Plomizo bostezó mientras se levantaba. Salió afuera estirando una a una sus patas. Huella de León organizaba patrullas en el centro del claro.
-Sí...Que te acompañe Baya de Acebo...- se giró hacia caída de Abedul- ¿Podrías dirigir una patrulla de caza?
-¡Plomizo!- el gato dejó de escuchar a su lugarteniente y giró las orejas hacia Bigotes de Ardilla.
-Bigotes de Ardilla- ronroneó- ¿Salimos a cazar?
La gata asintió mientras barría el suelo con su larga cola rojiza. Después se dirigió a Huella de León.
-Plomizo y yo iremos a cazar, si no somos necesitados para nada. - maulló mirando a su padre- más tarde estaremos disponibles para patrullar.
-Vale... A ti te necesitaré para la patrulla del atardecer...- maulló el lugarteniente dirigiéndose a Motas de Nube, que salía de la guarida de los guerreros en ese momento.
-¡Vamos!- la gata trotó hacia el túnel de aulagas y salió.
Plomizo aspiró el aire, aun fresco al ser temprano, el olor a presas era potente.
-Hoy no pasaremos hambre...- opinó.
Las ramas crujieron y Garra de Zorzal apareció, parecía cansado, y al verlos se tensó.
-¡Garra de Zorzal! Qué susto...- maulló la guerrera rojiza dándose lametones para alisar su pelaje.
-Perdonad... Creo que voy descansar un rato...- murmuró.
-Buena idea... Pero acicálate primero, ¡cualquiera dirá que has estado persiguiendo conejos en sus madrigueras!
Los bigotes del gato atigrado se crisparon mientras mascullaba algo y desaparecía por el túnel de aulagas.
-¡A ver quien caza la primera presa!- exclamó Bigotes de Ardilla mientras comenzaba a caminar con la boca entreabierta.
-Si gritas tanto no habrá presa tan tonta como para no esconderse...- musitó para si Plomizo, mientras se deslizaba entre la vegetación, más abundante que nunca ahora que el frío se iba.
El olor a ardilla inundó sus fosas nasales, y vio a Bigotes de Ardilla agazapada, entre ella y la presa había demasiada espesura como para que pudiera acecharla sin hacer ruido, y la distacia era demasiada como para un salto. Plomizo vio como la gata agitaba una oreja nerviosa, mientras su mirada verde esmeralda recorría la zona tratando de encontrar ideas. Finalmente se giró hacia Plomizo, que asintió.
Ya habían cazado entre los dos muchas veces, y ambos sabían que hacer. Al momento la gata estaba pegada al suelo, en silencio, las orejas apuntaban hacia la ardilla, y su respiración era tan suave que nadie podría oírla. La ardilla olfateó el aire antes de dar un pequeño salto y comenzar a mordisquear una hierbas. Plomizo bordeó la zona con distancia, cuidando que sus patas no hicieran ruido, se paró con las patas tensas a unas pocas colas del árbol que estaba entre la ardilla e él. Las puntas rojizas de las orejas de la gata apenas eran visibles entre tanto verde. Ambos se miraron preparados para actuar.
Bigotes de Ardilla aulló mientras saltaba hacia delante, haciendo crujir las plantas mientras trataba de alcanzar la presa, que chilló espantada y corrió. tal y como había previsto Plomizo huyó hacia el árbol donde el estaba, basto con un salto para que la presa cegada por el miedo se precipitara hacia él. La despacho con un solo mordisco.
-Yo cacé la primera presa- maulló mientras escarbaba un hueco donde esconderla.
-¡Yo la vi primero! Y jamás habrías podido sin mi ayuda.
El gato se encogió de hombros.
-La atrapé yo, ¿cierto?
-¿¡Traspasando!?- el bufido sonó a sus espaldas.
Plomizo se giró con la nuca levemente erizada.
-¡No! Comprobadlo si no lo creéis.- gruñó Plomizo mirando a Estrella de Fango, cuya cola se balanceaba amenazante.
A sus lados estaban Zarpa de pecas y pelaje calado, su pareja, que dejaba ver los colmillos en un gruñido agresivo.
-¡Lo comprobaremos!- espetó la gata gris oscura.
-Sí...- gruñó el líder- Apostaría a que estáis esperando a que un conejo despistado meta una pata en vuestro territorio para robarlo.
-¡No necesitamos conejos!- bufó Plomizo dando un paso hasta estar justo en la frontera, hocico con hocico junto al líder de clan. Ignoró el roce de la cola de Bigotes de Ardilla contra su costado, advirtiéndole.
Estrella de Fango mostró los dientes.
-¡Intrusos!- siseó sacando las uñas- Creo que tendré que enseñarte modales.
Los ojos de Plomizo se abrieron con asombro.
-¡no he puesto una pata en tu territorio! ¡Por el Clan Estelar!
-¿El Clan Estelar?- bufó asqueado el felino entornando su mirada amarillenta- Necias bolas de pelo. Aun creéis en esos gatos muertos.- escupió y lanzó una zarpazo al hocico de Plomizo, que se encogió dando un paso atrás, las uñas del gato rozaron sus bigotes.
Plomizo trató de reponerse pero Estrella de Fango saltó contra él, ambos rodaron. Plomizo solo veía pelo marrón, y sentía garras arañándolo por todas partes. Gruñó mientras trataba de alcanzar el peludo cuello del gato con los colmillos, pero un mordisco le hizo aullar. Se revolvió liberándose del gato que lo había atrapado, y saltó contra pelaje Calado furioso.
-¡Invasores!- bufó mientras sus uñas se hundían en la parte trasera de su cuello oscuro, y sus colmillos atrapaban su omoplato. La gata gimió retorciéndose hasta que el guerrero la soltó. Se alejó de él agitando la cola con furia, sangre manando de diversas heridas.
un aullido sonó a su lado, por le rabillo del ojos vio un borrón oscuro saltar contra él, pero Bigotes de Ardilla bufó interponiéndose, atacando a las orejas de estrella de Fango hasta hacerlo volver a su territorio.
-¡Respetas las fronteras, sucia bola de pelos!- gruñó Bigotes de Ardilla.
Estrella de Fango aulló y volvió a atacar, enzarzándose en una maraña de uñas y pelo con la gata rojiza. Plomizo iba a ayudarla cuando unas uñas rasgaron su costado, se giró demasiado tarde, Zarpa de pecas ya estaba sobre él.
-¡invasores!- gruñó- Corre y ve junto a tu mentor.
La gata moteada mostró los dientes.
-¡Soy guerrera, traicionero cerebro de pulga!- espetó.
Plomizo apretó los dientes y pateó la barriga de la gata hasta quitársela de encima. Se levantó y la miró jadeando. Recordó todo lo que había vivido juntos, y tuvo sacar las uñas para que sus patas no temblaran. <<Lo siento, pero si tu supieras que Peñascoso, u padre, murió por mi culpa...>> Recordó como había encontrado aquel mechón de Bigotes de Ardilla en la herida de Peñascoso. Aun le costaba creer lo que había sido capaz de hacer por él Bigotes de Ardilla.
-¡Cola de Pecas, vuelve aquí!- maulló Estrella de Fango, una de sus orejas estaba rasgada.- Esto no quedará así- amenazó antes de alejarse.
Plomizo lo miró con los ojos chispeando.
-¡Tú has empezado esto!- bufó- ¡Los únicos que habéis invadido sois vosotros! No te corresponde decidir como ha de quedar esto, ¡y quizá deberías repasar el código guerrero!
El gato giró la cabeza.
-¡El código guerrero es una estupidez para gatos que creen en el Clan Estelar!- gruñó- ¡no para mi Clan! Yo defenderé y marcaré mis fronteras con sangre si hace falta, y mis gatos traspasaran si necesitan alimento.
Plomizo parpadeó.
-Bien... Estrella Escarchada sabrá esto...- fue todo lo que dijo antes de alejarse dando grandes zancadas.
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Los gatos guerreros - Origen. #7 Sga: El destino de los clanes.
FanficAun queda sangre por derramar, pero la paz parece apropiarse de los Clanes una vez más. Sin embargo los secretos que han permanecido ocultos saldrán a la luz, y los gatos tendrán que aprender a aceptarlo o luchar por lo que creen justo. Pero, ¿se po...