Levanté la cabeza de la almohada y como cada día estiré el brazo hasta encontrar mi teléfono, cada noche lo dejaba cargando en mi mesita de noche, achiné los ojos para que se acostumbraran a la luz y ahí estaba, ese 29 de enero escrito en la pantalla riéndose de mí.
Siempre me había gustado cumplir años pero eso cambió cuando esta fecha dejó de ser la que me recordaba esa tarde en la que mi madre me dio a luz para pasar a ser esa noche en la que todo cambió en mi vida y perdí al chico del que estaba enamorada .Él me prometió que ese frío día nunca se me olvidaría y tuvo razón, lo que aconteció en lo que debería haber sido mi diecinueve cumpleaños hizo que me lo replanteara todo.
Por esos tiempos yo era demasiado feliz y pensaba que tenía casi todo lo que podría llegar a soñar, estaba apunto de conseguir de una vez por todas lo único que me faltaba para sentirme completa: decirle a mi mejor amigo que quería que fuéramos más que eso, ¿Por qué no podía ser la chica la que diera el paso? Ahora sé que por supuesto que la chica puede hacerlo pero con lo que no contaba yo era con que él se me adelantara en declararse pero para mi desgracia esa tarde en la que llegó corriendo a la puerta de mi casa lo único que declaró es que tenía que irse de Elche, iba a cumplir su sueño de ser futbolista.
Recuerdo el día en que le conocí, acababa de perder a mi madre en el supermercado y estaba a punto de echarme a llorar cuando un niño rubio mucho más alto que yo se acercó a mí, dejó a la Pau de cinco años sin palabras y eso no es nada fácil, aunque él solo tenía un año más que yo me ayudó como todo caballero hasta que encontré a mi madre, desde entonces nos volvimos inseparables; Saúl, Aaron y yo. durante años le había acompañado a todos los entrenamientos y partidos, estaba muy orgullosa de él, su esfuerzo y constancia eran envidiables por eso aunque me moría por decirle que le quería y que no quería que se fuera por nada del mundo no podía hacerle eso, por eso me centré en ser una buena amiga, le animé y le dejé marchar. Me comprometí a acompañarle al aeropuerto y así lo hice ese veintinueve de enero. Cuando ya se hubo ido me permití convertirme en un mar de lagrimas. Saúl acababa de subirse al avión que lo llevaría rumbo al Atleti muy lejos de mí.
Los primeros meses mantuvimos el contacto, hablábamos a diario y casi pensé que podríamos llevar nuestra amistad así pero no duró mucho, empezó a ser muy importante para el equipo y lo convocaron con la selección sub 21 y no podía venir en vacaciones, no me perdía un partido suyo y siempre llevaba su camiseta, él mismo me la había enviado meses atrás pero el contacto pasó a ser mínimo y empecé a pasarlo muy mal ni siquiera quería ver a Aaron, él me recordaba a mi mejor amigo, del que había estado enamorada desde que tenía uso de razón.
Y justo en ese momento en el que estaba decidida a olvidarme de él, volvió a llegar ese día, el veintinueve de enero, mi cumpleaños. Decidí que necesitaba pasar página y distraerme, mis amigas me habían preparado una fiesta como cada año pero esta vez iba a disfrutarla, claro que iba a echarle de menos pero esta vez no iba a claudicar era mi cumpleaños y me apetecía ir a esa fiesta, así que zanjé la discusión conmigo misma y me centré en descansar.
Rápido pasaron las horas y me dediqué a terminar de arreglarme, a las diez y media un coche me pasó a recoger y al los minutos llegamos a donde transcurriría mi cumpleaños, el local era preciso y estaba decorado lleno de globos y las mesas repletas de comida, todo comenzó genial; gritaron feliz cumpleaños cuando entré por la puerta y comencé a repartir besos y abrazos a todos los invitados, y echaba en falta a quien más quería ver, empecé a arrepentirme de haber ido cuando giré la cabeza y vi quien se encontraba allí di las gracias por haberlo hecho.
Un Saúl unos años mayor que la última vez que lo vi se encontraba frente a mí, nunca habíamos perdido el contacto del todo pero no lo había vuelto a ver desde que se marchó, aunque sabía que nunca lo había logrado a olvidar tampoco hubiera imaginado que actuaría así al verle, se me secó la boca y una manada me elefantes se instaló en mi estómago. Se acercó a abrazarme y ahí se torció todo. Me convertí en un mar de lagrimas.
Me abracé aún más fuerte al ilícitano y le susurré:
–No pienso separarme de ti otra vez.
Y desde entonces no lo he hecho y no me arrepiento de ello.Hola! Espero que te guste Preciosa mía, le he dado mil vueltas y creo que ha quedado decente, gracias por todo, te quiero angelbartra ❤️✨
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One shoot (futbolistas)
Historia CortaAbierto, si quieres disfrutar de una historia con tu crush solo pídela ❤️ Portada: @wolfiecindy✨