¡Dile ya, Jay! [Bruise/Jole] Ninjago.

Capítulo. 2.

—Wow... genial...—dice Nya en un susurro sorprendido.

—Lo sé—responde Jay con una pequeña sonrisa de autosuficiencia, mientras mantuvo la vista fija todo el tiempo en el aparato entre sus manos.

No era para menos, tenía que ser genial, Jay no podía contar cuantas horas había invertido en el proyecto, ni cuantas veces se vio a sí mismo corrigiendo algún detalle que pensó se le escapaba, y si no podía contarlo, ¡tampoco es como si fuese a hacerlo! Porque, cada momento de su meticuloso modo de trabajar valdrían la pena.

—¿Crees que esté listo para el viernes?

Pero hubo un detalle en su muy meticuloso modo de trabajar.

Aquello le había dejado sin tiempo...

Jay se remueve incómodo, haciendo a un lado las gafas de protección y dando una mueca nerviosa hacia Nya, deseando que ella no hubiese preguntado en primer lugar.

—Bueno, ese...—da una efímera vista a la batería en su escritorio, una vista dudosa y carente de toda la confianza de la que se había jactado hace apenas un segundo—, ese es el plan.

Nya se levanta de forma casual del escritorio, estira sus brazos y camina dos pasos antes de volverse hacia Jay y hablar.

—Bueno, más vale que lo hagas, ya todos cumplieron el plazo de su proyecto.

Jay frunce un poco el ceño, apartando los guantes de seguridad. ¡Ella no tiene que recordarlo! Ya lo tenía bastante en claro, y ya era presión suficiente para él, pero sabe que ella no lo hace con esa intención.

—Lo sé—suspiró cansado.

Acomoda la bufanda en su cuello, y no es como si esta le incomodara, solo es un gesto inconsciente, ese gesto que suele delatar el manojo de nervios andantes que era Jay.

Nya se vuelve hacia él con una sonrisa dibujaba en su rostro. Dispuesta a, de una vez por todas, echar a volar muy lejos la cuestión del proyecto a donde no pudiera molestarlos.

—Puedes trabajar en eso después, ahora, ¡hay cosas más importantes de las que hablar!

Jay teme a donde se dirige aquello.

—Ah...—se remueve en su asiento—, ¿ya tus padres te devolvieron las llaves de tu motocicleta?

Y tan pronto como una sonrisa se había dibujado en su rostro, un ceño fruncido ocupó su lugar. Jay ríe por dentro ante su reacción, Nya no es la única que puede sacar temas incómodos.

Ella ignoró su pregunta, volteando sus ojos.

—¿Con quien vas a ir al baile?

—No planeaba "ir" en primer lugar—enfatiza la palabra "ir" haciendo comillas con sus dedos.

Nya abre los ojos de par en par, mostrando incluso ofenderse frente la respuesta, pero la verdad es que sólo está irritada.

—¿Qué? ¡pero si es el baile de graduación! Solo tenemos uno en toda nuestra vida.

Él se encoje de hombros.

—Tenemos muchas cosas una vez en la vida, como tu primer día de clases—comenzó a enumerar—, cuando te sacan las amígdalas, tu primera bicicleta, tu primer videojuego...—hace una pausa para pensar—, ¡eso no lo hace especial!, no ves a la gente haciendo un alboroto—suelta cuando se queda sin ideas.

Pero ella está bastante segura de lo que él no quiso decir y había dicho de todos modos. Y esa sonrisa maliciosa delata su convicción.

—Dices eso solo porque no te atreves a invitar a alguien—se cruza de brazos.