❝Cosmovisión paralela de acontecimientos, situaciones, relatos, chats, type of boyfriend y reacciones inverosímiles con Min Yoongi bajo mi mera adjudicación❞
‒ pedidos abiertos.
Ⓒ blendofcolour
[min yoongi;bts]
— Ve a hablarle. — su amigo lo miró. Él reaccionó instantaneamente y quitó la vista melosa que había estado situando por largos quince minutos sobre aquél despampanante vestido de noche que portaba la capitana del equipo de porristas del instituto.
— ¿Qué diablos?
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— Yo..— pareció pensarlo, incluso mordió su labio inferior interrogándose internamente sí debía dar el primer paso, pero cuando miró a su amigo frunció el ceño y sólo dijo: — Cierra la boca. —tensó la mandíbula. — Oh, vamos hombre. Haz estado enamorado de ella desde cuarto año. — No es cierto. Cierra la puta boca, Kim. — Si no le hablas, juro hacerlo yo. Diablos que esta noche está hermosa.
Suspiró pesadamente y sus gatunos ojos se mancharon de cólera, ¿Qué era esa repentina sensación en la garganta y en los puños que lo ponía tan austero y agresivo? Kim Namjoon lo llamaría celos, diablos. — Realmente quieres que te golpeé en la cara, ¿verdad? — Tranquilo, bro. Solo que como no te gusta, ahora Jung irá. — Llegas a ir allí pequeño idiota y te romperé los huevos, ¿Está bien? — Diría que hoy nos hemos levantado con el pie izquierdo, pero mejor decir que nos levantamos como perras.— río Taehyung, bebiendo de su vaso. — Cállate y consíguete un buen polvo. — siempre sucedía lo mismo, no podía controlar su estúpida bocota cuando de Sveth se trataba. — Par de imbéciles. —murmuró.
Él sabía que todo era parte del juego, pero no podía ser racional cuando tenía aquella vista tan despampanante merodeando por su campo de visión, llamándolo.
Nam río y lo calmó. —bien, lo que tú digas. Ahora, ve y háblale.
Él giró y posteriormente entornó los ojos, lanzando un par de maldiciones mientras colocaba sus manos en los bolsillos de su chaqueta y se dirigía hacia la barra, dónde permanecía Sveth adherida a un despampanante atuendo que pronunciaba sus latinas curvas. Tragó duro y ni siquiera maldecir con escoria a quién estuviese a su lado hablándole mientras ella sorbía de la pajita con total desinterés podría evitar sentir ésa minúscula vertiente repleta de celos y cierta sensación de augurio. Por qué Min Yoongi era un perdedor comparado con cualquier tipo que se cruzará en frente de Svetlana, él no le llegaba ni por asomo a los talones. Tampoco consideraba que los demás apocados descerebrados que se le acercaban eran un buen partido para ella, pero ¿Cómo podría quejarse sí él no lo era?
Miró otra vez hacia atrás, en dónde se situaban sus jodidos amigos y dio un paso para retroceder, hasta que algo tocó la tela de su traje y sintió un leve uña deslizándose con sensualidad sobre la tela, apretada contra su piel.
Está bien, él era malo para las charlas y para el coqueteo. Absolutamente malo para ello.
— No pensé que vendrías. — ¿Ella esperaba que él llegara? No pudo decir nada, parecía atacarlo con violencia la forma en la que su belleza se manifestaba cerca de toda su fisionomía. — ¿Ibas a hablarme? — él río por lo bajo, evadiendo su mirada, sus ojos venucinos. Adoraba la forma directa y sin rodeos que tenía para decir sus cosas pero eso le quitaba toda las capacidades de llevar la delantera y evitar esa sensación de inhibición que tenía con tan despampanante mujer.
