Bebé

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Disclaimer: Los personajes son originalmente de Craig Bartlett, no soy dueña de ellos por eso el uso de los mismo es con un fin de entretenimiento.

Espero que la tardanza valga la pena, aquí les dejo el nuevo capítulo espero lo disfruten.

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Sus ojos no daban crédito a lo que veía, Pookie tomaba al bebé entre sus brazos sin dejar de ver su joven nieto, quién también veía con amor al bulto entre sus brazos, aunque aún no había querido cargarla, más que nada por miedo a lastimarla.

-Sabes que es un bebé y los bebés no pueden hacerte nada, ¿verdad?- le susurro en broma su novia.

-Sí pero no es eso, no quiero lastimarla, ¿qué tal que no le agrado?- su voz era temerosa

-¿Bromeas verdad?, no hay nadie que no te quiera en este mundo, además ella busca tus brazos cuando te siente cerca- Arnold se quedó callado -Vamos cabezón, no muerde, puede que te vomite pero no te comerá - bromeó su novia.

Lentamente asintió con la cabeza y tomo a la pequeña en brazos, tenía su misma forma de la cabeza denotando el parentesco, con una mancha de cabello castaño, sus ojos tenían heterocromía, cada uno tenía el color de sus padres, lo supo porque en cuanto sintió la calidez de sus brazos los abrió y se quedó mirándolo fijamente, ahí estaba un ojo verde y el otro azul, era adorable e hipnótico ya que le daba un aire misterioso, estaba fascinado por la pequeña entre sus brazos, no había otra palabra para describirlo, nunca pensó que podría sentir tanto amor en sólo un toque.

Mientras él contemplaban a esa niña que llevaba su sangre Helga se acercó cautelosamente detrás de él, recargo su cabeza en su hombro y contempló a la bebé, estaban en una pequeña burbuja, ni siquiera Pookie pudo reventarla al tomar una foto y gritar -¡qué adorable familia!-

Flashback

Hace siete meses.

Arnold paseaba de un lado a otro en su habitación, se llevaba las manos a la cabeza y al rostro, se notaba su inquietud.

-¿Tan malo es?- pregunto Helga con la voz pequeña, ella estaba más que feliz de la noticia pero le preocupaba que su rubio novio no estuviera brincando de gozo, es verdad que a todos les cayó de sorpresa pero no por eso dejaba de ser algo bueno ¿verdad?.

-¡Es un bebé Helga!, ¡tenemos 18!- grito desesperado

-¡Oye deberías estar feliz, lleva tu sangre!- la ira de Helga estalló -¡la familia está creciendo y lo primero que haces es encerrarte a preocuparte, ¡maldición!, todavía no nace el bebé y ya sientes el peso del mundo en tus hombros!- su pecho se movía rápidamente a pesar de ya no estar gritando.

-¡Tengo miedo!, ¿feliz?- gritó mientras golpeaba la pared- claro que estoy feliz, no sabes cuanta emoción me da imaginar unos pequeños pies corriendo por la pensión, pero... ¡Dios! Se viene la universidad, la distancia... temo no poder disfrutar este momento como debería- se dejó caer en la cama.

-No eres el único con miedo Arnold, todos lo tenemos en mayor o menor medida y es de esperarse, digo un bebé es algo realmente serio, alguien que debe ser protegido, y tú mejor que nadie entinde que no sé de eso, hasta hace apenas tres años mis padres me notaron- también ella se dejó caer a su lado.

El rubio tomo su mano y la entrelazo -Al menos no estaremos solos- se acercó a abrazarla

-No, no lo estaremos- respondió ella mientras se dejaba abrazar

La piel de la memoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora