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La tensión se sentía en el aire, Jungkook no podía evitar sentirse tenso y nervioso ante la presencia del castaño quien se encontraba hundido en su teléfono, aparentemente ignorándolo

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La tensión se sentía en el aire, Jungkook no podía evitar sentirse tenso y nervioso ante la presencia del castaño quien se encontraba hundido en su teléfono, aparentemente ignorándolo.

TaeHyung sonreía, a ojos del menor, con maléfica coquetería.

No podía dejar de pensar en sentir la tibia sangre que pronto probaría y tendría entre sus manos, de aquella inocente persona que, a su juicio, fue demasiado fácil ganarse su atención. Bastó con un ligero choque de hombros y una dulce disculpa, después de haber acechado a la muchacha que le dedicó una tímida sonrisa. Relamió sus labios al estudiar a la pobre joven a lo lejos, encontrándola tierna y dócil, como le gustaban.

La veía atender el mostrador de esa pequeña tienda de convivencia con entusiasmo, a pesar del evidente cansancio, pensando en que una palabra galante la desarmaría en sus manos. Su simple plan no podía fallar: chocar con ella para fingir preocupación para poder invitarla a salir como compensación, haciendo alarde de su melódica risa. Sonrió con suficiencia al ver que pronto cayó, planeando así cómo se divertiría con ella esa noche.

Por eso estaba sumergido en su móvil, contando el tiempo para poder alejarse de ese niño para ir a divertirse un rato.

Jungkook trataba de concentrarse en sus deberes, pero escuchar las pequeñas risitas que dejaba salir el castaño, lo tensaban, miraba de reojo al chico sumergido en su móvil, realmente no confiaba en él —¿A qué hora llega tú madre? — pregunta el castaño bajando su teléfono, dirigiéndose hacia el pequeño.

Jungkook no lo voltea a ver, sólo mantiene su mirada hacia su cuaderno —No lo sé, depende mucho de su trabajo— responde con una voz tierna llena de nervios y miedo. Taehyung asiente con la cabeza para luego sumergirse en su teléfono.

Su cabecita comienza a dar pequeñas pulsaciones, no logra hallar el resultado de las ecuaciones que les dejó su maestra de tarea, aun con miedo de acercarse a su niñero, se levanta del piso y se para a un lado de Taehyung. —Hyung, ¿podría... ayu-ayudarme con estas ecuaciones? — Taehyung mira de reojo al menor, dejando el móvil sobre su pecho para sujetar con fuerza las mejillas ajenas. Torció una sonrisa al verlo fruncir el ceño, pues estaba ejerciendo presión y causando que ese par de labios rojizos crearan un puchero. —Puedes hacerlo solo, niño. —

Jungkook cerró sus ojitos y escuchó la puerta abrirse haciendo que Taehyung lo suéltese y se levántese del sillón. —¡Mami! — grita al ver a la señora entrar con unas bolsas.



—Cariño— saluda dejándolas en el piso para observar al castaño quien se levanta con porte y una sonrisa —Siento la demora. ¿Kookie se comportó bien? —

—Aún es temprano, así que no se preocupe. Y sí,todo perfecto señora Jeon, el pequeño es muy obediente y tranquilo, sólo un pequeño accidente al bajar por las escaleras, no entiendo cómo se tropezó y golpeó su labio— Diciendo eso último, mira de reojo al menor, colocando su índice en los labios para indicarle que ni se le ocurra mencionar por qué tiene esa herida en su tierno labio.

—¿Kookie?— pregunta acunando entre sus manitas el rostro de su pequeño bebé —¿Qué tratabas de hacer?—

Jungkook tragó saliva, Taehyung se colocó atrás de su madre colocando una vez más su dedo sobre sus labios seguido de una mirada fría y amenazadora —Cuando iba bajando las escaleras me resbalé con mis calcetines, Hyung me ayudó... estoy bien mamá, no duele— responde alejando su carita y dándole una sonrisa.

—Debes tener más cuidado bebé— dice su madre con un dulce tono —Bueno, muchas gracias Taehyung por cuidar de él, creo que cerraré trato contigo— Jungkook abre sus ojitos con miedo. Taehyung sonríe y asiente.

—Con mucho gusto señora Jeon, debo retirarme, hasta mañana— se despide saliendo de la casa, dejando al menor con un miedo recorriéndolo.

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Esa noche era más gélida de lo usual, siendo cobijada por una fuerte lluvia que cubría armoniosamente las calles de Seúl y lavaba las manos ensangrentadas de un hermoso joven que observaba a una joven yaciendo sin vida.

TaeHyung limpiaba la sangre de sus dedos con lujuriosa lentitud, sintiendo aún la adrenalina excitando su sistema. Recrea una y otra vez cómo llegó a su cita, cómo la encandiló con su preciosa sonrisa y finalmente cómo la convenció para que fueran a un parque para estar a solas.

La hizo perderse con falsas palabras amables, de hipócrita coquetería, acallando su jovial rostro ilusionado con un fuerte golpe en la mejilla para tumbarla al húmedo césped. — ¿Qué... haces? —Dijo aterrada al verlo colocarse a horcajadas sobre ella. El golpe en su mejilla fue de lo de menos, pero sintió el miedo recorrerle al ver que el atractivo joven extraer una cuchilla del bolsillo trasero de su pantalón.

—Cállate. Será mejor que te relajes, sino tu carne se pondrá dura y eso me dificultará las cosas—. TaeHyung respondió en un tono suave. Pero a oídos de la chica fue horroroso, le helaba la sangre. Ella trató de forcejear, logrando por un minuto lanzarlo a un lado al golpearlo en la nariz. Trató de levantarse, pero TaeHyung la sujetó del tobillo. La joven gritó al sentir la cuchilla clavarse en su pantorrilla. —Te dije que te callaras y te calmaras—. Siseo entre dientes, amaba escuchar los fuertes gritos de sus víctimas, pero estaba consciente de que esa noche sería una excpeción.

Una torcida sonrisa apareció en su hermoso rostro, ensanchándose al hundir más la hoja de acero en la suave carne de la joven —Ahora sí, obedece. — Al mismo tiempo que TaeHyung cubrió la boca de la chica, le rajó con rapidez la pantorrilla. La sentía retorcerse de dolor, acelerando su corazón y haciendo temblar su cuerpo de gozo puro. No tardó en clavar la cuchilla en la otra pantorrilla, rajando hasta el tobillo. Le encantaba la forma en que la muchacha trataba de seguir luchando para irse. Eso lo enloquecía y le alegraba al punto de clavar la hoja de acero en la mano ajena, clavándola en la tierra. —Vamos a divertirnos.—



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Aquí andamos, espero que les guste y me dejen saber que les parece, se viene lo mero bueno. 

Mi niñero. -Vkook-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora