Cada día que pasa duele más que el anterior. Es como si cada día se clavara un alfiler más en mi corazón.
El dolor es insoportable, como un veneno. Poco a poco me va marchitando, como a una flor sin agua.
Cada día que pasa me hundo más en aquel oscuro abismo que yo mismo creé para alejarme de ti, pero el brillo de tus ojos jamás se perdió en la distancia.
No importa cuánto más me hunda o cuánto tiempo evite mirar hacia arriba, sigues ahí, observando.
¿A qué estás esperando?
Ver tus ojos crea un completo caos en mi interior.
Una mezcla de dolor, intriga, amor y arrepentimiento oprime a mi corazón. Y antes de que me dé cuenta, una lluvia de lágrimas atraviesa mis mejillas, una vez más.Te extraño.
Vuelve.
Déjame acariciarte una vez más.
El veneno que yo mismo creé está matándome. El dolor punzante se vuelve insoportable.
Sin embargo, un simple maullido tuyo sirve para calmar completamente aquel sufrimiento. Aunque no dure mucho antes de volver a doler, sirve.
Tú eres mi antídoto.
¿Seré yo tu antídoto también?
Qué pensamiento más egoísta, ¿verdad?
Preguntarme algo así y extrañarte después de todo lo que hice.
Soy un idiota, lo sé.Pero te amo.
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Como un gato
Short StoryElla es como un gato. Dulce, algo fría al principio, tierna, pura...