9

518 61 7
                                    

El chico pelirrojo no había dejado ninguna carta... no había tenido tiempo, ella lo entendía a la perfección...

Que mal que no espero eso...
Un chico pelirrojo, con grandes alas y un gigante de cuatro brazos... ambos peleando a muerte contra un demonio que ella conocía... era uno de sus maestros... que mal que no recordara el nombre.

La chica sin poder hacer nada, veía todo de manera imponente, veía como al ser que mas amo en vida y muerte, era asesinado, como sus hermosas alas, que ella tanto admiraba, eran arrancadas, como su mejor amigo, una persona en la que confío, era asesinada sin poder hacer nada por él.

Ambos ex-reyes, Gloxinia ex-rey de las hadas y Drole ex-rey de los gigantes... ambos asesinados.

Culpa.

Dolor.

Tristeza.

Odio.

Rencor.

Venganza.

Todo eso sintió en milésimas de segundos. No se dio cuenta, ella ya estaba frente a él. Tratando de tocarlo y matarlo con sus propias manos... pero no podía... estaba muerta... no podía tocar a un ser vivo... esa era la regla...

Rota.

No pensaba con claridad, prometió protegerlo, salvarle... él había muerto... por salvar a esa princesa...
Por salvar a una diosa...

Ella solo podía sentir dolor y rencor.
Ella quería que muriera...
Que mal, que desgracia que nada de eso fuera posible...

Y que alabados sean los dioses por lo que sucedió después. Un chico de largos cabellos rojizos y ojos ámbar estaba detrás, abrazando a la chica.

Ella volteo y lo vio, ella recordo... ambos estaban muertos... ambos podían estar al fin juntos... tal vez no en vida... pero si en muerte... ¿no?...
Pero... desgraciadamente no todo puede ser así...

Para bien o para mal, algo paso dos años después. Aunque eso es historia para otro capitulo claro esta.

Un chico y una chica, una chica de dos colitas y un chico con una almohada. Ambos parados frente a tres tumbas.

Los dos recordando las historias que les contaban sus maestros. Las historias de cuando eran niños, jóvenes, de como uno se enamoro y ella se sacrifico para salvarlo.

De como su amor perduró hasta la muerte.

Unos de los chicos llevaba una carta, mientras que la otra llevaba unas flores y obsequios.
Las tumbas estaban hermosas.
Todas llenas de oro y plata, flores decorando y un lugar lleno de vida... todo eso cortesía de una joven princesa que resulto ser una diosa.

Ambos dejaron las cosas y se fueron, ninguno lloró, la guerra no había terminado... por dentro estaban destrozados... ellos no pelearían por venganza... ellos lo harían para proteger el mundo por el que ellos dieron sus vidas...

La carta, escrita por ambos, ahora amantes decía lo siguiente. La carta era corta, muy corta, pero que hizo sonreir a los tres, que ahora los cuidaban.

Gloxinia-sama, Drole-sama y Hana-sama...

Protegeremos el mundo, por el que ustedes perdieron la vida.

El capitán dijo que los traería de vuelta. Estamos seguros que lo lograra, pero hasta entonces...
Esperen..

Los tres miraban todo eso. Todos con una sonrisa.

Ellos sabían que cuando a Meliodas se le metía algo en la cabeza lo cumplía...

La chica hablo —parece... que al final... no tendremos un descanso eterno... ¿no?...

El mayor de los tres rio y Respondió — parece que tienes razón Hana-chan.

—... tenía que ser el... —pronuncio el más alto de los tres.

Ellos estallaron en risas.
Después de todo... solo tenían que esperar un poco... ¿no?

Las Cartas de un hadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora