Capítulo 9

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Un brillo en la oscuridad

14 de Octubre de 2017

~En el sueño~

Estaba en el claro del bosque, frente al sauce, me fuí acercando poco a poco a él, era tan hermoso como recordaba, pero tenían un color, si cabe, mas brillante.

Di paseos relajadamente alrededor, y al empezar a sentir pesadad las piernas, me senté en la hierva, con las rodillas cerca del pecho y las manos rodeandolas, mi posición favorita.

- Valla, valla- una voz sonó a mis espaldas, sonaba fría y áspera, pude sentir un escalofrío recorrerme toda la espalda, 'es imposible' pensaba, estaba soñando, no podía sentir algo así.

Iba a abrir la boca para contestarle, pero no pude, era como si hubiera sido sellada.

- No intentes hablar, no podrías ni aunque la vida te fuera en ello

Intenté moverme pero tampoco podía, 'Este puto sueño tiene que acabar' pero tampoco creía que fuera del todo un sueño, era demasiado real, yo misma sentía como mi cuerpo pesaba, o como mis labios estaban pegados.

- Bueno señorita Elizabeth,- algo acaricio mi pelo- veo que vienes de un linaje de Cormeum Ignis, debes de estar encantada- su sarcasmo era bastante notable

- Es una pena no verte luchar, pero una eliminación a tiempo es una victoria,- sentí como algo me aprisionaba la garganta- Hasta nunca niña.

De entre los arboles vi moverse algo, pasó tan rapido a mi lado que no pude ver de que se trataba, pero si sentí como lo que me apretaba la garganta desaparecia

- DESPIERTA- grito alguien

~Fin del sueño~

Desperté con un sudor frio en la espalda, como cuando te despiertas de un sueño en el que te caes de un edificio, además que me costaba respirar bien al principio. Me levanté y traté de tranquilizarme, estaba temblando.

'Algo me está vigilando', miré hacia la ventana, a través de ella pude ver como en el bosque había un par de ojos mirandome, dos ojos rojos brillante.

Me acerqué a la ventana, esos ojos no se movieron ni un milímetro, no eran imaginaciones mías, realmente había "algo" mirandome desde el bosque.

Me puse una sudadera y salí de mi habitación, se que no es lo más coherente, salir a las tres de la mañana al linde de un bosque para buscar un par de ojos, pero sabía que no debía quedarme allí.

Bajé despacio las escaleras y una vez en la entrada giré el pomo de la puerta y la dejé entrecerrada, si la cerraba del todo tendría que coger las llaves y mi abuela, que dormía en el piso de abajo, podría oírlo.

Un aire frío corría allí, con mis pantuflas de conejito y mi sudadera negra, poco a poco me fui acercando.

Los ojos rojos me miraban fijamente quise acercarme más pero algo me frenó, un gruñido

A ambos lados mios había dos especies de lobos, pero no eran como los lobos que había visto en los documentales, estos tenían unos largos colmillos, sus ojos eran blancos y su pelaje era negro, además se apoyaban sobre sus patas traseras, llegaron a medir dos metros.

Elizabeth y los siete reinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora