Miss Right [JEON JUNGKOOK] COMPLETA

Capítulo Extra 2/3

Todos dormían menos dos personas, estaban en el baño encerrados desde hace un rato, JungKook necesitaba algunas respuestas y EunMi debía explicarle lo sucedido, aunque era más que obvio, habían tenido relaciones y así resultó todo eso. Minnie dormía en la cama ajena de lo que pasaba, durante la cena ambos estuvieron muy callados, estaban realmente preocupados.

— ¿Cuándo lo supiste?

— Comencé a sentirme extraña, sólo eso, fui al hospital creyendo que era una gripe, pero no, estoy embarazada.

JungKook suspiró mirando la puerta cerrada del baño. Esa noche era obvio que no podrían dormir.

— ¿Y este eco fue...?

— Lo hice ayer—su esposo la miró ante eso—La doctora en Busan me había hecho la propuesta de un eco, pero me negué, no quería encariñarme, no quería...—suspiró mirando sus manos.

— EunMi—la abrazó rodeándola con sus brazos y ella comenzó a sollozar sin evitarlo.

— Escuché su corazón, JungKook, sus latidos son fuertes y constantes, él o ella está vivo.

El chico se imaginó la escena sintiéndose mal por no estar al tanto.

— Debiste decírmelo, pude acompañarte...

— Tengo miedo, voy a perderlo, lo sé.

— No, no lo harás, la historia no se repetirá—aseguró limpiando sus lágrimas—En cuanto lleguemos a Busan haremos todo lo que diga esa doctora, no quiero que hagas fuerza ni movimientos bruscos, debes estar tranquila.

EunMi asintió sollozando de nuevo.

— Estaba cuidándome, lo prometo.

— Shh—volvió a abrazarla—No llores, no estoy molesto contigo, por ahora no le digamos a nadie.

♥♥♥

— ¡Te atrapé! —Minnie saltó sobre la espalda de Minho quien cayó en la alfombra al instante por el peso. La niña sonrió divertida rodando a un lado y ambos quedaron junto al otro mirando el techo de la habitación.

— Tienes unas manitas muy lindas, Minnie—admitió apenado.

— ¿Enserio? —dejó ver sus manos pequeñas—Minho, las tuyas son más lindas, tú eres lindo.

— ¡No digas eso! —golpeó su brazo sin mucha fuerza y ella lo empujó quizás si con algo de fuerza— ¡Auch!

— Te daré un beso, Minho.

— ¡No! —comenzó a removerse mientras ella reía maliciosa intentando besar su mejilla— ¡No! ¡Omma! ¡Appa! —la empujó alcanzando a levantarse. Salió corriendo con ella siguiéndole.

— ¡Ven aquí, niño lindo!

— ¿Qué sucede? —escuchó a su madre, Daisy que estaba en la cocina sintió a alguien agarrar su pierna pidiendo con desespero que lo cargara.