Nao escuchó tres hechos de los que no dabba crédito y, a medida que volvía a casa, iba procesando. Shiin y su hermana, Rin, habían nacido de un árbol mágico creados por los Dioses... Nada en coparación a cómo le habían explicado la reproducción humana a él. Segundo, el rubio que le ponía como una roca era un Guardián del Bosque. O lo sería en un futuro, cuando Kurama muriese.
Y tercero, eso tan solo le ponía más.
¿Cómo sería Shin en la cama? ¿Dulce y suave? ¿O salvaje y exposivo?
Abrió la puerta de su casa con resignación, si era tan fuerte cómo para ser el siguiente Guardián... ¿Podría atraparle?
Algo le dio un golpe en la cabeza, le sacó de su ensoñamiento.
- ¡Mamá! - Gritó enfadado. La cabellera rosa de su madre, cortada por debajo de la mandíbula, se meció cuando le encaró con esos ojos verdes.
- ¡Llegas tarde para la cena! - La furia relucía en ese par de esmeraldas que ambos hijos habían heredado.
- ¿Y Padre? - Preguntó bastante desinteresado mientras avanzaba hasta el comedor, después de lavarse las manos, sentándose en el mismo sitio de siempre. Junto a su hermana y con su mmadre delante.
- Trabajo, volverá tarde. - Su Padre nunca había estado presente, su trabajo como Hokage era importante y todos en la familia lo entendían, pero... De vez en cuando, Nao se preguntaba si era egoísta por querer que su Padre viniese una noche a cenar. - ¿Cómo han ido las pruebas escritas?
Ambos suspiraron, asintieron y empezaron a comer.
- Me alegro que ambos hayáis pasado... - Su madre, quedó pensativa un par de instantes, cosa que atemorizó a los adolescentes. - ¿Por qué no invitáis mañana a comer a vuestros compañeros de equipo?
Ambos se congelaron en su asiento, era una idea estúpida, pero quién se atreviese a decir no a Sakura Haruno, tenía una lápida asegurada.
- Claro, - Dijo Nao con suavidad. - madre.
Sakura asintió, satisfecha, después de ver el leve movimiento de cabeza de Naoshi. Ambos tenían el pelo de su padre, Sasuke.
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Rin se sintió bastante incómoda e insegura al ver que su Hermano pequeño no había acudido a la cena... Ni a dormir.
- ¿Rin? - La voz de Sai, apoyado contra el marco de la puerta, la hizo reaccionar. No le había sentido. - ¿Te preocupa Shin?
Ella asintió, nunca habían pasado tanto tiempo separados, era un constante tormento no tenerle a su lado. Sai se sentó a su lado, en la cama y acarició esa suave melena castaña.
- Mañana volverá, - Empezó el Anbu con voz tranquila y una sonrisa falsa. - habéis tomado una decisión difícil y a él le está costando procesarla.
- Mañana volverá... - Repitió con más seguridad la hermana mayor, creyendo en las palabras de su nuevo Maestro.
- Por cierto, me ha llamado una amiga, quiere que mañana vayáis a comer a casa de Naoshi, para celebrar que habéis pasado los exámenes escritos-
- Tenemos que entrenar. - Interrumpió la niña alarmada, era una de las enseñanzas báscias de Kurama. El entrenamiento por encima del placer.
Sai negó con la cabeza.
- Merecéis descansar. - La adolescente volvió a acostarse entre sus sábanas mientras pensaba en volver a ver a Naoshi, en saber dónde vivía. En conocer a su madre. De pronto, toda la preocupación por Shin se desvaneció, en el constante e irremplazable sentimiento de querer conocer más a Naoshi... ¿Por qué tenía tanta curiosidad por ella?
A lo largo de su vida, habían conocido a gente y hecho un par de amistades fugaces. Nunca había sentido tanta atracción como lo que sentía por la otra chica. Era consciente de que no era normal, pero... No podía remediarlo.
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Observó el techo en busca de consuelo, esperó a que su ccorazón se calmara, pero no había salida en los sentimientos que le ofuscaban.
- Maldita sea... - Murmuró mientras se daba la vuelta, enredándose entre las sábanas de su antigua habitación.
Él era un Guardián, un Guardián del Bosque... Y su legado empezaría cuando encontrase a su pareja. Kurama, por otra parte, moriría. Le había explicado el ciclo que seguía el Bosque. No podía creerlo... La pareja del demonió se desvaneció, murió.
No pudo contener los sollozos mucho más tiempo. ¿Qué había hecho tan mal cómo para que los Dioses le llamasen de vuelta? El demonio se negaba a contárselo. Todo le parecía burdo e irreal. Se sentía en un sueño. Como si pudiese flotar en una marea atormentada.
Intentó ver el lado bueno, por lo menos sabía dónde había nacido. Sabía cuál era su futuro. Aunque no pudiese evitarlo, le daba una extraña sensación de seguridad, por qué había un lugar para él y su hermana mayor.
Sin embargo, el hecho de tener que encontrar a su pareja le parecía dual. No estaría solo en la eternidad, pero tenía la sospecha de saber quién era... Y no iba a ser fácil. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando vio esa mariposa azul posarse en su nariz. Estornudó, levantádose repentinamente mientras se rascaba la zona.
- Hola, Shin... - Esa suave, dulce, voz espectral le provocó una sonrisa de estupefacción.
- Tú... - El fantasma, ahora algo más visible, le permitió observarle con detalle, antes no había visto esas marcas en sus mejillas. Como tres cortes a cada lado, le daban el aspecto de bigotes... - Eras el antiguo Guardián, ¿verdad?
Más preguntas asomaron en su mente.
- ¿Eras la pareja de Kurama, no? - Y empezó su diarrea mental. - ¿Cómo supiste que era él? Espera... ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Las mariposas azules son tuyas? ¿Por qué me ayudaste en el examen? ¿Que te ocurrió? ¿Por qué te fuiste y has vuelto?
El fantasma le revolvió el pelo con una sonrisa deslumbrante.
- Pregunta a Kurama por Naruto. - Con eso, se desvaneció.
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Love Me
ФанфикEl Guardián del Bosque de las Nueve Colas ha muerto. Los humanos, en su eterna lucha contra la lógica y moralidad, consiguen su mayor objetivo: Urbanizar el Bosque Sagrado por el que muchos han dado la vida. Los Dioses están furiosos, Kurama es el...