Los gatos guerreros - Origen. #7 Sga: El destino de los clanes.

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-¡Zarpa de león! ¡Zarpa de león!- el gato rozó la nariz de Tormenta de Humo.

-Serás un excelente aprendiz...- susurró dándole ánimos.

El gato asintió dedicando una rápida mirada a Negrilla y Pequeño leopardo. El gato moteado estaba cabizbajo, y la gata tenía las uñas fuera.

-Tu ceremonia ha sido tarde, ¿te parece si empezamos mañana?

Zarpa de león asintió y se acercó a sus hermanos.

-¿Qué tal?- murmuró.

Negrilla mostró los colmillos y se giró para alejarse. Pequeño leopardo lo miró.

-No es justo...- gruñó- ¿¡Por qué no viniste!?

Zarpa de león se erizó.

-Sabes que con un tejón fuera salir del campamento era peligroso...- masculló.

Pequeño Leopardo asintió.

-Tendrás que salir a por musgo para tu nuevo lecho, ¿no?- preguntó mientras se tumbaba en el suelo.

El gato dorado asintió y se alejó, tenía los costados levemente erizados ante la idea de dormir sin sus hermanos de camada. Nadie sabía que él hubiera preferido que el castigo de sus hermanos fuera también suyo. No quería hacer nada sin ellos. Salió para recoger musgo y colocarlo en su musgo, Estrella de flor ordenó que Zarpa Manchada lo acompañara.

-Estarás contento, ¡aprendiz con cinco lunas y media!- ronroneó.

-Como tu...- respondió con las orejas gachas.

-Eso es distinto... El Clan necesitaba aprendices con urgencia...- respondió ella.

-Ya... Por lo menos Punteadino y tú compartisteis ceremonia.

La gata olfateó el aire.

-Ya...- maulló mientras se paraba para arrancar musgo.

Zarpa de León la imitó, pronto tuvo una buena cantidad entre las fauces.

-Vamos...- masculló como pudo mientras iniciaba la vuelta.

la gata lo siguió al momento.

El aprendiz dorado acomodo su lecho en una esquina, inseguro.

Zarpa de Zorro le mostró los dientes.

-Ella es mía- gruñó.

Zarpa de León agitó las orejas.

-No imagines cosas, Zarpa de Zorro, no quiero nada ni de ti ni de ella.

Zarpa de Zorro sorbió.

-Mejor...- gruñó saliendo de allí.

-¿D-De verdad?- preguntó tras el la voz de Zarpa Manchada.

Zarpa de león se giró sorprendido.

-Bueno... Podríamos ser amigos...Sí... pero creo que zarpa de Zorro me arrancará las orejas.

-¡No quiero nada de él!- bufó ella- ¿Serás mi amigo entonces?

-Claro...- maulló tratando de sonar animado. La gata ronroneó y se ovilló en su lecho.

El aprendiz dorado se acomodó, pero sabía que no podría dormir. Salió de allí para dirigirse a la maternidad.

-Hola- maulló- ¿Qué tal?

Negrilla soltó un suspiro.

-¡Estrella de Flor es tan injusta!- gruñó.

Zarpa de león se tumbó a su lado juntando sus pelajes.

-Cierto... Voy a intentar que os deje ser aprendices... -añadió con un murmullo.

Negrilla lo miró.

-No te preocupes... ¡D todas formas te alcanzaré en un par de días!- ronroneó.

Zarpa de León la miró agitando los bigotes.

-Eso ya lo veremos...

Arriba Zarpa de León.