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Una vez se aseguró de que Ccino estuviera a salvo, fue en búsqueda de aquel que ya tanto daño estaba provocando en el multiverso. Gruñó bajo, tomando una primer parada. La más importante de todas.






Y ahí pudo verlo, desde su escondite; aquel esqueleto de chaleco morado. Lindo, con esa preciosa sonrisa reflejando su ahora real felicidad; cuánto deseaba poder ir junto a él y agradecer que siguiera con vida.

Pero para su propia desgracia...









No podía.


No arriesgaría a ese hermoso ser a un destino por demás cruel. Ya suficiente estuvo involucrado sin saberlo.

Inconscientemente, arañó con sus falanges el tronco del pino que lograba servirle de escondite y finalmente, dando media vuelta, abrió con sigilo un nuevo portal para irse de ahí. Satisfecho estaba con saber que Lust... su precioso Sugar Plum, estuviera a salvo.













Vagó de AU en AU, topándose con algún "bad Sans" en el camino; y sin tiempo que perder les atacaba. No huiría. Quería; no, exigía respuestas al reciente comportamiento del rey de las pesadillas.

Dejó inerte a Horror, inconsciente a Killer, casi destroza el cráneo de Dust... pero ninguno sabía nada.


Ink, aún presa del desespero en su ser ante la idea de fallar en su cometido más sumándole la culpa de haber herido a sus alternos, siguió viajando, hasta que, pasadas ya horas, se desplomó rendido en el Waterfalls de un AU que pocas veces había visto. El agua era de un lila precioso en esa zona exclusiva, pero él no podía moverse más como para apreciar siquiera el ambiente agradable que le rodeaba. Ni un falange era capaz de levantar, y continuó en el suelo, sólo siendo capaz de escuchar el agua caer, y sintiendo la humedad de la hierba debajo suyo...












¿Había fallado?

¿Qué serían de los otros universos?

It's overDonde viven las historias. Descúbrelo ahora