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Septiembre 7, 2018.

– Hoy inicia tu entrenamiento preciosa –Besó de nuevo sus tiernos besos.

La empujó hacia atrás, acostandola en la cama y poniéndose sobre ella. Lentamente la desvistió mientras que ella simplemente se mantenía callada y con los ojos cerrados. Cuando por fin la vio desnuda le sonrió.

– Sarahi, me encantan tus piernas, tus curvas y cada espacio de ti –La besó apasionado, y ella correspondió.

Lentamente él también se desvistió tirando la ropa hacia alguna parte de la habitación, lejos de la cama. Abrió sus piernas y babeó sus dedos mirándola, ella solo tapaba su rostro con sus manos regordetas.

– Eres tan linda..

Le dijo y luego soltó una risita. Cuando la miró totalmente desnuda contempló cada parte de su cuerpo: sus senos, sus piernas, su abdomen y todas sus curvas; se relamió los labios y se acercó a ella, separando sus piernas para colocarse entre ellas.

– Tranquila –Le susurró–, si algo no te gusta, solo dime y me detendré, ¿Okay?

«Okay..»

TaeMin rozó su erecto y duro miembro con la entrada de ella, estaba tan húmedo ahí. Lentamente lo hundió en su entrada, causando que ella arqueara la espalda mientras se aferraba a las sábanas y soltaba un fuerte gemido. Lentamente comenzó a embestirla repetitivamente mientras la miraba, ella tenia la boca entreabierta y los ojos cerrados.

Pasó sus manos de sus muslos hasta sus senos, quería que se sintiera deseada y sabia que de aquella forma lo lograría: acariciando todo su cuerpo. Subió la intensidad de cada embestida, haciendo que Sarah gimiera mas seguido y con mayor volumen.

Una gota de sudor cayó de su frente hasta el abdomen de ella. Entonces llegó ese momento previo al detonante, ambos jadeaban. Sarah de nuevo se cubrió el rostro, pero sus gemidos y jadeos seguían siendo audibles, y ella fue quien se corrió primero, seguida de él.

Se acostó a su lado y la cubrió con la blanca sábana.

– Estoy cansada.. –Le susurró mientras lagrimas salían de sus ojos y rodaban por sus mejillas hasta caer sobre la sábana–, quiero volver a casa..

TaeMin cerró los ojos– Ahora mismo, no puedo hacer nada por ti –Soltó un largo suspiro y la miró, también tenia los ojos cerrados–, deberías dormir.

Al no escuchar una respuesta hizo una mueca y de nuevo cerró los ojos para quedarse dormido junto a ella.

Espero verte de nuevo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora