(1,2)

32 2 2
                                    

Los pasillos del Santa Clara estaban a rebosar,y este sería el último año que los vería así,mejor dicho que los vería.

Este era mi último curso estudiantil,y podría decir que estoy nervioso y con mucha incertidumbre. Añadiéndole mis ganas de salir del infierno de vida que llevo.

-¡Luís!-gritó Máx desde su casillero el cual se encontraba un poco lejos del mío,ya que él iba a un curso inferior por el motivo de haber repetido el año pasado.

-Hey Villaba...-me paré en seco en su dirección,el rubio tenía un lío con los libros-¿qué?¿una relación dura con los libros?-emití burlón.

-Ahahaha-rió falsamente-qué chistosito te has levantado hoy, y sí, espero poder separarme de esta lacra el año que viene.-miró al suelo, sabía que tenía ganas de irse alguna universidad de deportes...

-Si te esfuerzas, llegarás-le di una palmada en el hombro.

-Eso espero, llegar...eso es lo únic...-se le cortó la voz, miré hacía la dirección que miraba como un tonto, ah sí Martina.

La castaña portaba el uniforme de la escuela con la única diferencia que portaba un lazo distinto al que llevaban la mayoría de chicas del Santa Clara, iba distraída y buscando a alguien...
Volví a mirar a mi mejor amigo, y seguía embobado en ella.

-Eh, eh, ya para machote, pareces un baboso-intenté no reírme pero la cara de Máx era de un tonto ilusionado, no sabía disimular, era tan transparente que cualquiera que lo mirara sabía que por donde pisaba Martina, él besaría ese suelo.

-Lo,lo si-si siento Luís pero es ella.-su boca se abrió con admiración.¿Desde cuándo había cambiado tanto Máx?

Hace un año era el chico más mujeriego y sin expectativas de toda la secundaria, pero algo le cambió las ideas, y Tina tuvo algo que ver con eso.

Le di la espalda al amor platónico de este, y lo cogí de los hombros, su cara era un poema.

-A ver Máx, céntrate, no puedes mirarla como un tonto cada vez que la ves pasar, te afecta.Entiendo que te pueda gustar, y más desde el campamento pero no hay motivo para estar tan así, además pareces un acosador, no sé, para un poco o disimula un poco,sino también la puedes asustar.¿Okey?

Vi que Máx asintió,y respiré con tranquilidad.

Pero la vida quería darme un puñetazo en la boca cuando la vi.

Alejé mis manos de los hombros del rubio,y me fui hacia ella.

-Adiós,adiós eh-dijo en tono molesto e irónico.

Solo pude esbozar una pequeña sonrisa.
Y solo pude darme cuenta que mi cuerpo se movía por inercia.

La tenía a escasos metros de mí, iba con el cabello suelto y el uniforme de la escuela, como todas las muchachas, pero era diferente, ella era muy diferente a las demás.

-Oh, qué maldita puerta.-masculló contra la puerta de su casillero.-debería quejarme pero siempre será lo mismo...-suspiró fuertemente, y dió un topetazo a la caja metálica.

-¿Necesitas ayuda?-automáticamente crucé mis brazos, y ella se giró y me miró sorprendida. Mi voz sonaba segura pero por dentro sentía ebullir los nervios.

-Eh...sinceramente sí, este casillero es bastante difícil de abrir.-se mostró un poco tímida, pero subió la mirada hacia la mía y volvió a ser Belinda Cruz, la chica más valiente que jamás he conocido. - te lo agradecería Luís.

Deshice el nudo de mis brazos, me acerqué al casillero y ella a un lado miraba expectante mis siguientes pasos.

Intenté con varios esfuerzos y algunos minutos hacer que se abriera, podía sentir que mis dedos estaban flácidos y cuando sentía que ya no podía con la maldita caja se abrió, por fin.

No fui CapitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora