Sailor Moon, entre dos Amores ❤

Pasos del juego

Capítulo 19

  
—¡Buenos días, estamos de regreso con GirlsFans! —comenta la presentadora, sonriendo
—. En esta ocasión, hablaremos de la famosa banda pop del momento ¡Theree Laighs! la cual esta formada por integrantes adolescentes, guapísimos: Seiya Kou, como su vocalista principal, Taiki Kou vocalista y tecladista y el atrapante, Yaten Kou como  bajista. Esta de más, decir el reciente rumor de un ¡posible romance de parte de nuestro galan cantante Seiya Kou, con una de sus... 

—¡Qué aburrido! —escuche al momento, que el programa de televisión es cambiado. Entonces volteo a un costado y lo veo a, Sammy sentado en el sofá con el control remoto en sus manos.

—¡Oye, Sammy! —me quejo, al instante que lo noto.

—Hey cálmate, solo pondré algo mejor —se encoge de hombros y continúa, haciendo zapping sin parpadear.

—Escúchame, regresa al programa ¡Niño grosero! —exprese, señalandolo con mi dedo acusador.

—Claro que no ¡eso apesta! —me contesta, acomodándose en su sitio.

—¡Uy dámelo! —exclamo, a la vez que me inclino hacia la izquierda, para arrebatarle el aparato.

—¡Ustedes dos, basta! —sentencio de pronto mamá, con las manos en las caderas. 

—Pero, mamá... —resongamos, entonces dejé de pellizcar le los cachetes a mi hermano. Al rato comenzó a masajear, sus mejillas rojizas y termino quejándose.

—¡Eso duele! Porqué no, sé lo haces a tu novio —cuando termina la frase, me sorprendí y un recuerdo instantáneo volvió a mi mente; «el día que, Sammy se le declaró a la niña pelirroja. Mientras, yo le apretaba las mejillas a Darien»

—Solo... si pudiera —balbuceó, por lo bajo.

—Nada de peros, Sammy ve a hacer tu tarea —le ordena con voz firme, señalandole con la mano el pasillo. 

—Y Serena ¡¿porqué no la hace?! —pregunta disgustado al levantarse del sofá.

—Ella, tiene deportes en la tarde —le respondió—. Así que, jovencita —dijo mirándome.
Ve a preparar tu uniforme, para las cinco.

—Si, por supuesto —conteste, despreocupada—. Espera ¿Deportes? —le pregunté, sorprendida.

—Como he dicho, Serena —dijo sonriente—. Ven dulzura, te daré un poco de pastel —hablo mi mamá dirigiéndose a, Chibi Chibi con ternura, de manera que la pequeña miro su manita y se la ofreció.

(...)

Más tarde llegué a la pista de atletismo, ya se encontraban trotando algunos muchachos de la preparatoria. Pero no encontraba a mis amigas, luego  reconocí a uno de los corredores, por sus grandes gafas:

—¡Kelvin! —lo detuve, con un grito.

Él paro bruscamente el paso y se acomodó los lentes, para luego mirar en mi dirección:

—¿Serena? —dijo dudoso.

—Pues claro —afirme sonriendo. Kelvin ¿sabés dónde, tengo qué ir?