Los aviones y yo no nos llevábamos bien, odiaba la presión en los oídos y como se sacudía en los despegues y aterrizajes. Desde que me decían que me abrochara el cinturón no me lo quitaba hasta que me decían que podía bajar. No podía negar que las vistas eran increíbles pero no podía aprovecharlas, eran más las molestias que beneficios, así que me ponía a dormir todo el vuelo y eso que dormir sentado no era muy cómodo.
Pasaron unas cuantas horas antes de que alguien me hiciera el favor de despertarme, me quite el cinturón y tome la pequeña maleta. Estaba tan cansada de los aviones que salí del aeropuerto lo más rápido posible, de allí había que tomar un bus por una hora, otra hora en la que podía dormir.
En esta ocasión fui yo misma que desperté. La ciudad seguía igual, las personas tenían un rasgo característico y era muy fácil reconocer a un extranjero. El bus me dejo en el lugar donde vivían mis abuelos, un pequeño edificio en el que la mayoría de sus habitantes eran personas de avanzada edad, excepto una chica que además de vivir ahí colaboraba con el cuidado de los abuelos.
Entre al edificio y camine directo al lugar. Me detuve en frente de la puerta, toque tres veces, mi abuela abrió la puerta y al verme no pudo contener las lagrimas y llamar de inmediato a mi abuelo.
-¿Cómo están mis abuelos hermosos? -Abrace a los dos lo más fuerte que podía sin llegar a lastimarlos.
-Llegas justo a tiempo -Dijo mi abuela lentamente -El sol se esta... ocultando y... estamos preparando la cena.
Me invitaron a pasar y me llevaron a la habitación de huéspedes para que me instalara y dejara mis cosas, pero solo deje la maleta a un lado de la cama y salí de ahí, presentía que si me quedaba allí sola iba a comenzar a llorar y después de eso nadie me podía detener.
Camine hasta la cocina donde estaban los dos, mi abuelo nunca fue bueno para cocinar pero aun así acompañaba a mi abuela y le ayudaba dándole lo que ella le pedía, ella le agradecía mucho por eso, a esta edad sus cuerpos no eran los mismos, los huesos y los músculos comenzaban a fallar.
Antes de que mi abuela terminara de cocinar, nos dijo a mi abuelo y a mí que fuésemos al comedor, nosotros le hicimos caso y esperamos allí unos cuantos minutos hasta que llegara con varios platos llenos de mucha comida.
-¡A comer! -Dijimos los tres al mismo tiempo. Yo sabía que desde ese momento comenzarían las preguntas y yo debía responder intentando no arruinar la situación.
-¿Cómo vas con tu Padre? -Pregunto mi abuelo. Comenzaron con la pregunta más difícil.
-Bien -Respondí secamente.
-Siempre quise que ustedes dos... se llevaran bien -Dijo mi abuela -Me alegra que... todo este mejorando.
-Hace mucho tiempo que no venias -Dijo mi abuelo.
-He estado un poco ocupada -Dije. No quería contarles que no había ido por que estaba intentando entrar a una academia de baile, esa era una de las razones por las cuales discutía tanto con mi Padre.
-Aun así -Continuo mi abuelo -Nos sentimos muy felices que estés aquí.
-No lloren, por favor -Les susurre a los dos que estaban con sus ojos llorosos -Ahora que tengo más tiempo, tenía pensado en venir a visitarlos más a menudo, cada mes o dos meses.
Seguimos cenando mientras ellos me contaban como era su vida en el edificio y como aquella chica los cuidaba todo el tiempo, me contaron lo felices que eran cuando los llevaba a pasear a un parque con un lago cerca de allí y que tenían pensado comprar un cachorro, pensé que era una excelente idea ya que se podían ocupar de algo más que no fuera su soledad o el dolor de espada.
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BTS - The Truth Untold (Continuamente actualizandose)
Fanfic"Me estaba jugando mi ultima carta... -Desde que tengo uso de razón solo recuerdo en mi vida perdidas, cada una de ellas se llevo una parte de mi, dejando solo lo que ves ahora, un cuerpo lleno de espinas incapaz de avanzar, soy una chica de pegamen...