Matsuoka Rin (1)

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-El examen de inglés ha ido bastante bien. Claro que hay siempre ciertas excepciones...
Eso había dicho el profesor de inglés.
Y la mirada que había echado a unos cuantos de la clase, (T/N) sabía a qué venía. Sobre todo cuando esa mirada también la recibió ella.
Un escalofrío recorrió su espalda, mientras el profesor repartía los exámenes en distintas mesas.
-(T/A)-san. -el profesor Le tendió su examen.- Si trabajaras un poco más, quizá llegues a los 50 puntos...
(T/N) miró su examen.
35 puntos.
<<...>>
La (C/p) miraba su examen como si tuviera alguna enfermedad contagiosa y letal y luego pegó tal cabezazo contra su mesa que de ahí no se levantó hasta que tocó el timbre.
-¡(T/N)-chan! - Kou, su mejor amiga, corrió hasta su sitio, contenta. Al contrario que a ella, se le daba de miedo el inglés.- ¿Qué tal tu examen?
-Genial. Voy a enmarcarlo. -dice con una pequeña sonrisa.
-¿¡En serio!? ¡Genial, (T/N)-chan!
-¿A qué sí? Lo juntaré con los otros exámenes... En la pared de exámenes desastrosos que no deben ver mis padres... -Kou niega, desesperada.
-Ya bastante tengo con la racción de ironía por parte de mi Onii-chan cada día, (T/N)-chan... ¿Tan mal te ha salido?
-Depende de como te sientan a ti 35 puntos. -dice la chica sonríendo de forma tensa.
-¿¡35 puntos...!? Bu-bueno... No es tan malo...
-Guarda tus ánimos, no hay quién se los crea estando en mi situación, Kou... No puedo creer que el inglés me vaya a estropear la media de la preparatoria... -dice la chica, pasándose las manos por la cara.
-Sabes que alguien te puede ayudar, (T/N)-chan... -le dice la pelirroja con reproche.
(T/N) piensa.
-Yo creo que no. Haru aprueba raspado, Makoto está casi en las mismas que yo, Nagisa desistió hace ya tiempo con eso y Rei... Rei tiene muchas cosas que hacer Kou, él saca muy buenas notas en todo, no quiero ser una molestia y...
-¡No me refería a ellos, (T/N)-chan!
-¿Eh? ¿Entonces a quién?
-No necesariamente tiene que ir A Iwatobi...
(T/N) piensa durante unos minutos. Parpadea un par de veces y luego abre la boca, sorprendida e indignada justo cuando dan la hora del descanso.
-No.
-Pero... -comienza a decir la pelirroja.
-He dicho que no.
-¡(T/N), no seas orgullosa...!
-¡Dije que no y punto! ¡Caso cerrado! - la chica da un golpe en su mesa, simulando un juício y se pone de pie.- ¡Se levanta la sesión! -coge sus cosas y se marcha de clase con la pelirroja detrás de ella, reprendiéndola por su comportamiento infantil.

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-Vale... Entonces esto es así... Y luego compruebo la constante de calor... ¡Para que la reacción se lleve a cabo! ¡Sí! ¡La química nunca me falla! -(T/N) resuelve el último problema que le quedaba de deberes y cuando escribe y remarca visiblemente la reacción, estira los brazos.- ¡Por fin! ¡Terminéeee~!
Se levanta y va a bajar por las escaleras, cuando escucha ruídos en el piso de abajo.
El color de la cara se le va. Ella vive sola. Bueno, vivía con su madre, pero desde que su abuela se puso enferma, ella vive en casa de los abuelos, cuidándola. Como (T/N) estaba a punto de cumplir dieciocho años, no había problema en que (T/N) viviera sola, de vez en cuando su madre pasaba a verla, aún así.
La (C/p) va hacia su armario y saca de allí una escopeta sin cargar, una que tenía su difunto abuelo y que ella decidió quedarse. Ya no venden cartuchos de esa escopeta, así que es más de exposición que otra cosa.
De todas formas, ella la tenía para espantar a quién entrará en casa. Además de espantar, metía unos buenos golpes, se podía dejar tonto a cualquiera.
Bajó las escaleras con cuidado, mirando para el pasillo que iba hacia la cocina y al baño. El ruído se repitió, por lo que (T/N) adivinó que venía de la sala de estar.
Terminó de bajar las escaleras de forma sigilosa y se acercó a la sala de estar. Había tres siluetas.
Cogió si móvil y marcó el número de la policía, pero no llamó. Se encargaría de ellos ella misma, y si se complicaba las cosas, sólo tendrá que apretar un tecla.
<<A mi casa no entra ni dios sin invitación mía... >>
Se asomó un poco y se sorprendió con lo que vió. Se enfadó. Se enfadó mucho. Sí, la situación perdió todo peligro al ver de quienes se trataban, a no ser por cierta persona.
Sin hacer ruído se puso en la entrada de la sala de estar y apuntó con la escopeta hacia uno de ellos. Le dió para atrás al cartucho, lo que serviría para poner la bala en su lugar... Y apretar el gatillo. Pero como estaba sin cargar, la gracia de eso era el ruído que hacía.
Los tres integrantes se giraron, sobresaltados, y gritaron aterrados. Se juntaron entre los tres, protegiendo a uno de los integrantes, gritando y yendo hacia la puerta de cristal que daba al jardín, mientras le rogaban y le pedían a la (C/p) clemencia por sus vidas.
-¡QUIETOS! -les gritó (T/N).
Ellos obedecieron, totalmente mudos.
-Y ahora... -dijo (T/N) con su mejor cara de seriedad, concentración y enfado.- ... Vendría la parte en la que os pego un tiro en la frente a cada uno por entrar a mi casa sin avisar, sin permiso, ¡Y DÁNDOME UN SUSTO DE MUERTE! -tira la escopeta a un lado del pasillo y se lleva las manos a la cabeza.- ¡PENSÉ QUE ME HABÍAN ENTRADO A ROBAR, QUÉ SUSTO! -se lleva una mano al pecho y respira fuertemente.
-Bueno... -un ojos turquesa comienza a hablar, habiendo recuperado el habla.- Al menos ahora te acordarás de cerrar la puerta de la cocina...
(T/N) le mandó una mirada asesina a su amigo y colega Sousuke, y este tragó con dificultad.
-De ser legal matar, ya tendrías la bala dentro, tío. No me torees.
Decidió guardarse el hecho de que la escopeta no tenía balas. Solo por si a caso.
-¡(T/N)-chan, qué miedo he pasado! ¡No vuelvas a hacer eso! -le dijo Kou lloriqueando.
-¡PERO SI LOS QUE HABÉIS HECHO ALGO MALO HABÉIS SIDO VOSOTROS! -respondió la chica desesperada. Se frltó el entrecejo y dió el suspiro más largo de su vida.- Vale. Vale... ¿Puedo preguntar a qué viene vuestra tan esperada visita? -preguntó con ironía.
-¿No podemos venir a visitarte? -habló el azabache.
-Si no queréis acabar muertos, tocad el timbre de la puerta de entrada o llamarme si no oigo. ¿Sí? -Kou suspira y Sousuke sonríe, lo que molestó algo a la (C/p), pero en seguida negó, quitándose ese sentimiento.
-¿Y bien? ¿No nos vas a invitar a nada? Que mala anfitriona, por Dios, primero el susto gratuíto, y ahora esto...
Quién había dicho eso había sido un pelirrojo con dientes de tiburón que tenía una sonrisa socarrona en la boca. Una que sacaba de quicio a la oji-(C/o).
-Esta te la perdono, pero para la próxima, te invitaré a que te vayas de mi casa cagando leches. -le frunció el al pelirrojo y este solo sonrió más.- ¿Algo de beber?
-Agua helada, por favor. El verte con una escopeta y con una expresión cabreada en el rostro me ha calentado de sobremanera. Ha sido lo más sexi que he visto en años, fiu... -se abanica con la mano y el azabache se echa a reír. Kou le riñe visiblemente molesta.
Pero no tanto como la dueña de la casa.
-Ahora sí, Matsuoka, ¿¡DÓNDE HE PUESTO LA ESCOPETA!? ¿¡DÓNDE ESTÁ!?

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-Recordadme de nuevo por qué estáis aquí. -dice (T/N) más tranquila, sirviendo cuatro vasos de té y un bol con galletas.
-Hemos venido a verte. ¿No podemos venir a verte, (T/N)-chan? -Kou le sonríe y tanto Sousuke como Rin asienten, el primero con una pequeña sonrisa y el último con una sonrisa enorme, enseñando sus dientes afilados.
-Venís a pedir algo seguro. ¿Qué habéis hecho y qué tengo que solucionar? -pregunta la (C/p), mordisqueando la galleta.
-(T/N), no es nada de eso. -le dice el azabache.- Kou dijo que iría a tu casa. Me llamó y me preguntó si quería ir. No tenía nada mejor que hacer.
-Y yo me autoinvité. Hace tiempo que no te veo por la academia, y eso que Kou me ha dicho que ibas por allí a menudo con ella. ¿Cómo es posible? -pregunta el pelirrojo.
Ese cuarteto se conocían desde los siete años. (T/N) vino a Japón por primera vez, y no por una vuelta turística, si no para quedarse. Su madre y ella fueron a vivir al vecindario donde vivían Rin, Kou y su madre. En seguida se conocieron, básicamente, porque las dos familias eran muy parecidas.
A ambas les faltaba un miembro de la familia. Y las niñas de la familia tenían la misma edad.
Claro, que (T/N) era hija única.
Fue cuestión de tiempo que los pelirrojos se hicieran mejores amigos de la (C/p) , y poco a poco un azabache tímido pero con gran carácter se les fue uniendo.
Pero claro, las personalidades cambian. (T/N) pensaba que no, pero para ejemplo de ello, estaba el pelirrojo "dientes raros". Se había vuelto un arrogante, un descarado y, como se pudo ver antes, un maleducado. Ah, y un mujeriego, pero eso poco importaba. (T/N) poco a poco se fue distanciando del chico hasta tal punto de no querer estar con él para nada. Cada vez que lo veía, siempre recibía una buena racción de bromas pesadas, y ella no lo podía soportar.
-A saber. -dijo, ignorando a Rin.- Bueno, ¿y qué os contáis? -pregunta (T/N), más a Sousuke y a Kou que al otro chico. Algo que perfectamente notó el pelirrojo y le puso de malhumor.
-Nada especial. -comienza a decir el azabache.
-Qué sorpresa, Sou. -ríe la chica y Kou comienza a contar como le va en el club de natación.
-(T/N)-chan, ¿no te gustaría unirte?
-Puede que me lo piense. -dice con un sonrisa y Rin golpea la mesa de madera, alegre.
-¡Qué buena idea! ¡Así podremos vernos más! ¿Verdad, (T/N)? Aunque claro, perderías siempre en las carreras contra mí... -ríe.
Mientras que Sousuke intentaba aguantarse la risa, la nombrada lo miró neutralmente, algo que aprendió de su amigo Haru, y se dirige a Kou.
-Ya me lo he pensado, no me pienso unir. -dice con una sonrisa irónica, desanimado a Kou y poniendo de peor humor al dientes de tiburón.
-¡Oe! ¿Qué te pasa conmigo? ¿No me quieres cerca? ¿O es que no me quieres, así, a secas? ¡Es imposible no quererme, mírame! -se levanta y se acerca a su amiga.
-Claro que te quiero. -dice ella mientras come otra galleta.
Se hace el silencio en el sala de estar y a Rin comienzan a arderle las mejillas. Sonríe y se acerca más a su amiga.
-¿E-en serio? Vaya... En ese caso, yo...
-Te quiero dar un trompazo con la silla como te sigas acercando. A ver si dejas la tontería de una vez. -Sousuke ríe de nuevo y Kou mira a su hermano, algo decepcionada.
Al chico se le ha quedado cara de tonto.
-¡Oh, si se ha acabado el té! Iré a por más. -(T/N) recoge los vasos y sale del salón a ojos de un pelirrojo con el ceño fruncido y con el corazón destrozado.
Solo que eso no se ve a simple vista.
-Me encantan las contestaciones que te pega, en serio. -dice Sousuke a su amigo.
-Porque no son para ti... Dios, ¿¡no se da cuenta!? Que ciega está... Si tiene la misma vista que oído, no me extraña que se le de mal el inglés... -el pelirrojo se pone las manos en la nuca y se acuesta en el suelo, mirando para el techo.
-¡Para eso estás tú, onii-chan! -dice Kou, entusiasmada.- ¡Seguro que tu ayuda le irá muy bien!
-Sí... -dice el pelirrojo con una sonrisa socarrona y mirando hacia la puerta, esperando a que aparezca.- Y puede que no solo mejore su oído conmigo... Si no también su vista... -deja ver sus dientes de tiburón, en una sonrisa casi macabra.
Le tenía ganas a la chica. Demasiadas.
Es lo que pasa cuando se entra en el corazón roto de un niño de apenas, siete años. Sin saberlo...
(T/N) había arreglado ese corazón, lo había acunado y se había convertido en el primer y único amor de ese niño, que ahora tiene casi dieciocho años.

One shots Free! X (T/N) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora