«· Mi Mejor Amigo ·» || Lee Felix🐱

25. Happy Chan & Minho Day

Hay momentos donde el mundo pierde sus colores, las cosas ya no parecen ser tan bonitas y ya no es emocionante estar bien acompañado.

Sin embargo...

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   Cuando estás con las personas indicadas, cualquier fiesta es increíble. Y definitivamente, Soo disfrutó en grande aquellas. Porque de hecho, aunque no fueron de un día para él otro, los cumpleaños de Chan y Minho fueron estupendos.

   A pesar de que el tiempo máximo que durarían en Jeju era de un mes, el grupo decidió que sería bueno y benefactorio para todos alargar su estadía en la isla.

   Tal y como nuestra querida pelinegro se propuso, los días se pasaron entre diversión sin muchos límites, tanto así que al tomar su jugo de uva no uso el portavasos —muy salvaje, ¿no?—.

   En cuanto al pelinaranja, no ha logrado su objetivo, sin embargo, ha actuado tan obvio como le sea posible, en realidad, más obvio de lo normal.

   Es tan cansado ver que los demás se dan cuenta de tus sentimientos, menos la persona que de verdad quieres que lo haga.

   Felix miró a lo lejos como Soo corría a la orilla del mar, las demás chicas iban en trajes de baño algo reveladores, mientras ella llevaba shorts y una camiseta. El pelinaranjo dudó un momento si ella se daba cuenta de cómo resalta más que las demás a pesar de estar más vestida.

   Soo, quien se percató de la mirada del único pelinaranjo a metros de distancia, giró la cabeza decepcionada al darse que cuenta que no la veía a ella, y es que, ¿por qué la vería?

   Soo se sentía extraña, es como estar desnuda en un lugar público, pero al revés.

   Inseguridades. Ella tiene tantas inseguridades.

   Pero...

   ¿Quién no?

   Con el tiempo aprendes a ver más allá de ellas, tal vez si Soo no se centrara tanto en ver los defectos de sí misma, se daría cuenta de los altos estándares en que Felix la ubica.

   Después de suspirar repentinamente decaída, la pelinegro se acercó hasta su mejor amigo. Quien fingió mirar a otro lado cuando en realidad saltaba de la emoción en su interior.

   —¿Qué ondis? —Saludó con una media sonrisa.

   —Todo bien, creo. —Se encogió de hombros mientras miraba como Soo se sentaba a su lado.

   —¿Y los chicos? —Iba a mirarlo expectante, pero volvió su miraba al mar al notar que tenía su vista en ella.

   —Fueron por comida —respondió sonriendo por su acción.

   —Estoy muriendo, Felipe. —Se frotó el estómago fingiendo dolor.

   —No seas exagerada. —Le apartó las manos de la barriga—. Y no me llames Felipe.