La presentación de un libro y una canción

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Disclaimer: Los personajes son originalmente de Craig Bartlett, no soy dueña de ellos por eso el uso de los mismo es con un fin de entretenimiento.

Sé que me tarde mucho en actualizar por ello les agradezco enormemente su paciencia y por seguir al pendiente de esta historia, les juro que pensé que ya había publicado este capítulo pero ¡oh sorpresa! no fue así.

Aquí les comparto un nuevo capítulo y la introducción de nuevos personajes. Espero sus opiniones sobre este capítulo.

Arnold veía por la ventana de la oficina que compartía con uno de sus profesores favoritos e íntimo amigo de su abuelo William, se distrajo viendo el paisaje y tarareando una canción para sí mismo, al estar en lo alto podía apreciar parte de la ciudad, suspiro sintiéndose tranquilo, había pasado ya un año desde lo sucedido con Fanny y finalmente tanto él como su novia podían ver hacia atrás sin rencores ni miedos, sonrió ante ese pensamiento, al fin eran felices de nuevo.

Escucho la cafetera trabajar, se acercó a servirse un poco de café para regresar y seguir viendo el paisaje, se perdió en la vista y fue así como lo encontró Helga.

Ella entro a la oficina en completo silencio, logrando hacer sentir celos a los gatos, colgó su abrigo, camino la poca distancia hasta la silla en donde estaba su novio, lo abrazo por el cuello logrando sorprenderlo.

-¡Hola hübsch!- le saludo ella en voz baja

-Perle, hola, lo siento no te escuche entrar- dijo un distraído Arnold

-Lo sé, esa era la idea- le beso el cuello y se sentó en su regazo -¿puedo saber qué es lo que ha capturado tu atención?- pregunto curiosa

-El paisaje de aquí, súmale el clima y me recuerda a nuestra casa de Minessota- hablo con gran nostalgia

-La casa del lago Ash... también la extraño- tras su declaración se recargo en el hombro de él

-Ya que ambos la extrañamos podríamos volver a comprarla- comento en tono optimista

-Me encantaría pero considero que es mejor así, aunque vivismos muchos buenos momentos ahí también me evoca los más dolorosos, es mejor que se quede así como un buen recuerdo- confeso

-Te entiendo, Hertz, te entiendo- la abrazo más fuerte.

La casa del lago Ash era un inmueble que habían comprado antes de entrar a la universidad, por dos años fue su refugio entre clases, antes de las fiestas se encontraban ahí para pasar un tiempo juntos, después regresarían juntos a Hillwood, era su lugar especial. Los paisajes le servían a Arnold para tomar fotos y a ella la tranquilidad le inspiraba a escribir, poco después de que la farsa de Fanny comenzara ella supo de ese lugar, se aferró a tenerlo Arnold no quería pero tampoco tenía el corazón para deshacerse de la casa, Helga en cuanto supo regreso en un viaje exprés de Oxford para venderla, el abogado se encargó de enviar la respectiva parte a cada uno, cuando el ojiverde recibió su parte sintió su corazón más roto que nunca, una parte de él entendía el porqué de la decisión de su ex novia, vender la casa le impedía a la impostora apropiarse de sus recuerdos pero también significaba que la había herido tanto como para que se deshiciera de sus recuerdos. Después de recuperar su relación poco hablaron de esa casa, pero al fin habían aclarado su decisión.

-Además supe de una buena fuente que la casa ahora es un centro artístico, dan danza y es el punto favorito del lugar para montar exposiciones fotográficas y de pintura, creo que sigue siendo un buen lugar- ella término de hablar

-Entonces sigue siendo un buen lugar- sonrió ante la noticia de saber bien aprovechado su viejo hogar

-Sí- respondió ella para acurrucarse más –podríamos comprar una propiedad aquí en Inglaterra

La piel de la memoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora