Mas Stony

Los errores no existen

Steve se preguntaba ¿Cómo había terminado inmerso en esta situación?

Se encontraba recostado contra el escritorio de la sala de juntas de la torre Vengadores, siendo acorralado por Stark, quien se estaba demasiado cerca para ser normal.

¡Sus entrepiernas se estaban frotando por la cercanía!

—S-Stark... Fue un error, yo... Yo no quería enviarte esa foto— dijo nervioso y sumamente afectado por la cercanía del menor y por todas las diferentes sensaciones y reacciones que le estaba generando a su cuerpo.

—los errores no existen, Steve. O podría meterte a mi amigo en las profundidades de tu delicioso y apretado agujero y pretender que es un error, mientras te hago mío y te escucho gemir mi nombre— le murmuró lascivo, mientras empezaba a recorrer el cuerpo del rubio y deslizar las diferentes cremalleras que componían su traje, mientras comenzaba a besar su pálido cuello y toda la piel disponible de un rubio Súper Soldado que no ponía ni una mísera pizca de resistencia al contacto, y además, que se mostraba muy receptivo y colaborativo con la causa del castaño.

—¡Tony, esto es un error!— exclamó separando al castaño solo un poco, intentando recuperar un poco de su autoridad y tratando de salvaguardar un poco de fuerza de voluntad y resistencia, frente a ese hombre que le enredaba los pensamientos y le volvía loco de maneras que no era, ni se sentía capaz de explicar.

—bueno, cariño, dejara de ser un error cuando te folle sobre esta mesa y luego le declare a todo el mundo que me perteneces, así que relájate y coopera. Hay muchas cosas que quiero hacerte, así que dejemos de perder el tiempo y empecemos a jugar— le dijo lascivo, deseoso y ansioso, para callar definitivamente sus palabras con sus labios y mantenerlo bastante ocupado por las próximas dos hora.

Cerca a la gran mesa, descansaba el celular del castaño, el cual estaba desbloqueado, abierto en el chat de WhatsApp, y dónde se veía una hermosa postal del trasero y el agujero expuesto del rubio.

La historia de esa foto era sumamente graciosa. Steve, un tanto incómodo, la había tomado con el fin de saber que era aquello que tanto le molestaba al caminar y que los espejos convencionales no le permitían ver, así que decidió tomar una foto en primera plana de su trasero expuesto, con tan mala suerte, que se la había terminado enviando a Tony.

Bueno, no todo era malo, gracias a ese error había cumplido una de sus mayores fantasías, y quien sabe, hasta terminaba en una relación con Tony; su amor secreto.