Mierda. Mierda. Mierda. Sigo sin explicarme como es que voy en el avión rumbo a Canadá, odio esta maldita presión. Ni siquiera me he podido despedir de Alice, y mierda, es una maldita excusa que utilice para no venir, pero Scooter ha hecho que ponga mi culo en este asiento con chantajeo con marcharse, y es que, el muy puto sabe donde darme. Los miro a ambos con rabia y odio, tengo veinte malditos años y me siguen controlando como a uno de 17. Odio esta mierda.
No es que niegue de donde vengo, claro que no, pero digamos que la última vez que vine las cosas no terminaron bien. No solo me pelee con mis mejores amigos, al menos lo eran, Ryan y Chaz, sino que tuve un encontronazo con… ella. -Maldita sea, ¿Por qué me late tan fuerte el corazón al pensarla?- Así que, realmente lo último que quiero es tener que encontrarme con ellos. Ha pasado un tiempo desde entonces, y me hubiese gustado que pasasen años y años antes de tener que volver a verlos, al menos a ella.
Pero mi madre esta con el rollo de que necesito volver a casa un tiempo y pensar bien las cosas, en que quiero que se convierta mi carrera y si de verdad creo que merece la pena mi comportamiento. Pero es que, realmente me importa muy poco lo que otros digan. Ellos están convencidos de que venir aquí al menos durante tres semanas, al menos conseguí rebajar una semana, me hará recordar quien soy y quien quiero ser. Pero ¿ellos no entienden que yo lo se?
- Justin, ya llegamos- me dice mi madre
Sin responderle bajo del avión con ellos dos detrás y dos guardaespaldas, nadie sabe que estoy aquí, pero la seguridad nunca sobra. Cuando llega nuestro auto me subo atrás y sigo ignorando a mi madre, que parece bastante dolida con mi actitud. Pero es algo que ella se gano.
- Solo me quedaré hasta mañana, Justin- yo le miro fingiendo desinterés- solo he venido para asegurarme de que llegabas a tu destino- yo bufo y me pongo los cascos con la música a tope e ignoro lo siguiente que dice.
Cuando llegamos a casa, los recuerdos me invaden, recuerdo la ilusión que tuve de comprarle esta casa a mi madre cuando comencé a ganar dinero en esto, como ella lloro emocionada y yo me sentí orgulloso de lo que hacía. Recuerdo cuando cada vez que podía me escabullía de USA para estar aquí con mis amigos y hacer una fiesta, pero fiestas sanas, no como en las que me he acostumbrado a ir. Recuerdo cuando deje que… _______ decorará mi habitación y la puso de forma afeminada, pero que a ella le encanto tanto que me resigne y me quede con ella así.
Subo a mi habitación, no, ya no esta como ella la decoro, porque cuando lo dejamos lo primero que hice fue borrar todo recuerdo de ella. Me siento en la cama, donde tantas veces la traía a escondidas y le hacía el amor. El baño, cuando ella se metió mientras yo me duchaba y tuvimos el mejor sexo bajo el agua. Sacudo la cabeza, lo último que necesito es pensar en ella. Que resulto ser una maldita traidora, no se merece que piense en ella, no se merece nada de mí.
- Justin- me llama mi madre desde abajo, me asomo a las escaleras y la miro mirarme con una mano en la cintura- ¿a que esperas para recoger tus maletas?
- Pfff…, ¿para que tengo gente que lo haga por mi?- ruedo los ojos
- Te equivocas, Justin, estos chicos- señalando a mis guardaespaldas- se irán a casa de vacaciones, tú aquí serás uno más, no vas a tener sirvientes haciéndote todo.
- Pero…
- Nada, Justin- interviene Scooter- no te estamos aquí para que sigas igual que en USA, así que mueve tu culo hasta aquí y recoge tus cosas.
Refunfuñando bajo a coger la única maleta que traje, ignorando la mirada de mi madre subo a mi habitación y la tiro sobre la cama. Muy bien, parece que lo pasare estupendo aquí.