«Sarahi.. Suena bien.. Entonces, yo misma acepté venir aquí en mi estado de ebriedad. Tonta.»
Ese tal TaeMin se había marchado unos minutos antes de que de nuevo la confusión regresara a Sarahi; según él, iría a hacerle un desayuno "decente".
«¿Y si me envenena?»
Tenia miedo, pero no le gustaba demostrar sus emociones; sobre todo esas que te hacen ser inseguro y actuar de manera torpe.
Antes de irse había encendido las luces, las paredes de la habitación eran color gris, gris opaco; no tenia muchos muebles: una cama desalineada de sabanas blancas, una pequeña mesa de esas que están divididas por partes y que tu mismo puedes armar, la silla de madera que ya conocía y un armario de madera marrón. Solo había una puerta de madera blanca y una ventana que mostraba un gran terreno lleno de pasto, sin vecinos a la vista.
El lugar le parecía familiar.
«He estado aquí antes».
– Ya está listo– Dijo entusiasmado. El chico delgado regresó con un pequeño plato de plástico verde y lo colocó sobre la mesita, también llevaba una camisa muy grande blanca– No encontré mucho en la cocina, solo para hacer un sándwich.
«Parece preocupado, ¿Por mi?»
– Gracias, creo.
– También te traje ésto –Señaló la camisa–, una jovencita no debe estar vestida así frente a un desconocido.
«No me digas ».
– Entonces, ¿Por qué estoy así? –Lo cuestionó mientras miraba como se acercaba para desatarla.
– Me dieron la orden de tenerte así.
La ayudó a levantarse, tenía horas en esa posición, no podía moverse por su cuenta. La llevó hasta la cama con delicadeza y le ayudo a ponerse la camisa.
Acercó a la chica la mesa– Come pequeña, debes tener hambre.
Y tenia razón, estaba hambrienta. Devoró el pequeño sándwich de jamón con un poco de verduras. Estuvo rico.
Estuvieron un rato en silencio; él la miraba fijamente mientras ella pensaba sobre los hechos, su vista estaba clavada en el plato.
– Quisiera saber.. –Levantó su mirada– ¿Qué pasará conmigo?
– Princesa –Acarició su mejilla derecha– De eso hablaremos mañana—
– No –Lo interrumpió–, quiero saberlo ahora. Es justo que al menos me des una explicación.
El chico suspiró, quitó su mano de el rostro de la nena y se echó hacia atrás en la silla– Como tu quieras –Cerró los ojos y cruzó los brazos– Mi trabajo solo es traerte a acá y mantenerte aquí por un tiempo, antes de la gran noche –Notó la confusión en su cara– Es un evento donde esos cerdos millonarios que buscan satisfacer sus fetiches y fantasías compran una nena; me dieron la tarea de buscar una nena como tu, tierna y sensible, un hombre llamado Danilo es quien te quiere.
– Danilo..
– Faltan unos veintiún días para la gran noche, por tanto ese tiempo estarás aquí conmigo, y de una forma u otra, yo te prepararé para tu nueva vida.
– Es injusto, ¿No? –Lo miró fijamente– Mirame –Y el abrió los ojos.
– Claro que lo es. Por eso me voy a retirar –Le sonrió.
– O sea que, ¿Yo soy la última? –Primer lágrima cayendo por su mejilla sonrojada.
Se levantó y recargó sus manos sobre la mesa, acercándose a ella.
– Sí, por eso haré que esto sea especial.
Tomó el rostro de ella entre sus manos y depositó un tierno beso en sus pequeños labios rosas.
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Espero verte de nuevo.
RandomFue secuestrada por un individuo al que jamas había visto, pero él siempre la había observado. Él sabía todo de su vida, era todo lo que necesitaba. Llevó a cabo su plan de secuestrarla para después venderla a sus superiores, pero nunca se imaginó l...