¡Imposible! ➳KatsuDeku/All Might

Epílogo.

Una luna de miel se escuchaba como algo increíble y especial. Una noche para ti y tu pareja, sin que nadie los moleste o tengan un tiempo límite; poder disfrutar del otro cuanto quisieran sin restricción alguna, con sus cuerpos más unidos que nunca, demostrándose el inmenso amor que sienten el uno por el otro y saber que, al siguiente día, esa persona no se irá, sino que permanecerá contigo por siempre. Pues, para llevar a cabo una buena luna de miel, debían estar los anillos de compromiso en sus manos, con el hermoso recuerdo de que te dio el sí, mientras lo haces sentir único en tu mundo.

Simplemente, algo perfecto. Y Katsuki por fin podrá experimentar todo aquello junto a su esposo, su Deku. Apenas terminó la boda, lo arrastró hacia el lugar donde sería su luna de miel. No iba a perder el tiempo, por supuesto que no.

Ahora estaba encima de él, entre sus piernas, con las sábanas de la cama desordenadas, desnudándolo poco a poco y tocando esa blanca piel como lo ha hecho otras veces, pero con más cuidado, sin querer pasarse ningún detalle de su cuerpo: sus cicatrices, pequeñas manchas, pecas, quería tocar absolutamente todo, aunque ya lo haya hecho miles de veces antes. Aquella vista del chico sonrojado y nervioso por los toques siempre lo hacía suspirar y sentirse en el paraíso, y era algo que solamente él tiene la suerte de ver y sentir.

Y claro, amaba más que nada las carcajadas de Midoriya, siempre sería agradable escucharlas, pero, ¿por qué se reía ahora? Repentinamente le daba esos ataques, y le confundían. ¿No que debía estar chillando por el placer que le da?

—¿Qué mierda te pasa?

Decidió preguntarle, dejando de lado su tarea de intentar quitarle sus pantalones junto a su ropa interior. Izuku miró hacia él, con una pequeña sonrisa.

—No es nada –soltó otra risita, mirando al techo nuevamente–. Es que la reacción de All Might por nuestra boda fue increíble, estuve aguantando la risa hasta ahora.

—¿Y qué tiene que ver eso? A mí no me causó ni un poco de gracia.

En efecto, nunca le gustó aquello que hacía el ex símbolo de la paz. ¿Qué se creía? ¿Intentar separar al maldito brócoli de su lado? Tampoco lo iba a permitir. Su amigo de la infancia le pertenecía; tenía su amor completo y no iba a perderlo por una rabieta de un vejestorio que creía ocupar lugar en su vida. Pero claro, sí que se rió junto a el peliverde aquellas tardes que las pasaban juntos y salía el tema. Sin embargo, no iba a recibir de brazos abiertos al mismo hombre que intentó alejar del amor de su vida.

No fue difícil darse cuenta de las intenciones de All Might, y si hasta Izuku se dio cuenta fue porque era demasiado obvio y ya.

Sabía, desde un principio, que Deku no era tan Deku para caer en ese tipo de cosas; sin embargo, le asustó, un poco. Toshinori Yagi era una de sus más grandes influencias, y daba por seguro que Izuku haría lo que sea por él.

Y digamos que igual se sintió dolido en ese momento donde le dijo que terminaran su relación, aunque fuera actuado. Lo sintió un poco real, y se alarmó como nunca. Por supuesto que fue una tortura no hablar con el pecoso durante casi todo el día, y solamente tener tiempo de estar con él unos minutos en la noche para reponer esas horas de no tocar sus labios y susurrarle palabras lindas. Y eso no duró tan solo unas semanas, cabe resaltar.

Pero, ¡por favor! Él era Bakugou Katsuki, alguien como él no tiene ese tipo de pensamientos negativos. Ya tenía por seguro que tendría a aquel peliverde esa forma: con un anillo, a juego con el suyo, en su dedo anular, presumiendole a todos los que decían que no durarían y disfrutando de esa noche, haciendo y deshaciendo su ser.

¡Pero claro! Jodido All Might.

—No lo sé –Izuku llevó su mano hacia el cabello de su esposo, dándole pequeñas caricias–. Me sorprendió que haya hecho todo eso. No se me ocurre lo que estuviera pensando.