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Plomizo se sentó con la cola alrededor de las patas.

-¿Algo nuevo?- preguntó Huella de León.

-Parecían sorprendidos de que fuéramos tantos, dicen que se lo tomarán como una provocación...- explicó.

-¡Estrella de flor viene a hablar!- aulló Motas de Nube derrapando para frenar.

Estrella Escarchada bajó de un salto. Plomizo irguió las orejas.

-Alto todas las patrullas.- gruñó Huella de León- Los aprendices id a vigilad a los prisioneros. ¡todos! También Trigal y Cola de Cereza.

Los gatos nombrados corrieron hacia sus posiciones. El resto se colocó alrededor de estrella Escarchada, sus pelajes erizados y sus uñas listas. Plomizo tensó los cuartos traseros, listo para atacar si hacia falta.

-Vengo a hablar...- maulló algo sorprendida Estrella de Flor, junto a ella iban Patas de Bruma y Cola de camaleón. Escoltándolos Garra de Mirlo, Corazón brillante, Bigotes de Miel y Baya de Acedo. 

Estrella escarchada entornó la mirada.

-¿De vuestro espías?- gruñó Estrella Escarchada.

Estrella de flor parpadeó con sorpresa.

-No.- gruñó agitando la cola- Ratones mentirosos. vengo a decir que si queréis batalla, ¡la tendréis!- agitó la cola y Cola de Camaleón salió corriendo. 

De los bordes de la hondonada comenzaron a caer gatos. Plomizo aulló de sorpresa cuando alguien aterrizó n su cola. Se giró y lanzó y zarpazo a la cara de un aprendiz blanco con puntos negros. Todo pronto fue un feroz campo de batalla. Un gato mordió su cuello, y Plomizo logró liberarse solo porque Garra de Mirlo saltó quitándoselo de encima.

-¡Ayuda!- Palmera aulló tirada en el suelo. Sangraba y miraba con desesperación hacia Vuelo de Cuervo, el curandero, que agazapado les bufaba a dos gatos. 

Una gata que Plomizo reconoció como Pelaje de Sol asomó el hocico a la maternidad. palmera gruñó y saltó contra ella.

-¡Déjala!- Pluma Azulada mordió el cuello de palmera y arañó su barriga, la gata quedó boca-arriba sangrando. A su lado Pelaje de Sol apenas se tenía en pie.

Estrella Escarchada había visto la escena.

-¡¡¡Basta!!!- rugió, y saltando inmovilizó a zarpa de leopardo- ¡¡¡¡Basta!!!! O morirá.

-Asesina...- gruñó Ala de cristal mirándola.

Estrella Escarchada erizó la nuca.

-Esto es suficiente. estrella de flor, no se el motivo de tu hostilidad, ni de tu ataque, pero roba lo que quieras, mueve la frontera, ¡y vete!

-¿No sabes el motivo?- exclamó furiosa Estrella de Flor.- Raptasteis a dos de mis aprendices, y además duplicasteis las patrullar fronterizas.

Plomizo echó atrás las orejas.

-¡Mentira!- aulló- tus aprendices invadieron.

Plomizó quería saltar sobre la líder atigrada, había visto como esta había dejado a Bigotes de Ardilla.

-No es verdad...- maulló Estrella de Flor, aunque sus patas temblaban.

-Los encontramos espiando en nuestro campamento...- maulló Estrella Escarchada- Ahora idos. idos y no volváis.

Estrella de Flor parpadeó.

-Negrina, Zarpa de leopardo, ¿es cierto?

Ambos asintieron cabizbajos.

-lo siento, Estrella Escarchada, esto no ha debido ser así...- masculló Estrella de Flor- Vámonos.

Plomizo esperó a ver al último gato desaparecer  corrió hacia Bigotes de Ardilla.

-Estoy bien...- maulló cojeando hacia la guarida de Vuelo de Cuervo

-¡¡¡Palmera!!!- el aullido de Garra de Zorzal resonó por el campamento.

-¡¡NO!!- gritó Bigotes de Miel tumbándose junto a su pareja.

-han nacido,- jadeó aun sangrando.

Vuelo de Cuervo comenzó a poner cataplasmas y ungüentos en las heridas de la reina.

-Vivirá...- murmuró.

Plomizo asintió y miró el debastado campamento. Arcino estaba tirado en un charco de sangre.

-Esto no debió ocurrir.- bufó Estrella Escarchada mirando al joven aprendiz- Lo siento, Pétalo helado...- murmuró luego- Se que debí protegerlo... pero habrá venganza. lo juro.

La líder agachó la cabeza. Plomizo se apartó, sabía que no debía haber oído eso.



Cuando despertó a la mañana siguiente aun había gatos junto a Arcino. Garra de Zorzal estaba junto a bigotes de Miel, ambos parecían furiosos.

-¿Qué ocurre?- preguntó con suavidad.

-La han dejado ciega...- gruñó Bigotes de Miel.- Y las cicatrices cubren su cara... dos de los cinco cachorros murieron por estar solos demasiado tiempo.- las palabras de bigotes de Miel estaban llenas de pesar.

Plomizo tragó saliva.

-¿Puedo verlos?- preguntó.

El gato asintió pero no se movió. Plomizo se internó en la silenciosa maternidad. Vio a Palmera, estaba ovillada, parecía igual que siempre, excepto por las cicatrices que corrían su espalda.

-Palmera...- susurró- ¿Puedo verlos?- la gata movió la cola y dejó a la vista cinco pequeños gatos.

-Se llaman Pequeño relámpago, Pequeña Estela y Pequeño Salvaje, los tres vivos. Ellos son Pequeña Caída y Pequeña Perdida...- susurró, al final subió la cara hacia él, apenas había pelo, tan solo araños y cicatrices donde iban los ojos.

Trató de no dejar que se notara un reacción, a pesar de que su cuello estaba erizado.

-Son preciosos...-murmuró antes de salir.

Al hacerlo miró a Garra de Zorzal y Bigotes de Miel.

-habrá venganza...- maulló, furioso por lo que le había hecho a la joven gata melada.

-Sí- Garra de Zorzal sacó las uñas, a su lado estaba Corazón brillante, que ronroneaba y pasaba la cola sobre su espalda.

Los gatos guerreros - Origen. #7 Sga: El destino de los clanes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora