4.-Ahora que es oficial.

1.2K 64 13
                                    

-¡Mierda!

La alisadora de cabello cae de mis manos y el manchón rojizo en mi piel arde como el demonio. Esta era ya la cuarta vez que me quemaba con el maldito aparato.

Intentaba que mis rizos rebeldes se aplacaran un poco pero todo parecía una misión imposible. Ruedo los ojos antes de desconectar la alisadora y guardarla de nuevo en el cajón.

-Puedo preguntar por qué tanto alboroto con eso, no es normal en ti arreglar tu cabello.

Miro a Mavis sentada en su cama, había pedido prestada su alisadora de cabello y había decidido quedarme con ella mientras trabajaba en alisarlo. Esta limando sus uñas en forma puntiaguda y les coloca esmalte negro.

-Es por la tonta clase de etiqueta mundial, tengo que ir con "propiedad"

La señorita O'Malley me había puesto un ultimátum con respecto a no permitirme entrar al aula si no llevaba algo adecuado y no peinaba mi cabello. Suspiro de frustración y tomo más crema para peinar y la aplico de medios a puntas.

-Linda, dudo mucho que esos tennis sean aprobados por el código de vestimenta

Instintivamente bajo la mirada a mis Vans clásicos de cuadros blancos y negros. Me encojo de hombros y me recojo el cabello en una cola de caballo y después la adorno con un moño rojo, tal vez eso sería suficiente para la clase.

-Le pedí a Rapunzel prestados un par de tacones. Los llevará para la clase

Y espero en verdad que con usar ese tipo de zapatos y el viejo blazer azul que llevo ahora sea suficiente para que me dejen tomar la clase.

-Escuche que ayer te pusiste mal -Comenta Mavis con una mirada interrogante.- Supongo que recibiste el veredicto.

Asiento y me exprimo un barrito en la barbilla. Limpio la mugre del barrito con mi lengua y busco más desperfectos en mi cara o cuello.

-Y supongo que no fue bueno.

-De hecho no. -Digo antes de sentarme en el suelo con mi espalda recargada en el borde de la cama. De pronto la cabeza de Mavis estaba junto a la mía, estaba de cabeza y su extraño flequillo puntiagudo se disparaba en todas direcciones.

-Y lo compensaste con una gran borrachera.

Suspiro una risa y recargo mi cabeza con la suya, suspirando el dolor que crece en mi pecho haciendo casi imposible respirar. La cercanía de Mavis me tranquiliza y aminora esa pesadez en mi corazón.

En cualquier otra situación, habría ido con Rapunzel por consuelo, pero esta era la clase de cosas que no podía compartir con ella. Punzie era la princesa perfecta, siguiendo al pie de la letra cada regla, cada decreto, cada protocolo.

Para ella, estar en mi situación no representaría ningún problema, sería una tarea más a seguir para ascender al trono, no podría darme consuelo ni consejo mas allá de solo decirme que me apoyaría en todo lo que necesitara para llevarlo a cabo y no para librarme. Jack por su parte me consolaba con silencio, y a veces necesitaba de palabras, Mavis era increíble con las palabras. Además de que se había convertido en un buena amiga, la única que había hecho dentro de la escuela.

La había conocido en el baño cuando huía de las clases de biología ya que no era capaz de disecar a una rana, Mavis estaba ahí por el mismo motivo y fumaba. Me agrado al instante. Compartimos un cigarrillo mientras conversábamos sobre la absurda escuela y nos burlábamos del peinado de la señorita Tribecca, la maestra de ciencias. Después de eso la cordialidad pasó a ser amistad y de vez en cuando intercambiábamos listas de reproducción en Spotify o vinilos de diferentes grupos y nos reuníamos cada viernes por la noche para ver RuPaul's Drag Race. Mavis era una amiga muy cercana, nunca como Punzie, pero podía compartir con ella cosas que con Punzie jamás podría por miedo a herirla o porque simplemente eran cosas que mi pequeña amiga rubia jamás querría hacer, como ir a un concierto de metal o visitar una gruta llena de murciélagos.

Un Real DesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora