Era curioso cómo resultaban las cosas. Desde su matrimonio fallido, había renunciado al amor y hasta a cualquier relación más allá de lo estrictamente profesional. Sin embargo, no le había disgustado en absoluto aquella cita y ahora se encontraba allí, caminando por el pasillo de su antiguo instituto en plena noche sólo... porque había recibido ese mensaje tan extraño.
No podía negar que esos últimos días había pensado mucho acerca de ese misterioso chico y cómo podría ser una relación con él. Tenía miedo de intentarlo de nuevo y fracasar, pero otra parte aún tenía esperanzas de encontrar a la persona adecuada de la que se enamoraría y que no le traicionaría. Quería creer que tenía que haber en el mundo una persona para él. Quizá... fuera ese chico.
Abrió la puerta de la última aula, allí donde le había dicho que tenía que acudir. Hacía años que no volvía por ese instituto y es que... sólo había uno en todo el pueblo. Ni siquiera estaba seguro si ese chico se crió allí o había venido desde otra zona a trabajar. Hablaban tan poco que apenas conocía nada de ese hombre y aun así... estaba a gusto a su lado.
Sabía el aula que era aquella aunque él nunca la pisó. El aula de los castigados. Allí cumplían sus horas de castigo junto a los profesores, pero por suerte, él nunca tuvo que acudir a ella. Revisó una vez más el mensaje que ese chico le había escrito con todo el plan para esa noche. ¡Iba a ser emocionante! Estaba completamente loco... o los dos lo estaban. Uno por idearlo y el otro por acceder a ello.
Se mentalizó frente a la puerta dispuesto a meterse en el papel que le había comentado. Sólo tendría que fingir ser un estudiante... un poco conflictivo y que iba a la sala de castigo. Eso no parecía muy complicado. ¡Ni siquiera quiso saber cómo había conseguido las llaves del instituto! Pero siendo policía... se creía cualquier cosa.
Su mano se posó sobre el pomo de la puerta y con decisión, abrió. El aula tan sólo tenía encendida la lámpara de escritorio de la mesa del profesor. Aquel chico rubio estaba sentado al otro lado de la mesa, con una máscara tapando parte de su rostro y leyendo un libro.
No pudo evitar sonreír al verle tan aplicado en su lectura, sin embargo, la sonrisa pronto se borró de su rostro intentando entrar en el papel que le tocaba. Al fin y al cabo... sólo era un alumno castigado.
- ¿Es el aula de castigo? – preguntó Sasuke captando la atención de Naruto.
- Sí, señor, aquí es – sonrió Naruto – por favor, tome asiento. ¿Su nombre?
- Sasuke Uchiha – respondió el moreno.
- ¿Cuál es el motivo para venir al aula de castigo?
- Discutí con un profesor y me fui de su clase – se inventó Sasuke, haciendo sonreír a Naruto al ver cómo se había metido en el papel.
Sasuke aprovechó que su compañero no se movía del asiento para buscar uno de los pupitres del principio, sentándose en él y sacando un bolígrafo.
- Así que tenemos a alguien que no sabe respetar las normas. Me parece que tendré que disciplinarte un poco respecto a los profesores – se levantó Naruto de su sitio, sentándose esta vez encima del pupitre donde se encontraba Sasuke.
- ¿No van a venir más alumnos? – preguntó Sasuke con cierto toque divertido en su rostro.
- Parece ser que los demás no tienen problemas de disciplina – le susurró Naruto cerca de su oído – pero no te preocupes, yo te enseñaré a respetar a tus profesores.
- ¿En serio? ¿Cree usted que podrá disciplinarme así sin más?
- Tengo mis sistemas. Créeme, saldrás de esta aula respetando a tus profesores.
ESTÁS LEYENDO
Secretos sexuales (Naruto)
Fanfiction¡Secretos! Esos habían destruido su matrimonio, sin embargo... meses después de su divorcio, aparece en su vida un desconocido que oculta su identidad bajo un pasamontañas y que está dispuesto a cumplir todas y cada una de sus fantasías sexuales. Se...