La Chica Problemas.© [Los Hollend #1] (Pausada)

Capítulo uno: Fredderick High School.

Capítulo uno: Fredderick High School.

03 de Octubre del 2016, Xifel.

Kyle.

Camino con tranquilidad por el pasillo mientras estiro mi cuerpo en un intento de alejar toda esa flojera que me embriaga, las hilera de puertas de las habitaciones principales me dan la bienvenida. Paso por la de Keith y sus ronquidos se escuchan hasta afuera.

Pobre Kelsey que tiene que dormir al lado de esta cosa.

Golpeo la puerta con la fuerza necesaria para callar sus ronquidos abruptamente, se escuchan pasos y mi hermano abre la puerta con cara de querer matarme. Su cabello castaño oscuro es un desastre, sus ojos somnolientos me miran mientras se pasa una mano por la cara, tiene el rostro hinchado dando más que entendido que todavía estaba dormido y que no tenía intención alguna de levantarse para ir al Instituto.

—¿Se te ofrece algo, hermanita?—La manera en la que trata de no ahorcarme me da risa, pero la reprimo. Miro hacia arriba, mi hermano es mucho más alto que yo, y lo miro con total seriedad plasmada en mi rostro.

—Como la hermana del medio que soy, y haciendo uso de mi inmensa solidaridad por los demás, lo cual me hace ser más jodidamente perfecta de lo que ya soy...

—Al grano, Kyle.—Dice Keith interrumpiendo mi discurso sobre lo genial que soy con un gruñido que me saca una sonrisa.

Como amo sacar de sus casillas a mi hermano.

—Como te decía antes de que tu mala educación me interrumpiera, te solicito como excelente alma caritativa que dejes tus ronquidos que se escuchan en todas las ciudades de Güills...

—No seas exagerada.—El se apoya del marco de la puerta mientras cruza sus brazos sobre su pecho, está sin camisa así que todos sus tatuajes están a la vista.

—No exagero, ¿Como puedes decir eso de mí?—Me hago la ofendida. Y El premio para mejor actriz es para Kyle Hollend.—Exceptuando el punto de que tienes un jodido problema con los ronquidos de oso hambriento, necesitas moverte que llegamos tarde al Instituto.

Keith pone los ojos en blanco y cierra la puerta en mi cara, no pasa mucho para que vuelva a escuchar sus ronquidos.

Lo intenté, que en los libros de la historia se diga que Kyle Hollend intentó despetar al mastodonte que tengo como hermano.

Bajo las escaleras arreglando la estúpida coleta que se me deshizo, al llegar a la planta baja me encuentro con la figura esbelta de mi madre que me mira con una ceja enarcada.

—Se puede saber ¿Cuándo te vas a arreglar para ir al Instituto?—Pregunta con ese tono despectivo que me hace ignorarla y seguir de largo. Me encuentro con Kelsey ya terminando de desayunar y me da una sonrisa indicando que ya está lista para irnos.

Mamá se nos atraviesa con el mismo discuros de todos los años, cada que comenzamos un nuevo año escolar dice lo mismo de que tenemos que comportarnos bien y que dejemos los problemas.

Creo—no creo, estoy segura—de que toda esa charla motivacional recae en mí, pero es que yo no tengo la culpa de que los problemas me busquen a mí.

Vale, ni yo me lo creo.

No es como si prestaramos mucha atención a lo que dice, simplemente asentimos con fastidio tratando de aminorar el tiempo de convivencia, en lo que termina de hablar nos dirigimos al garaje. Kelsey mira con asco a mi moto cuando subo en ella, fue un regalo de Keith cuando hizo su primer experimento científico el cual fue un éxito total por los resultados tan eficientes. Me subo a Gercha, mi queridísima motocicleta, mientras que Kelsey se va en uno de los autos familiares conducido por algún chofer de la familia.