La escena me fascinaba, me mantuvo metido en mis pensamientos, pensando en cómo el tipo del auto se ahogó en su propia sangre y yo no podía dejar de sonreír, me daba algún tipo de satisfacción ver el cuerpo sin vida de ese hombre sobre el auto.
—¡Rápido, la policía ya viene! —gritó Brian jalándome del brazo, interrumpiendo mis pensamientos.
Prendió la moto y nos fuimos a toda velocidad, sintiendo la adrenalina al punto máximo, el aire, todo se sentía tan bien; llegué a casa ya de noche y le conté a mi abuela que el trabajo nos quedó muy bien, que tendríamos un diez, seguro, pasamos un rato hablando de nuestras cosas y luego nos fuimos a dormir.
Pasaron dos días y no sabía nada de mis nuevos amigos del callejón, había perdido las esperanzas de que volvería a verlos, pero no me importaba, hasta que muy temprano en la mañana, recibí un mensaje de Brian.
"Hola Luke, queremos que hoy nos acompañes al entierro de nuestros amigos, sería muy importante para nosotros" Brian _ 8:28.
Lo pensé bastante y luego sólo respondí.
"Cuenta conmigo, dime el lugar y horario" Luke _ 8:42.
Horas después llegué al entierro y vi que había muchas personas llorando y gritando por la pérdida de estos dos chicos y yo sólo me quedé a un costado, observando cada situación, pensando cómo podían estar mal por esto, hasta que vi que Brian estaba junto a los demás sin expresión en sus rostros, vi que él levantó la vista y me vio, haciendo señas que me acercara a ellos, me uní a su grupo y esperamos a que todo terminara sin hablar.
Pasaron los años y me fui haciendo muy unido a Brian, nos hicimos mejores amigos, estábamos juntos la mayor parte del tiempo y corríamos los mismos riesgos, pero a pesar de vivir a mil casi todos los días, yo no dejaba de sentirme vacío, me faltaba lo que siempre ansiaba, ya que no podía reprimir más mi impulso de matar, entonces ya con 17 años mi segunda víctima se hizo presente; estábamos en la escuela y empezamos a hablar de lo que haríamos a la salida, ya que era viernes.
—Tenemos que ir a la fiesta en la casa del lago de Brenda, será genial —dijo Brian, sabiendo que yo diría de quedarnos en alguna casa a mirar películas.
—Sabes que no me gustan las fiestas —añadí mirándolo de reojo.
—Vamos, tenemos que ir, no puedes quedarte siempre encerrado, además sabes que siempre preguntan por ti —habló él y yo sólo lo miré, comenzando a caminar—. Oh vamos Luke, no entiendo como nunca le dices algo a las chicas, viven babeando detrás de ti y tu sólo las ignoras.
—Ya Brian, no molestes.
—Si no quieres que te moleste, acompáñame a la fiesta, dale, vamos a divertirnos.
—Bien, pero sólo cállate —sonreí yéndome sin volver a hablarle.
Llegué a mi casa y encontré a mi abuela cosiendo, mirando su novela favorita sentada en el sofá, la miré por algunos segundos y fui a tomar asiento junto a ella.
—Hola abuela.
—Hola Luke, ¿Qué tal la escuela?
—Como siempre, ¿El abuelo y Lauren?
—Fueron a comprar unas maderas para arreglar el granero, ya volverán.
—Ah bien... mmm hoy iré a una fiesta.
—Y ese milagro, tú a una fiesta, que bien por fin vas a comenzar a integrarte con amigos, y... seguro que te invito una linda chica a quien no pudiste decirle que no —me dijo subiendo y bajando sus cejas.
—Como crees, sólo iré para que no sigan molestando con que no salgo, bueno me voy a mi habitación un rato.
Entré en mi habitación y me tiré en la cama, quedándome dormido al instante, al despertar veo que casi era hora de la fiesta, entonces me bañé y vestí rápidamente con un jean, zapatos y una playera negra, saliendo rápido hacia la fiesta.
Al llegar todos estaban bebiendo, fumando y escuchando música muy fuerte, al extremo de casi dejarte sordo, empecé a dar vueltas buscando a Brian, sin saludar a nadie, no me interesa socializar con ninguna de estas personas, pensé, viendo que un grupo de chicas me miraron y sonrieron, por lo que caminé hacia el otro lado, seguía sin ver a Brian ni a ninguno de los demás y la música me resultaba insoportable. Salí hacia fuera y vi a dos tipos peleando, agudicé mi vista y vi que uno de ellos era Brian, estaba sangrando por la nariz.
—Sangre —pensé no pudiendo sacar mi vista de ellos, disfrutando de su pelea, disfrutando al ver como se golpeaban, como el otro golpeaba a Brian.
—¡Luke!, ¡Luke, ayúdame! —me gritó con desesperación.
Yo sólo miraba como era golpeado, como su sangre salpicaba el piso, como el piso era cubierto de ese hermoso color rojo.
—Si, sangra, sangra más —susurré sin poder sacar mi vista de toda esa sangre, entonces vi que el tipo sacó una navaja y apuñaló a Brian en su estómago.
Brian trató de correr hacia mí, pero lo volvió a apuñalar por la espalda, el tipo lo tomó de la camisa y de un golpe, hizo que Brian cayera sobre mí, me levanté muy rápido viendo como su sangre salía de su cuerpo y había ensuciado toda mi ropa, toqué su herida y disfrutaba de su dolor, el ver el sufrimiento en sus ojos.
—Luke... ayúdame —dijo casi en un susurro.
Sólo me quedé mirándolo, no podía hablar, vi que una chica muy linda se acercó a mí y me dijo que me levantara, ayudándome a hacerlo.
—¿Lo conoces? —preguntó sin dejar de mirarme, no me salían las palabras, sólo miraba mis manos llenas de sangre y el cuerpo de mi amigo en el suelo.
—Si, es mi amigo —pude decir.
—La ambulancia ya viene, no te preocupes —sonrió tomándome de la mano.
Me aparté de ella y recordé que el tipo que apuñaló a Brian había corrido hacia el bosque, por lo que comencé a correr detrás de él, sintiendo que la chica me gritaba que no me fuera, pero yo sólo quería que él también muriera, era mi oportunidad de matar a alguien, de sacar de mí, la adrenalina que tengo encerrada desde hace tiempo, necesitaba ver su sangre y sufrimiento.
Corrí lo más rápido que pude y lo vi, estaba cansado ya que la pelea lo había dejado exhausto, entonces vi que tropezó contra una rama, cayendo, llegue hasta él, tomé una piedra y la eleve sobre mi cabeza.
—¿Qué vas a hacer? —me dijo en forma amenazante, levantándose y tratando de apuñalarme, pero ya él no tenía los mismos reflejos.
Entre el cansancio y su forma agitada de respirar, noté que iba a ser una presa fácil, bajé con todas mis fuerzas la piedra sobre su cabeza, sintiendo como se rompía su cráneo, cayendo inconsciente, tomé su navaja y lo apuñalé incontadas veces, una y otra vez escuchando el sonido de como desgarraba su piel con cada puñalada, era increíble, me encantaba ese sonido.
Me quedé sobre él unos segundos y lo observé, respirando de forma agitada y sintiendo como mi corazón latía aceleradamente, vi que mis ropas estaban chorreando sangre, me puse de pie y caminé al lago sumergiéndome en el para lavar todo mi cuerpo, el agua se tiñó de rojo y en mi rostro se formó una sonrisa, cerré mis ojos y me di cuenta que mi vida mejoraría día a día.
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Oscuridad En Mi Mente
HorrorMi mente es un laberinto y aunque tome diferentes direcciones, siempre llego a un mismo lugar, al mismo sentimiento; Al deseo infrenable de matar, de hacer sufrir, no hay nada que pueda cambiar esto que siento, nada me hace más feliz que pensar en e...