CAPITULO 6

23 8 0
                                    

-A mis amigas las va a buscar... a veces... sus mamas. Y me preguntan, a veces... por la mía y... yo no sé... no sé qué decirles... porque yo no sé... no sé dónde está...

Sam no se había podido contener las lágrimas y había empezado a llorar y junto con ella Fer, que no podía soportar que su hija estuviera pasando por esto gracias a la desgraciada de su madre que quien sabe dónde ande, así nada más muy tranquila sin preocuparse por su hija. Fer le dio un gran y fuerte abrazo a su hija, que estaba sufriendo por culpa de una mujer frívola y sin sentimientos que le estaba haciendo daño a su hija sin darse cuenta, y sin que le importara seguramente.

-Mi amorcito, es complicado. Yo no necesito una novia.

-¿Y dónde está mi mama?

-Con ella nos separamos hace mucho tiempo.

-¿Y porque no la conozco? ¿Por qué nunca viene? ¡Ella no me quiere!

-No digas eso amor ella...

-¡No lo niegues más! ¡No me quiere! Por eso nunca me ha visitado ¡Ni me llama!

-No sé qué decirte hijita.

-La verdad.

No, no podía, no podía decirle a su hija de cinco años que su madre la había abandonado, que la había dejado en la puerta de su departamento y que había desaparecido después de eso, nunca quiso saber de ella, nunca llamo para preguntar como estaba, nunca le importo causarle este dolor tan grande a ella, ni a Fer. Luego de eso Brenda y Mónica la hicieron entrar en razón, diciéndole que tenía un padre maravilloso, que es un regalo de la vida, que a pesar de que no tiene a su mama, tiene un papa fantástico que la ama muchísimo y que siempre estaría ahí para ella, claro también añadiendo que tenía dos tías que la querían muchísimo y que podría contar con ellas siempre que lo necesitara. Las dos mujeres la hicieron olvidar el asunto en un dos por tres, pero Fer, como hacia el para olvidar lo que acababa de suceder, esto sería algo que marcaría para siempre la vida de ambos, nada sería igual a partir de ese momento, Fer sabía que la niña necesitaba de una figura materna que la guiara, que lastima que no tuviera una.

Con respecto a lo otro, luego en casa Fer le explico a su hija que no necesitaba una novia, que él estaba bien así y que la única chica en su vida era ella, que no necesitaban de nadie más, que serían siempre los dos, contra el resto del mundo, solo los dos.

-Oye ¿Quieres dormir aquí conmigo esta noche?

-Pero yo ya estoy grande.

-Ya sé, pero a mí me gustaría que pasaras la noche aquí, solo por hoy.

-Lo hare solo porque tú lo necesitas.

-Si está bien, me cachaste. Ya duérmete.

-Tú duérmete.

-Te amo.

-Yo también te amo papi.

Little SagreebWhere stories live. Discover now