8-Reencuentro

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No entendía como alguien puede ser tan intuitiva, Ahinoa apenas escuchó mi voz supo que algo estaba mal, insistiendo me preguntó dónde estaba y demandó que no me moviera de ahí que ella llegaría pronto. Eso me sorprendió tanto como el notar que estaba sollozando quería llorar pero ni siquiera sabía porque, no lo entendía, más bien no entendía nada que estaba pasando conmigo que demonios pasaba en mi vida.

-oh dios no estás nada bien- nunca note cuando había entrado a la pequeña cafetería de 24 horas

Limpie mis lágrimas y intente sonreírle para que no se preocupara más de lo que ya debía estar

-¿Yo..? Claro que no, si éste es el mejor día de mi vida- intente bromear con mi estado pero eso no le agradó mucho

Terminé contándole todo, la amnesia, los mensajes, la gente, absolutamente todo. Ella solo me escuchaba y debés en cuando hacía comentarios.
Terminamos de hablar bastante tarde 3a.m. y las dos ya llevábamos la segundas tasas de café, Ahinoa me propuso ir a su casa a descansar.
No quería llegar a casa o ver a alguien que se supone conociera a la verdadera Sandra.

Su casa era muy linda, pequeña a comparación de la mía, pero se notaba que era hogareño el lugar y de echo estaba un poco serca de la pequeña plaza. Entramos, se escuchaba la televisión en algún lado de la casa también estaba la luz encendida de lo que era creo la cocina Ahinoa me empujó para que siguiera caminando.

Ella estaba a punto de decirme algo pero su celular sonó interrumpiendo el intento.

-¿Que?- contestó con un tono molesto -si, no ella... Ash espera- dijo esta y me miro dándome a entender que era un asustó privado -Sandra puedes ir a mi habitación es subiendo la escalera la tercera puerta a la derecha- apunto a las escaleras

Recorrí la casa sola mirando todo lo que podía sin detener mi caminata, llegué a la puerta que me dijo y solo entré la habitación era simple de echo ni siquiera parecía de una chica, mire mi ropa y estaba toda sucia y tenía unos pequeños raspones en mis piernas «no creo que Ahinoa se enoje y me doy un baño» en la misma habitación había una puerta a lo que era un baño dentro tenía una toalla así que me desvesti y limpie mi cuerpo di una pequeña repasada a todas las cicatrices que tenía las del cigarrillo que están en el estómago la cicatriz de mi pierna y los moretes que ya están sanando me volví a poner mi ropa interior y salí «se que es malo estar así en una casa ajena pero no me iba a poner otra vez mi ropa sucia» cuando Ahinoa entre le pediré un poco de su ropa.

Entonces aún lado de la cama ví un marco con una foto en ella tenía a 5 personas de espaldas sentí que ya la había visto antes pero no estoy segura.

-linda vista, aún que sin las cicatrices estaría mejor- escuche una voz detrás de mí en la dirección de la puerta y me gire dando un pequeño gritó

Era el hermano de Ahinoa, estaba recargado en el marco de la puerta y no dejaba de mirarme así que me cubrí con las sábanas de la cama.

-tranquila he visto a muchas mujeres más sexys que tu- su comentario me había dolido pero lo deje pasar

-¿de que cicatrices hablas?- tenía cicatrices si pero de espaldas no se notaba

-las de tu espalda claro está- se acercó a mí dando vueltas a mi alrededor parando detrás de mí - aquí y aquí también tienes otra en todo ésto- estubo pasando sus dedos por mi espalda descaradamente indicando dónde se supone tenía cicatrices -mira no sé quién seas ni por qué tienes cicatrices pero que mi hermana menor salga a altas horas de la noche corriendo y después de unas horas llegué contigo no me da buena espina- me gire y sus ojos me miraban tan fijamente que me dieron escalofríos el chico era intimidante -y no me importa que seas una chica por qué aún que no lo parezca mi hermana es muy importante para mí- era su mirada y la cercanía lo que me provoco un escalofrío

¿Quien Carajos Es Sandra?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora