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Wonpil salió de su clase de piano para después ir a casa donde su madre lo esperaba.

Se puso los auriculares y camino lento por las calles sin prisa como todas las veces que volvía casa a pie.

Al cruzar por una calle se dio cuenta que habían abierto una nueva tienda de de juegos de arcade. Eso le sorprendía, ya que lo que ahora es un arcade antes estaba su árbol favorito donde le gustaba subir a la rama más alta y hacer su tarea de música.

Suspiró con melancolía, adoraba ese árbol, su aire siempre era fresco y le hacía olvidar un poco el resto de la ciudad.

Ya no había nada más que hacer, caminó por el paso de cebra cuando el semáforo de peatones marco verde.

10 minutos más a pié y entró a su hogar, su padre lo esperaba con la comida hecha. Comió pero dejó la mitad de comida como lo hacia siempre, odiaba sentirse lleno. Le agradeció a su madre y subió a su habitación y se puso a hacer tareas.

Su vida realmente no era tan impresionante, estudiaba por las mañanas y 3 veces a la semana iba a sus clases de piano.

Wonpil siempre ha sido un chico pacífico, no le gusta la violencia, no le gusta que las personas digan groserías, que sean unos abusivos. En fín. Desde los 13 años ya se había declarado homosexual pero esto solo lo sabe su madre y su mejor amigo Young Hyun.

Después de 2 horas de hacer sus deberes, guardo todo para estas listo el día siguiente.

Al día siguiente fue la misma rutina, despertar, bañarse, arreglarse, desayunar e ir a la escuela.

Pero cuando volvía a casa, algo llamó su atención el la tienda de arcade, entró a aquella tienda y vio a un chico de piel levemente bronceada, cabello negro y con un arete en la oreja derecha. Se fijó en el si no fuera por su torpeza, lo había golpeado con  su mochila y el chico perdió su partida.

- Y-Yo lo siento mucho -hizo un a referencia con un leve sonrojo en sus mejillas.

- Eres un idiota, tarde horas para llegar a ese nivel - aquel chico de cabello negro se levantó y se acercó a él menor amenazante.

Las manos de Wonpil empezaron a sudar, sus ojos estaban a punto de soltar la primera lágrima, estaba asustado.

Sintió una respiración en su hombro y una voz gruesa habló sin compasión.

- Será mejor que te largues de aquí antes de arrepentirme por no golpearte.

El pequeño Wonpil no se podía mover, sus piernas no respondían. El chico de cabello negro salió de aquel lugar, a los pocos segundos el menor volvió a reaccionar, salió de aquel lugar y llegó a casa lo más rápido que sus piernas le permitían.

Jamás había sentido eso, miedo. No quería volver a toparse con ese chico nunca más


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Primer capítulo y casi 500 palabras

Bye~

Sweet Boy •DoPil• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora