6.- Amigos

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-Hola -dije al ver a Jack en la biblioteca, estaba leyendo un libro de Historia y tenía los auriculares puestos, cosa que le impide escucharme. Me siento junto a él y pongo mis manos frente a sus ojos. Él, en forma despistada, levanta la vista y rueda los ojos.

-¿Que? ¿Quieres interrogarme más sobre mi amistad con Merida y juzgarla?

Hago una mueca y rasco detrás de mi cabeza, aún no había tenido el tiempo de disculparme con él sobre ese incidente.

-Sobre eso. Lamento si dije algo malo. Entiendo que ustedes tienen mucho tiempo de conocerse y que tienen historia y todo eso...es solo qué. Ella me gusta Jack, mucho. Nunca había sentido esto por alguien y me preocupa que tal vez ustedes dos...

Él arruga el ceño inmediatamente y niega con la cabeza.

-Merida es mi amiga y nada más. La quiero, pero no como una novia.

-¿Cómo a una hermana? -pregunto con mucha curiosidad.

Él parece pensar la respuesta.

...

Un ligero escalofrío me recorre la espalda, y siento un ligero rubor en mis pálidas mejillas. Miro a Hiccup y sé que el podrá notar la verdad o la mentira en mis siguientes palabras. Así que me decido a decirle una verdad a medias.

-No, no como a una hermana. Pero te aseguro que no como a una novia.

Él parece sorprendido y un poco...decepcionado, pero no insiste más. Al contrario, extiende su mano y flexiona el puño.

-Entonces... ¿estamos bien? 

Chocamos los nudillos y con ese simple gesto cerramos este tema. Y me alegro por ello.

En términos de mi amistad con Merida podía decir que eramos unidos, no solo por el terrible secreto que compartíamos, sino por todos los gustos que también teníamos en común. El habernos acostado era solo una parte extra de nuestra amistad.

No me sentía orgulloso, y puedo asegurar que ella tampoco, pero nuestras aventuras no habían terminado en nuestra primera vez. Lo que había comenzado como un favor, nos había pervertido, nos había gustado, habíamos encontrado una parte oscura de nuestra alma que nos impulsaba a querer seguir haciéndolo, todo un verano completo.

Ella estaba feliz de por un momento no ser la princesa recatada y perfecta, que podía experimentar cosas que ante los ojos de su madre no era correcto. Yo, estaba lleno de hormonas y tenía mucha necesidad de probar cosas nuevas, no tenía cordura, ni pensaba con claridad, no podía ver mas allá del cuerpo de Merida y sus curvas.

Cuando me di cuenta de mis verdaderos sentimientos por Rapunzel y de que nuestras acciones me llevarían a lastimarla, decidimos ponerle un alto. Merida estuvo de acuerdo, en parte porque empezaba a aburrirse y en parte porque sabía que no íbamos a llegar más lejos y que frenarlo cuando aún era divertido era lo mejor. Después de eso, comprobamos que nuestra amistad se había vuelto más fuerte.

...

Había buscado por todos lados a mi chica de cabellos rojos en cada rincón del campo y no había dado con ella aún. Reviso mi reloj para asegurarme que la hora es la correcta, hace más de 40 minutos que había empezado la practica de tiro. Me rindo al darme cuenta de que no aparecerá esta tarde y camino por los jardines sintiéndome vacío por no haberla visto esta tarde.

Pienso en ir a buscarla por los lugares que se que frecuenta, el pub, la cafetería, la biblioteca pero borro esa idea de mi mente por lo terriblemente acosador que se escucha.

Después de un rato de caminar diviso a lo lejos a Jack que va junto a una chica de cabello rubio, ellos logran verme también y se acercan.

-Hola viejo ¿que haces por aquí?

Un Real DesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora