Nunca me olvides

Capítulo 10

Estaba sentada en una banca, sola como alma en pena, la única lámpara que alumbraba la calle se prendía y apagaba constantemente y en algunas ocaciones me quedaba a oscuras por varios minutos, se escuchaban ruidos extraños en la calle y casi no pasaban personas o coches, vi como una bolsa de sabritas iba siendo arrastrada por el aire y no se porque pero eso me dió mucho miedo, parecía una película de terror nada mas faltaba que por el callejón de enfrente saliera el payaso Eso con un cuchillo y me quisiera matar o peor aún comer, creo que tengo que dejar de ver tantas películas de terror.

No tenía ni la menor idea de en donde se encontraba Luke, desde hace una hora que se había ido a buscar un lugar en donde podríamos pasar la noche después de que por su culpa nos echaran del camión y nos dejarán en el pueblo más tenebroso que existía.

Todo había sido por la cerda esa que compró, todo el camino la estuvo apriete y apriete y de ella salián horribles y ruidosos "oinks", yo se que él lo hacía para molestarme peor no solo me molestaba a mi si no que también a los demás pasajeros ya que no los dejaba dormir.

-Si la aprietas una vez más te juro que te mataré- nos había dicho un hombre musculoso y con muchos tatuajes en el cuerpo, sentía que en cualquier momento iba a sacar una navaja y nos iba a apuñalar.

El tonto de Luke, que digo tonto, estúpido de Luke, la apretó enfrente de su cara y sonrió maliciosamente, el hombre musculoso se puso todo rojo como un tomate, le arrebató la cerda y le dijo al conductor que se parara o sino era capaz de quemar el camión, yo estaba muriéndome de la vergűenza y Luke solo miraba sorprendido, el camión se paró y el conductor abrió las puertas, el hombre tiró a la cerda afuera y volvió hacia donde estabamos sentados.

-Más te vale que te quedes calladito, o sino te voy a desfigurar esa cara de niño bonito.

Luke me volteó a ver con la boca en forma de O, yo solo lo ignoré y me quedé mirando la carretera.

-¡Te das cuenta que ese idiota me acaba de amenazar!- me zarandeó y yo lo miré irritada.

-Ya mejor cállate Luke o nos vas a meter en problemas.

-Juro que me vengaré- rodeé los ojos y saqué mi libro de Bajo la misma estrella.

-Por favor no te vayas a poner a llorar con esas tonterías- dijo obeservando mi libro, no le hice caso porque estaba más interesante la historia que él- no puedo creer que creas en esas cosas, las novelas románticas solo sirven para crear ilusiones en las mentes ingenuas de chicas como tú que creen que su príncipe azul va a bajar del cielo a rescatarlas montado en un unicornio- dejé el libro en mi regazó y lo mire a los ojos, esos ojos verdes jodidamente hermosos.

-Para empezar se distinguir entre la realidad y la ficción y se que eso nunca va a pasar, sin embargo espero que algún día llegue mi príncipe y no me refiero a uno que tenga un castillo o que monte un unicornio sino a uno que me respete y que me quiera como soy, se que eso es muy difícil pero la esperanza es lo último que muere- Luke rodeó los ojos - uno así como Augustus Waters, él si es un verdadero hombre- le dije alzándo el libro.

-Entonces quieres una historia de amor como la de Hazel y Gus ¿no?- me miró a los ojos y en ellos vi algo que no supe descifrar.

-La verdad es que me encantaría- nos quedamos mirándo por varios minutos hasta que ya no pude más y desvié la mirada.

-Talvez de tanto desearlo se te vaya a cumplir- ya no le pude contestar porque se puso los audifonos y cerró los ojos para dormir, me le quedé viendo, vi como su pecho se alzaba cuando respiraba, como le caía su cabello medio largo por la frente y como su barba comenzaba a salir, él era perfecto lástima que fuera un idiota.