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Curso de Arquería 🏹 2/2

Segunda Parte de Curso de Arquería

Magnus se había levantado más temprano de lo normal por lo emocionado que estaba, se vistió lo más cómodo y espectacular que pudo, con unos pantalones blancos pegado en las piernas, una franela azul eléctrico con detalles plateados y zapatos blancos deportivos.

Al llegar se encontró con los tres Lightwoods hablando detrás del mostrador, riéndose y molestándose entre ellos, cuando los tres voltearon para recibirlo vio como Izzy le daba un codazo a Alec, Alec se sonrojaba y evitaba su mirada y el rubio observaba esa situación con cautela y fulminaba con la mirada a Magnus.

—Buenos días— dijo emocionado.

—Hola Magnus, ¿emocionado por tu primer día?— preguntó Isabelle

—Sii, siempre me ha interesado la arquería y quien mejor que Alexander para que me enseñe—

Escuchó un resoplido del rubio y luego un "¿Al-l-lexander?"

—Oh si, bueno, supuse que tu nombre era Alexander, ¿me equivoqué?— preguntó observándolo.

Cuando Alec buscó su mirada no pudo evitar quedarse absorto en él.

Alguien estaba hablando pero él no escuchaba ni una palabra de lo que decían.

—ALEXANDER GIDEON, MAGNUS— gritó Izzy.

—¿Q-qué?— murmuró Alec.

Isabelle resopló y se fue cansada de repetir lo que había dicho una vez más.

—Alec, hermano— dijo Jace riéndose de la reacción de su hermana.

—Déjame— murmuró, mientras se cruzaba de brazos y miraba al piso, como perrito regañado.

—Que adorable— dijo Magnus pensando en voz alta y al darse cuenta del chico ruborizándose a más no poder, preguntó— ¿Lo dije en voz alta?—

—See— respondió Jace intentando aparentar que no estaba pendiente de lo que sucedía entre ellos dos pero como uno era su hermano tenía que vigilar lo que pasaba.

—Ouh, bueno es verdad—

—Bue-eno— se aclaró la garganta y siguió —vamos a comenzar de una vez, que tengo que enseñarte lo básico— se levantó y le dio un pequeño golpe a Jace en el hombro como despedida.

Al llegar al salón el pelinegro le explicó que en la tarde es cuando tiene más alumnos, por lo cual estarían solos.

Alexander le dio varias indicaciones de cómo se tenía que posicionar, cómo debía ser su respiración, cómo concentrarse.

De vez en cuando se ponían a hablar y a pesar de que se dieron cuenta de lo diferentes que eran.

Se llevaban de maravilla.

Magnus le coqueteaba descaradamente a Alec y este se ponía de los más nervioso y rojo. Se notaba desde lejos la química que fluía entre ellos.

Cuando Alexander lo tocaba para ayudarle, sentía como su piel hormigueaba y sabía que él también sentía lo mismo, lo podía ver con sus reacciones y Magnus no desaprovechaba la oportunidad de sentir su piel contra la suya.

—Alexander no sé como hacerlo, es imposible— dijo con un puchero.

Lo escuchó reír y se maravilló de ese sonido tan natural y hermoso que había estado escuchando desde que comenzó la clase.

—No es imposible, mira— se colocó detrás de él y le ayudó a colocar el brazo correctamente— es así— susurró cerca del oído del moreno, poniéndole los pelos de puntas por sentir su aliento tan cerca.