Miss Right [JEON JUNGKOOK] COMPLETA

~Capítulo 23~

Las clases estaban transcurriendo más lento de lo normal, JinYoung estaba sentado junto a EunMi quien anotaba todo en silencio, Jimin y él compartían algunas miradas preocupadas por la chica, por la mañana, JungKook había llegado primero y a los minutos después llegó ella en un auto, su hermano la había llevado a la universidad. Ni siquiera a Tae lo habían visto, cuando la tercera clase acabó, los alumnos comenzaron a salir, EunMi no tenía hambre por lo cual no iría a la cafetería.

— Me quedaré contigo—se ofreció JinYoung recogiendo su bolso mientras ella guardaba sus cosas.

— No es necesario, estaré en el jardín, nos vemos en la próxima clase.

— No voy a dejarte sola, EunMi.

— Quiero estar sola.

— Oye—tomó su mano—Soy tu amigo, me preocupo por ti, déjame quedarme contigo, ¿Sí? Me quedaré callado si eso quieres—le sonrió de lado. EunMi suspiró asintiendo.

La verdad es que ella no quería encontrarse con Jeon JungKook.

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JungKook estaba encerrado en uno de los cubículos del baño, sollozaba en silencio abrazándose con fuerza el mismo, no había dormido nada ni había comido, su madre no le insistió por temor a que él se enojara y sí, se sentía molesto, pero consigo mismo, no debió dejar que EunMi se fuera de casa, pero tampoco podía retenerla allí, mucho menos cuando ella misma le había dicho que no se sentía cómoda.

¿Así se iban por el desagüe dos años de relación? ¿Después de todo lo que pasaron? ¿Acaso estaban destinados a sobrellevar una relación en la distancia que en la cercanía? El mundo estaba mal, el destino estaba mal y estaba claro que JungKook estaba mal. Cuando detuvo el llanto salió a lavar su rostro, en el espejo se encontró la imagen de un chico agotado, herido, desanimado y sin esperanzas, él no quería obligarla a nada porque muchas veces se lo había dicho. JungKook no debió actuar así, ahora se sentía como un maldito monstruo, sollozó de nuevo sintiendo un fuerte dolor en el pecho, llevó su mano allí recordando la imagen de EunMi acostada en su cama con sólo las sábanas cubriéndola, recordó escucharla reír, verla sonreír, llenarla de besos, acariciar cada centímetro de ella, sentir sus caricias...

Por primera vez, Jeon JungKook sabía lo que era tener un corazón roto.

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En vez de ir a la cafetería prefirió irse a la biblioteca, allí el silencio lo calmaría o era lo que pensaba. Buscó el rincón más solitario y se sentó allí sin hacer nada, cerró sus ojos respirando profundo sintiendo el nudo en la garganta cuando los recuerdos de nuevo regresaron a él.

Por otro lado, EunMi miraba el césped recién cortado con aire ausente, su cerebro se había desconectado, ella también tenía unas ojeras bajo sus ojos, lucía cansada y JinYoung sabía que el nombre de ese problema era JungKook, miró su mano izquierda, esa donde la venda estaba, ¿Era normal que ellos sufrieran tanto? Quizás para cualquiera parecía exagerado, pero...nadie mejor que ellos lo entenderían.

JinYoung:
¿Has hablado con JungKook?

Jimin:
No vino a la cafetería, ni siquiera he visto a TaeHyung. ¿Cómo está EunMi? ¿Te ha dicho algo?

JinYoung:
Estamos sentados en el patio y no, ella está totalmente metida en sus pensamientos.

Jimin:
Intentaré buscar a Tae, si ves a JungKook...intenta hablar con él.

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TaeHyung devolvía algunos libros de su profesora a la biblioteca, la mujer de recepción los recibió dejando constancia de que él mismo los había entregado. Se sorprendió cuando localizó a JungKook sentado en un rincón con los ojos cerrados, sabiendo que él podía lanzarle otras maldiciones más se acercó igual, JungKook era su amigo, él hizo mal, lo admitía...pero no perdería su amistad por nada del mundo.

Se detuvo unos centímetros antes de estar totalmente cerca, su respiración era lenta dejando saber que el chico dormía. TaeHyung se sentó a su lado en la silla y el castaño dejó caer su cabeza en su hombro sin despertar, las horas de insomnio le estaban pasando factura, Tae suspiró acariciando su espalda, su mejor amigo estaba pasándola muy mal.

— Lo siento, JungKookie.

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EunMi esperaba que NamJoon pasara a buscarla, su estómago rugía un poco y ella se sentía débil. Esperaba cerca de la parada de autobuses, el día había sido un desastre por completo. Cada vez que cerraba los ojos se imaginaba los brazos de JungKook rodeándola, cuando el auto llegó, abrió la puerta sin percatarse que el chico que lo era todo para ella la veía subir y alejarse una vez más.

Quiero decir que todo este enrollo está pasando sin yo tener planeado nada, osea, todo lo que ustedes leen no sólo de esta historia sino de cualquier otra es espontáneo.

Lo que pase después no tengo ni idea, yo sólo escribo 😊