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Negrina estaba dentro del túnel, junto a Zarpa de leopardo  su madre. Una silueta apareció. Con un aullido de felicidad la gata corrió hacia su padre, que la recibió entre ronroneos. Zarpa de leopardo maulló contento, contando miles de cosas sobre sus entrenamientos. La gata vio como el rostro de su padre irradiaba felicidad.

-¡Estoy tan orgulloso!- exclamó.- ¿Y Zarpa de león?

-Hoy no ha podido venir.

-Vaya...- maulló algo decepcionado mientras se tumbaba.

-¡¡Mira esto!!- aulló Zarpa de leopardo mientras simulaba lanzar un zarpazo a un enemigo y después saltaba para esquivar un supuesto ataque.- ¿Lo he hecho bien?

-Excelente- ronroneó.

Negrina pasó el resto de noche hablando con su padre. Ya era habitual salir de noche para verlo.

Ronroneó con fuerza antes de dirigirse al túnel que desembocaba en su territorio.

-¡Avanza de una vez!- gruñó al ver que su hermano se paraba- ¡es el de la derecha...!

-Yo...No veo la luz del fondo.

De pronto de oyó un estruendo y el suelo crujió. Ala de cristal aulló cuando una roca aterrizó a su lado.

-¡Corred! Aprisa o quedaréis atrapados.- gruñó aterrorizada la guerrera.

Negrina se apresuró a pasar, pero un dolor punzante en la cola la hizo tropezar.

-¡zarpa de Leopardo! Quita tus patas de mi cola- gruñó al ver que el dolor no cesaba.

cuando giró la cabeza vio que no era su hermano, sino una roca lo que aprisionaba su larga cola negra.

-¡Ayuda!- aulló tratando de liberarse.

Garra de Zorzal apareció corriendo hacia ellos. Escarbó la tierra hasta que la aprendiza pudo sacar la cola.

-Esto es muy duro... no podré abrir un hueco...- jadeó- ¡Zarpa de Leopardo!

Un débil gemido fue la única respuesta.

-¡Ayuda! Me estoy aplastando...- gritó.

Negrina notó como todo su pelaje se erizaba.

-Hay más túneles, debe de haber una forma de llegar allí.

-¡Sí! Ha quedado justo entre la división de este, si supiéramos donde empieza el de la izquierda, quizá...

Garra de Zorzal comenzó a escarbar, sus orejas estaban echadas atrás, pero sus potentes patas golpeaban la roca con determinación. Poco a poco comenzó a abrirse camino.

-¡Ayuda!- Zarpa de leopardo se asomó por un pequeño hueco- ¡¡¡Ayuda!!!

la roca que lo aprisionaba se desquebrajó, dejándo el camino libre, pero el techo de justo encima de zarpa de leopardo comenzó a caer. Antes de que quedara sepultado Garra de zorzal saltó hacia delante. Durante unos segundos solo había polvo entre Negrina y su padre.

-No...- jadeó atemorizado, pegándose al costado de Ala de cristal, pero entonces Garra de Zorzal salió, arrastrando con él a Zarpa de Leopardo.

Negrina lo observó admirada.

-¡Lo has salvado!- exclamó.

-Aun tenemos que salir de aquí...- respondió él echando a correr arrastrado a Zarpa de Leopardo con él. Ala de Cristal y Negrina lo siguieron velozmente.

-¡Garra de Zorzal! Para...- resolló Ala de cristal entre jadeos. El gato la miró, aun erizado.

-¿Pasa algo?

-Vuelve a tu territorio... Nosotros nos ocupamos de salir...

-pero...

-¡es tarde! No pueden descubrirnos...- maulló con firmeza Ala de Cristal.

Garra de Zorzal suspiró.

-Salid de aquí, ¿has oído?

-Saldré de aquí...- respondió ella pegándose a su pareja con cariño. 

Zarpa de leopardo, aun tirado en el suelo y temblano subió la cabeza.

-Gr-Gracias...- masculló.

-Mi pequeño... daría la vida por ti... Por todos vosotros...- ronroneó antes de alejarse.

Negrina se limitó a seguir a su madre por el junto de túneles, hasta que por fin pudo ver la luz. Aun era de noche.

-¡¡Mi cachorro!!- estaba bufando Hoja de Clavel erguida sobre Zarpa de León.

Los gatos guerreros - Origen. #7 Sga: El destino de los clanes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora