Verde y amarillo

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Marinette llegó cansada a su casa, pero aún tenía pendientes que quería terminar, o al menos eso se dijo para mantener su mente ocupada. Entre más trabajaba, menos espacio había para pensar en cierto rubio que había vuelto a ver.

Mientras realizaba algunos bocetos sus manos solo tomaban colores que iban del verde al amarillo, solo prendas de color blanco y negro con detalles en esos colores estaban siendo plasmadas en papel. Las prendas que se le venían a la mente solo podrían ser usadas por un hombre joven. Cuando se dio cuenta que toda su inspiración estaba siendo ocupada por Adrien se permitió un respiro. Valía más sacarlo de su sistema antes de que lo dibujara a él en vez de la ropa. Y ya que veía su escritorio encontró un dibujo de un hombre bastante parecido a él, y a lo que traía puesto ese día.

Me acusarán de plagio si sigo así.

¿Qué dices Marinette?

Nada, hablaba conmigo misma, Tikki.

Oye veo que estos diseños son muy masculinos. Es extraño de ti, pero me gustan, llevan tu estilo pero de diferente manera. ¿Alguna musa en particular?

No, nada en particular.

¿Entonces no te afectó haber visto a tu primer amor?

Ya, Tikki, sé a dónde vas. Sí, está bien, tal vez solo siento un poco de nostalgia por mi vida en el colegio, ver a Adrien me hizo recordar viejos tiempos.

Ajá, tal vez solo eso. Exactamente como en los viejos tiempos volviste a ponerte nerviosa en su presencia.

¿Tanto se notó?

Un poco. Aunque considerando que ese chico también es bastante distraído, no creo que lo notara... ― susurró Tikki.

Perdón, no te escuché lo último.

No es nada, solo que ese chico ha cambiado un poco.

¿Un poco? ¿A caso no viste su pecho? Ni con esa sudadera podría ocultar los músculos que tiene ahora. Su cara se ha vuelto más masculina de ser posible y se nota que ahora tiene que rasurarse seguido.

Claro, solo un poco de nostalgia... ¿Eh? ― Marinette solo pudo soltar una risa y Tikki se le unió.

Un día más en el que se dormía tarde. Ese día había terminado rendida, trabajó más de lo usual y su mente estuvo muy activa. Fue por eso que no le sorprendió volver a soñar con Chat Noir, en medio de la noche tuvo una visión muy vívida de sus ojos verdes en la oscuridad, unos ojos que la miraban directamente y que la hacían sentir expuesta.

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Un par de paramédicos salían de prisa a revisar el auto que estaba estrellado en un gran árbol. Desde un tejado cercano, Chat Noir veía la escena, al ver que posiblemente solo era un accidente de un adolescente ebrio, decidió dar media vuelta e irse a descansar.

A punto de usar su bastón para retirarse sus orejas felinas captaron la voz de uno de los paramédicos.

No tiene pulso y parece que ha estado así desde hace un rato. Solo mira, mejor no hay que mover nada y esperar a que llegue la policía. ¿Recuerdas el cuerpo que encontraron? Parece que tiene la misma marca. ― dijo lo último en un susurro, que, a pesar del ruido que causaban los vecinos y la lejanía, Chat logró escuchar a la perfección.

La noche más oscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora