CAPITULO 4

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- S E P T I E M B R E   2 0 1 7 -


En Septiembre del 2017 fue cuando Fer sufrió el golpe de paternidad que más le dolió. La nena ya contaba con cinco años de edad, ya iba a la escuela, Fer la llevaba al cine con sus tíos, incluso en las vacaciones la llevo a Disneland, pero de un tiempo en adelante, sin saber exactamente en cual, ella empezó a ponerse triste, tenía ciertos ataques de depresión, a veces no quería ir a la escuela, o salir de casa, ni siquiera ver a sus tíos, solo se encerraba en su cuarto a dormir muy temprano, ni quería jugar ni ver tele ni comer helado, a veces nada la hacía sentir mejor.

-Neta no tienes ni idea de lo que le puede pasar a Sammy-dijo Brenda de la otra línea del teléfono.

-No Brenda de verdad.

-Ya se, pues tráela a mi casa, siempre le encanta venir a comer, Mon va a traer uno de sus pasteles y le diré a Ferdinando que traiga a sus hijos para que juegue.

-¿Y si no quiere salir?

-Dile que en realidad cuanto mucho con su presencia.

-Sabes que no es así.

-Debes traerla Fer, ya está, le encantan los pasteles de Mónica.

-¿Y Mónica está enterada?

-Tu deber es traerla a mi casa que yo me encargo del resto.

Brenda corto la llamada y Fer se fue al cuarto de la pequeña, toco varias veces pero esta no respondió, el abrió la puerta y la encontró dormida en la cama abrazando sus muñecas. Él le acaricio suavemente la cara y le beso la mejilla, mirándola con mucho amor. La llamo entre susurros mencionado repetidas veces su nombre, esta tardo unos segundo en reaccionar y luego con dificultad fue abriendo lentamente los ojos y mirando con algo de enojo a su padre que la había despertado.

-Hola amorcito.

-Hola papi.

-¿Por qué dormiste tan temprano?

-Estoy cansada.

-¿No tienes ganas de salir?-ella negó con la cabeza-Porque la tía Brenda te está esperando en su casa para cenar.

-No quiero ir.

-¿Segura? Porque hay uno de los famosos pasteles de Montequilla esperándote allá para que te lo devores.

-No quiero comer los pasteles de la tía Moni.

-¿Por qué? Si a ti te encantan.

-Hoy no me encantan.

-¿Se podría saber por qué no hoy no te gustan los pasteles de la tía Moni?

-Porque no estoy de humor.

-La tía Brenda espera con ansias de verdad verte ahí.

-Pero no quiero. No tengo ganas de salir. Le podemos decir que estoy enferma.

-Pero no lo estás ¿o sí?

-Ella no lo sabrá nunca.

-Sabes que es malo mentir, o te va a crecer la nariz como a pinocho.

-Me gusta mi nariz así.

-Entonces no digas mentiras nunca.

-No lo hare.

-Vamos, acompáñame, será divertido.

-No sé. Dame cinco minutos para que lo piense y te aviso vale.

-Como quieras, te veo en cinco.

-¡Cinco!

Pasados los cinco minutos Fer volvió a tocar la puerta de la pequeña esperanzado de que quisiera salir, al cabo de unos segundos ella abrió la puerta y le pregunto:

-¿Me pongo el vestido Violeta o el morado?-Fer sonrió contento de que se le haya pasado la depresión.

-¿Cuál es la diferencia?

-¡Papa! De veras es importante.

-Morado.

Fer la llevo a bañar y después le ayudo a vestirse. Después cepillo su cabello y el la dejo mirando televisión mientras él se arreglaba. Cuando ambos estuvieron listos marcharon en el auto de Fer con destino a la casa de Brenda y Ferdinando. Una vez allí ellos los recibieron con mucho amor, Brenda pasó la mayor parte de la noche con la nena y los niños de Ferdinando mientras que Fer le contaba a Ferdinando y a Jefferson lo que había estado ocurriendo con la niña. Cuando aparecieron Mónica, Pablo y Renata fue cuando a Samantha le dio por primera vez un ataque de depresión en público, Fer los vio llegar a los tres con un muy bonito pastel de Moana, que era su caricatura favorita, y mientras Renata dejo el pastel en la mesa, Monica y Pablo saludaron a todos, ellos venían muy cariñosos, tomados de la mano y bien juntitos, desde el momento en que entraron Samantha no les quito la vista de encima, los seguía con la mirada a donde se movieran, hasta que se acercaron a ella, Sam los saludo tímida y con una sonrisa de lado, a Mónica le extraño esa actitud puesto que Sammy solía ser muy amorosa siempre con todos, en especial con Mónica.

-Cariño que es lo que te sucede, últimamente estas así triste, ¿Qué paso? Estabas tan contenta...-ella le echo una rápida mirada a Mónica y a Pablo y luego a Brenda y a Ferdinando-¿Qué? ¿Qué tiene Mónica? ¿Pasa algo con ella?-la nena negó con la cabeza de verdad muy triste, se notaba en sus ojos.

-Tu... no...-no podía hablar, en realidad se le estaba haciendo difícil decirle a su padre cuál era su problema.

-¿Qué mi amor? Dime.

-Tú no tienes una novia, tu novia debería ser mi mama.

Little SagreebWhere stories live. Discover now