VIII

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Día tras día iban pasando, los petalos secos de las hojas rodeaban todo el lugar, la suave brisa era cálida sin mencionar del poco ruido que hacían normalmente los jovenes que pasaban por los pasillos de la gran casa

-Me pregunto si estaré aqui para siempre... -Era una de las tantas incógnitas que me invadían la cabeza

-La palabra siempre no existe niña -Otra vez esa voz inquietante y calmada que sonaba a la vez

-Ahora no puedo pensar libremente Garry

-Iba de paso pero puedes hablar lo que quieras. Aunque te escuche, mis palabras se los llevará esta brisa tan pacífica así como lo hace con las hojas de otoño

-Eres muy raro. ¿Te lo han dicho? -Su sonrisa mostraba una nostalgia que no sabría como expresarla

-Ella me lo dijo una vez

-¿La enana de apariencia encantadora?

-No Ray... -Reanudó su larga caminata volviendo a desaparecer

-Raro y misterioso -Comencé por ver los árboles casi sin hojas mientras volvía a perderme entre los pensamientos hasta sentir un extraño cansancio

Los ojos se me hacian pesados y las piernas débiles seguidas de todo el cuerpo. Volví a observar la habitación de Zack recordando su plática de ya hace ¿dias? ¿meses?

Cuanto tiempo habia pasado desde la última vez que estuve con él. No me fijé el tiempo que me habia quedado entre los mortales

-Ray! -Oí claro y fuerte la voz tan desgastada del hombre de las vendas

Pero no. Solo era su voz mas no habia presencia alguna de él, me hundí en una especie de sombra e iba siendo tragada. El oxígeno iba disminuyendo por el poco espacio que me quedaba

-Zack... -Perdí la conciencia

Un olor repugnante hizo que despertara con un gran dolor de cabeza.

Rejas, una celda no. Era todo un pasillo de ellas.
Cámaras de vigilancia y cosas similares a una prisión

Unos gritos a lo profundo de donde podia alcanzar a ver me llamó la atención. Presentía conocer esa voz

Un televisor gigantesco estaba frente a mi pegada en la pared y otra pequeña dentro de mi celda. Aquel aparato se encendió y vi la silueta de una mujer

-Ray... -Una voz inquietante hacia eco entre los pasillos de donde estaba. Ella se acercó y pude verla

-Quién eres -susurraba cosas sin sentido hasta presentarse frente a mí. Efectivamente era una mujer, su sonrisa desquiciada lograba inquietarme sin necesidad de decir alguna palabra

-¡¿Una niña!? -Su sobresalto era muy evidente... quién era

-Zack, cariño enserio una mocosa -Sus carcajadas me irritaban

-Dime tu nombre, Ray -No respondí

-Te recomiendo que me respondas pequeña o... tu amigo pagará las consecuencias -El gran televisor se encendió

-¡No se lo digas! -Zack estaba atado a una silla con muchos cables provenientes de una maquina enganchado de manos

-Que pasa si no te lo digo -Temía lo peor

-Te daré una pequeña muestra de lo que le puede pasar -Sacó un control desde su pequeña y ajustada falda y lo apretó

Descargas eléctricas por todo el cuerpo de Zack lo hacían gritar despiadadamente. Luego de unos minutos paró

Never LeaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora