Cuando despertó, Donghae abrió los ojos lentamente. Se encontró con el rostro dormido de Hyukjae frente al suyo, relajado y bello. Se quedó en la misma posición en la que estaba, enredado entre las piernas y brazos de Hyukjae, sintiendo el calor de su piel. Levantó una de sus manos y enredó sus dedos con suavidad en su cabello; acarició el puente de su nariz, y luego sus labios, entreteniéndose en el labio inferior un poco más de tiempo. Cuando volvió a ver los ojos de Hyukjae, éstos lo miraban con una calidez superior a cualquier hoguera. Los labios del pelinegro se curvaron en una sonrisa bajo su dedo y luego dejó un beso suave en él. Donghae enrojeció, mordiéndose los labios para frenar la sonrisa tonta que luchaba por aparecer en su cara.
—Hola —susurró Hyukjae.
—Hola —replicó Donghae.
Hyukjae se acercó a él un poco más, cubriéndolo con su cuerpo y besándolo en los labios. Las caricias y la intensidad subieron poco a poco la temperatura de sus cuerpos, y una vez más las reservas no tenían sentido entre los dos. Se entregaron el uno al otro hasta que otra vez se encontraron jadeantes y exhaustos a pesar de haber despertado hace tan sólo unos minutos después de una reponedora y confortante noche.
Una vez que Donghae reguló su respiración, giró su rostro hacia Hyukjae. Lo miró unos momentos antes de decidirse a hablar. Las cosas que sentía cuando lo miraba, y más aún cuando sus miradas se encontraban, le calentaban el corazón cada vez más.
—Hyukjae —dijo Donghae. El aludido lo miró y esperó a que Donghae continuara—. Si no es demasiado para ti... yo... —guardó silencio, mirándolo aún, y mordiendo un poco su labio.
—¿Qué cosa? —se incorporó sobre su codo para verlo mejor. Esperó.
—Me gustaría que fueras a mi casa hoy. Estarán Kyu, Min... y mi hermano, a quien quisiera que conocieras —soltó de un tirón. Se mordió el labio otra vez, esperando la reacción de Hyukjae. Estaba nervioso porque esa petición implicaba muchas cosas. Implicaba que Donghae esperaba junto a él un futuro prometedor. ¿Quería Hyukjae lo mismo con él?
—Por supuesto —replicó el pelinegro. Donghae vio las mejillas de Hyukjae enrojecer de a poco—, me encantaría ir a tu casa, y... conocer a tu hermano.
—¿De verdad? ¿No piensas que es un poco...pronto? ¿No es un poco rápido?
La risa suave de Hyukjae tiño de rojo las mejillas de Donghae. El pelinegro negó con su cabeza, como si no le hallara sentido a lo que Donghae decía, sobre todo al hablar de ir rápido cuando ellos se habían besado por primera vez en su segundo encuentro, y que en esos momentos, a una semana de haberse conocido, se encontraban los dos desnudos en una cama. Y muy cómodos, por cierto.
—Donghae —dijo Hyukjae pasando sus dedos por la mejilla del pelicastaño—. No puedo ir más lento si se trata de ti.
***
—¿Qué hora es, Kyu? —preguntó Donghae mientras se paseaba de un lado a otro.
—Temprano. Y cálmate —dijo Kyuhyun alzando un poquito el cuchillo que tenía en la mano. Sungmin y él rebanaban los ingredientes para la pizza—. Le dijiste que a las nueve. Son las nueve. Debe estar por llegar. Contrólate, no seas tonto.
—¿Quién es tonto? —llegó preguntando Henry con expresión divertida—. Si hablan de mi hermano, sí, es un tonto.
—¡Hey! —musitó Donghae, ofendido.
—¿Sabían que está saliendo con alguien? —les preguntó a Kyu y a Min, pero al darse cuenta de que ellos sí sabían y que seguramente tenían más información que él, rodó los ojos—. No quiere decirme quien es. Y por si fuera poco, me deja con niñera por la noche. —Resopló mientras hacía un gesto lánguido con su mano en dirección a Kyuhyun.
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Sweet winter
RomanceDonghae y Hyukjae son dos hombres que, presentados por sus amigos, se ven envueltos en una noche dulce y diferente. Ellos no buscaban exactamente el amor, pero descubren que es justamente éste el que les ofrece la mejor alternativa para encontrar ca...