Eliza simplemente odiaba peinarse, y la cosa es que no solo le estaban cepillando el cabello, si no que con toda clase de lazos, peinetas y aceite hacia que cada pelo quedará en su lugar. En verdad se estaban esforzando para que Eliza asistiera perfecta a la cena con los Balmaceda. Valeria le ajusto el corsé y Eliza llegó a ver estrellas del dolor en su torso. Cada milímetro de su cara estaba maquillado. Valeria le estaba ayudando a arreglarse antes de la cena con los Balmaceda, mientras le contaba a Eliza sobre su futuro novio.
—Es muy guapo, tiene la piel muy suavemente y —suspiró—unos ojos miel que me encantan, unos músculos no muy marcados, pero es hermoso.
Eliza río. Valeria tenía toda clase de divertidas ocurrencias, ocurrencias con las que Eliza solo podía soñar, Valeria a diferencia de Eliza podía mostrar su interior, Eliza lo escondía a través de capas y más capas. A ella le aterraba, le aterraba que vieran lo que sentía, porque así podrían romperla más de lo que estaba.
—Bueno señorita, estoy orgullosa de mi trabajo, se ve realmente hermosa.
Eliza se miró al espejo, no se veía tan mal, su abultado cabello negro estaba controlado, caía en una hermosa trenza sobre su clavícula. El vestido violeta, formaba unas muy suaves curvas sobre su cuerpo. Y el collar, estaba usando sobre el escote circular ese collar, ese collar violeta intenso, era un pequeño dije sostenido por una delgada cadena de plata. Era hermoso, no solo por su exterior, si no por lo que le recordaba, a su amigo Albert, a que no era la única persona que desentonaba en la sociedad. Sacudió la cabeza volviendo a la realidad, para ella era muy fácil sumirse en sus pensamientos por mucho tiempo, y en este momento necesitaba estar concentrada, iría a casa de los Balmaceda.
Salió de su habitación y se encontró con su madre Alice, con su padre —Andreu Groweld—Era un hombre fino de cabello claro y piel pálida como fantasma, caminaba de una forma imponente, siempre se quería situar sobre los demás, se creía superior; y por último, Eliza se encontró con su hermanita Loreto, Loreto era simplemente hermosa, en todos los sentidos, tenía un alma dulce e inocente, un caballo rubio acalamerado, unos amables ojos azules y una piel con suaves pecas, siempre con una cálida sonrisa sobre sus labios rosados. La familia se dirigió hacia su auto, en esos momentos muy poca gente podía acceder a tener un auto y esa era una mayor razón para que los Groweld presumieran en cada oportunidad el suyo. En el camino a la casa de los Balmaceda se sintió una gran tensión, había algo que le estaban ocultando a Eliza, pero ella no creyó que fuera importante.
Al bajar del auto, antes de ir a la mansión Alice acomodo todos los detalles en el vestido de Eliza, Alice se veía bastante nerviosa.
Entraron a la casa y dónde los recibió Eduard Balmaceda.—¡Que bendecidos mis ojos que los ven!
Dijo este con una sonrisa tan perfecta que molestaba.Besó la mano de las mujeres y le dió la mano al señor Groweld.
Entraron al lujoso y grotesco salón dirigiéndose al comedor, y sentándose en torno a la mesa. Se acercaron los padres de Eduard. El señor Philip Balmaceda era un hombre de unos 60 años, de un gran bigote y un poco calvo, además de una gran barriga, a diferencia de su hijo, no era muy atractivo. Todo lo contrario, la señora Amalia Roofte, madre de Eduard, era una bella dama de cabello castaño y ondeado hasta los hombros, piel brillante y unos ojos celestes hielo, rodeaba los 50 años y a pesar de los años seguía viéndose fina y hermosa, al parecer Eduard había sacado todos sus rasgos de su madre.—Por favor, siéntense
Dijo el señor Philip señalando las sillas de roble.Ambas familias se sentaron entorno a la mesa, mientras las criadas les llevaban deliciosos platillos.Una de las criadas sin querer se le cayó un poco de vino al suelo en lo que el señor Philips abrió sus ojos como dos grandes pelotas.
—¡Más cuidado por todos los santos!—Exclamó este.
La criada tartamudeo palabras de disculpas.
-Estas sirvientas de hoy en día, cada vez más inservibles.—Murmuró el Señor Groweld jugando con la copa de vino.
—Limpia y retirate, el suelo que ensuciaste será descontado de tu salario.—Dijo el señor Philips escupiendo.
La criada, con los ojos enrojecidos limpio el suelo y se marchó con la cabeza baja.
—Uno las saca de su miseria, les da un trato decente a esos animales y así te pagan.—Dijo el señor Philips con una mueca de asco.
—Ay padre, mejor cambiemos de tema, no hay que amargarnos por una sirvienta.—Dijo Eduard.
La madre de Eduard—Amalia—sonrió dulcemente y se dirigió a Alice.
—¿Y Eliza ya está comprometida?
Eliza, que estaba bebiendo un vino muy suave, se atragantó con este al escuchar la palabra comprometida.
—No, en realidad estamos esperando un marido ideal, María Eliza no salió rubia, pero es increíblemente bella, algo... Exótica. Además mi hija es increíblemente culta y es también muy ordenada y perfeccionista, será una ama de casa increíble.
Eliza tenía que aceptarlo, su madre se estaba esforzado en dejarla como un buen partido para ser una esposa perfecta, aunque sabía que había omitido muchas cosas.
Eduard se enderezó orgulloso y sonriente
—Querida familia Groweld con todo mi aprecio, les quiero pedir la mano de su hija, María Eliza.—Eduard se levantó de su asiento y se dirigió a Eliza, arrodillándose frente a ella y sacando un anillo con un gran diamante y colocandoselo en el dedo anular.—¿María Eliza Groweld Electi, te quieres casar conmigo?Eliza se puso pálida, y abrió la boca, dejando un caos.
—No, no me quiero casar contigo***********************
Chan Chan Chaaaaaaaan
Perdón perdón perdón por no subir capítulo antes, los exámenes me están matando y a penas he tenido tiempo para administrar la cuenta.
Sta Eliza es toda una loquilla XD.
Tendrán nuevo capítulo la próxima semana y probablemente en el siguiente o en el siguiente siguiente (? Habrá un poco más de fantasía uwu.
¿Qué opinan de Eduard?
En lo personal me cae muy mal pero tal vez a alguno de ustedes les agrade \(•_•)/
Juli se despide
Baaaay
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Magia y Fuerza (PAUSADA)
Fantasy¿Estas dispuesta a sacrificarte por quien amas? La vida de Eliza era simple, y con un futuro ya escrito, pero le arrebataron a quien más amaba: su hermana. Se vió obligada a internarse en un mundo de criaturas extrañas, guardianes, espíritus y magia...