunca antes había estado en el colegio en la mañana...todo se veía vivo. Había una gran multitud de estudiantes dirigiéndose a la entrada, riendo y jugando entre ellos, seguramente las clases en el horario de la mañana solo estaban dirigidas a los adolescentes.

Leyenda de HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora