5 - [Extra]

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-Aún no entiendo ¿cómo es que contruiste a un reploid tan complejo como Harpuia?- preguntó el reploid rubio.

-He estudiado un poco de robótica en mi tiempo libre. No solo me dedico a ser un delicado androide.- respondió el azulado con un tono juguetón.

Hubo un silencio, X decidió concentrarse en la extracción del ADN de Zero, mientras que el carmesí se ponía cómodo para no complicarle la tarea al castaño.

-X...- el rojizo llamó al azulado.

-¿Hmmm?- respondió.

-Dejame hacerme cargo de Harpuia.- pidió suavemente al reploid azul.

-Ya te haces cargo de él.- rió, continuando con su trabajo.

Zero levantó la cabeza del reploid azulado para mirarlo frente a frente.

-Me refiero a que quiero que Harpuia sepa que soy su... - la mirada del rojizo se desvió de la esmeralda del azulado.

Una sonrisa se dibujó en la cara de X mientras acariciaba suavemente las manos en sus mejillas.

-Creo que Harpuia piensa en tí asi. No creo que sea necesario repertirle lo que es evidente.- el reploid azul contestó dulcemente.

El reploid carmesí devolvió la caricia como un beso en la punta de la nariz del reploid azulado.

-Solo espero que algún día pueda escucharlo decirme así.- dijo para sí, el carmesí.

-Seguro lo hará.- respondió el azulado con un tierno beso en los labios del otro.

Zero tomó de la cadera a X y lo sentó en su regazo, plantandole unos besos a lo largo de su cuello.

-Zero...- regañó el azulado. -No podemos hacer eso, tenemos que traer a Harpuia aquí.-

-X, tanto tu como yo sabemos que esta es otra forma de entregarte mi preciado ADN.- sonrió pícaramente el rubio.

-Sí, pero eso involucra contaminación.- se quejó el reploid azul.

-Creo que podemos resolver eso.- sonrió para si mismo.

Sin dejarle tiempo para contestar al azulado, el rojizo lo besó apasionadamente.

Zero sabía que era la primera vez que el reploid azulado sentía eso... Realmente pensaba en entregarse totalmente a su relación para así olvidar todo lo negativo del mundo.

El carmesí también sabía que el azulado había estado llevando una gran carga en sus hombros desde hace mucho tiempo. Y por esa razón quería mimarlo un poco, solo por hoy, solo por un instante.

Por otro lado, X estaba totalmente en desacuerdo. Sí, el rojizo se atraía más que un imán a su armadura metálica pero aún así no quería sucumbir a los deseos indecentes.

El azulado claramente sabía que esta era una de las formas que el carmesí tenía para demostrarle su amor con cosas tan simples como su suave vaivén, los abrazos y las miradas entrelazadas.

Sin embargo como nunca antes había experimentado algo así se sentía extraño, la cantidad de emociones encontradas era inminente. No se sentía disgutado pero tampoco fasinado, se sentía feliz por el contacto pero al mismo tiempo triste por el hecho de había una posibilidad de que nunca lo hicieran de nuevo.

Al pensar todo esto, una solitaria lágrima corrió por las mejillas rosadas del castaño. Sus ojos entrecerrados por el placer trataban de encontrar la profunda mirada del rubio. El carmesí rápidamente correspondió la mirada, entregandole un beso en la frente al azulado.

-Veo que te molesta, me detentré.- suavemente susurro al oido del azulado.

-No, es solo que estaba recordando las veces que te perdí y me pregunté ¿qué haría si te perdiera de nuevo?- paró para ahogar un sollozo. -Y me respondí que tal vez ya no podría seguir siendo yo porque te amo mucho.- esta vez el llantó ganó.

-X, nunca te dejaría de nuevo ni porque mi vida corra peligro; volveré a la vida solo por hacerte feliz.-

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(Unos meses antes)

-Mamá.- gritó Harpuia desde una esquina del cuarto de X. -Si te tengo a tí, según los humanos, también tengo que tener un papá... ¿quién es?- preguntó expectante el niño.

-Es un reploid alto.- respondió el azulado mientras se llevaba una mano a la barbilla.

Harpuia asintió, esperando que su madre le describiera más a su padre.

-Y se parece mucho a tí.- contestó riendo.

-¿Algún día podré verlo?- preguntó de nuevo el pequeño reploid.

-Lo ves todos los días asi que no te preocupes.- rio de nuevo el reploid azulado.

El niño quiso preguntar otra cosa, pero la puerta se abrió revelando al reploid carmesí con una torre de papeles. Así que como pudo se bajó de la cama y corrió hasta donde se encontraba el reploid rubio.

-Mamá, me contó que tengo papá así que alejate antes que mi papi se de cuenta que quieres conquistar a mi mami.- gruñó el niño reploid.

-X, deja de meterle cuentos en la cabeza a Harpuia.- le dijo al reploid azulado.

-Solo le estoy diciendo la verdad.- respondió el reploid azulado mientras tomaba los papeles de los brazos de Zero.

-Si le dices eso al menos dile el nombre de su padre.- exigió el rojizo.

-Dile tú. Tú lo sabes también.- le contestó algo enojado.

Al final ninguno de los dos le dijo el nombre de su padre a Harpuia ya que se  la pasarón peleando toda la tarde.

---[Extra]---

The Perfect ChildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora