Capítulo 11: Subir la falda.

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Sentado frente al televisor, Naruto observaba cómo ese chico recogía los platos del desayuno para llevarlos a la cocina. Él siempre había sido muy impaciente, pero sabía que el truco para que aquella fantasía funcionase y que la excitación de Sasuke aumentase, estaba precisamente en ser paciente y esperar el momento en el que el moreno no se esperase que fuera a subirle la falta y meterle su miembro. Ahora mismo, parecía estar atento, mirándole de reojo de vez en cuando a medida que salía al comedor para recoger los platos.

Mentiría si negaba que no quería hacerle suyo en ese instante. ¡Claro que lo deseaba! Pero debía esperar a que bajase un poco la guardia. Naruto se recostó un poco en el sofá y siguió viendo la televisión, haciendo caso omiso a Sasuke. Necesitaba de toda su fuerza de voluntad para no mirarle, para no ver sus piernas e imaginarse ese trasero ya abierto y esperando por él. ¡Estaba increíble vestido de sirvienta! Pero tenía que resistir.

Dejó que transcurriese media hora y sabía perfectamente que Sasuke ya había terminado de fregar los platos. Lo que no estaba muy seguro de qué estaría haciendo, aunque al verle salir del dormitorio, imaginó que habría hecho la cama. Parecía pensar qué más cosas hacer como "sirvienta", porque no creía que una de sus ideas cuando se vistió así fuera limpiarle la casa de gratis y recibir un "polvo" encima, palabra que Naruto utilizaba vulgarmente para referirse al sexo.

Cerró los ojos con rapidez al ver cómo volvía de la habitación y se encerraba de nuevo en la cocina. Supuso que habría mirado hacia donde él estaba, esperando que actuase, pero no fue así, Naruto resistió y mantuvo sus ojos cerrados hasta que sintió sus pasos en la cocina.

Podía escuchar desde la distancia el cuchillo golpeando contra la tabla. Seguramente estaría cortando verduras o algo para cocinar. Se incorporó un poco, moviendo el brazo hasta el respaldo para intentar ver algo. Por supuesto, no pudo ver nada.

Con sigilo se levantó del sofá para ir a la cocina. Se apoyó en el marco de la puerta, comprobando lo frustrado que estaba Sasuke, resoplando mientras cortaba aquellas zanahorias. No pudo evitar sonreír, pero tampoco apartó sus ojos de esa minifalda que se levantaba ligeramente, viendo parte de sus muslos y el liguero que sostenía aquellas medias.

Aprovechó para bajarse el dobladillo del pantalón y tomó su miembro para masajearlo. Las vistas le ayudaban a excitarse y quería hacerlo cuanto antes para que ese chico no se diera ni cuenta de que estaba allí, dispuesto a darle la mayor de sus sorpresas. Él debía pensar que todavía dormía.

Se acercó a él con mucho cuidado y pasó su brazo para atrapar la cintura del moreno, sorprendiéndole antes de que su otra mano se apoyase sobre la de Sasuke, quitándole el cuchillo y apartándolo para evitar accidentes.

- ¿No dormías? – preguntó Sasuke al sentir los labios del rubio sobre su cuello.

- ¿Has sido una mala sirvienta? – le preguntó Naruto con diversión.

- ¿Tenía que despertarte?

- Sí – sonrió Naruto – alguien quiere siempre sus mimos matinales.

Tuvo que apoyarse sobre la encimera y tratar de contener aquel gemido al sentir cómo el miembro del rubio entraba en él. No era doloroso ni mucho menos, la entrada ya estaba completamente dilatada con aquel juguete que le había puesto y su miembro parecía encajar perfectamente en él, sin embargo, sí sentía cómo se abría paso donde el juguete finalizaba, profundizando en él y haciéndole sentir una inmensidad de sensaciones placenteras.

Él también parecía disfrutarlo por la forma en que suspiraba cerca de su oído. Gemía y no tenía ningún reparo en dejarse escuchar. Parecía estar deseándolo. Por la forma en que había entrado en él y se movía, Sasuke tenía la sensación que llevaba un rato conteniéndose y eso le hizo sonreír.

Secretos sexuales (Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora