- ¿Justin?- yo la miro captando mi atención, ella me mira con el ceño fruncido y me abraza fuerte- ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?- me pregunta, y hasta el momento no me había dado cuenta que lloraba. - ¿Justin?- me habla suavemente, niego con la cabeza
- Estoy bien- susurro
- Pero…
- Deberíamos levantarnos- digo evitando el tema y me levanto de la cama separándome de ella- ya esta oscureciendo y tengo cosas que hacer- le digo serio, me visto y cuando me doy media vuelta para mirarla y salir, veo que ella sigue en la cama mirándome confusa y triste- ¿Qué pasa?
- No se, dímelo tú- responde seria
- _____…
- Pensé que estábamos bien, y te has puesto tan frío de repente
- No… yo… solo estoy confuso- resoplo con fuerza y me siento en la orilla de la cama, ella gatea hasta ponerse cerca de mi
- Lo siento- susurra- todo ha pasado tan de repente: tu y yo juntos otra vez y… ahora esto. Quizás no he pensado mucho en ti o en como te puedes sentir, yo solo… creí que pasaría, no lo se. Lo siento
- No baby, no tienes nada que sentir. Joder, yo… es que esto es duro de asimilar- digo y siento de nuevo las lagrimas en mi ojos- solo no… no quiero perderte, no quiero que mueras
- Bueno, pensemos que no es tan malo, desde el cielo te cuidaré.
- No- susurro negando con la cabeza repetidas veces y siento las lagrimas invadir mis mejillas como cataratas
- Justin, no debemos sufrir por esto, solo… disfrutemos del tiempo que nos queda ¿si? Vivamos estos días como siempre hemos querido. Solos tu y yo.
- Lo dices como si fuese tan fácil- digo bufando- pero en unas semanas, tú no estarás, ¿y que hago con todo esto?- pregunto señalando mi corazón- ¿con todo lo que siento por ti? ¿con los recuerdos? No quiero vivir recordando eso cada día, no quiero vivir solo de tu recuerdo, añorándote, pensando en que hubiera sido siguieses viva.
- Justin…
- No, _________. Entiéndelo, por más jodidamente cursi que suene; yo no quiero vivir si no es contigo
- ¡No digas eso!- me reprende y bufo
- ¿Y tu si me puedes decir que vas a morir, ah?
- Justin…
- No, joder… yo daría hasta mi vida por ti. Y ahora mismo, no dejo de pensar en que maldita solución puede a ver para que sea yo quien este mal y no tú.
- ¡Pero no es así!- me grita y llora- y maldita sea me voy a morir, y no hay nada que se pueda hacer. Deja de llorar y lamentarte porque no me haces sentir bien, Justin, me haces sentir… inútil, culpable. No quiero que me tengas lastima
- No te tengo lastima- digo entre dientes- ¿Qué no llore? ¡¿Y que coño quieres que haga?! Doy saltos de alegría, eh, ¡hago una puta fiesta por esto! - le grito exasperado moviendo los brazos de un lado a otro y cuando me doy cuenta estoy sofocado, con la respiración acelerada y esas malditas lagrimas siguen bajando por mis mejillas
- Creo que debería de irme- dice ella en voz baja
Se levanta de la cama, la veo vestirse en silencio, sin ser capaz de decirle nada, cuando me doy cuenta estoy solo en la habitación y saliendo de mi trance salgo corriendo detrás de ella y la encuentro bajando las escaleras, la tomo por el codo y le doy media vuelta haciendo que me mira y beso sus labios.
- Yo…
- No digas nada, no estoy enojada. Creo que necesitas tu espacio, un poco de tiempo para entender todo esto, solo… cuando creas que estés preparado búscame- yo asiento con la cabeza y rodeándola con mis brazos de forma protectora por la cintura vuelvo a besar sus labios
- Te amo
- Y yo a ti- dándome un pico sale de casa
No es hasta que pasa un buen rato cuando al darme la vuelta me doy cuenta que allí esta mi madre, quien me mira confusa, me acerco a ella y me siento a su lado en silencio, con la cabeza agachada.
- ¿Lo sabías, no?- le pregunto
- ¿Qué? Hijo, ¿Qué paso? ¿estabas llorando?- me pregunta y acaricia mi mejilla
- ¿Lo sabías verdad?
- Justin…- dice mostrándose nerviosa
- ¿Por qué?
- Hijo…
- Tenía derecho a saberlo, mama. ¿Desde cuando lo sabes?
- Emily me lo contó cuando llegamos hace unas semanas, quería decírtelo, pero no me correspondía a mi… era mejor que lo supieses por ella, que por mi u otra persona.
- ¿Y que hago ahora? - pregunto retóricamente, ella me mira con tristeza y abre sus brazos y no dudo en refugiarme en ella.