Capítulo 40: Dios de la Guerra

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DISCLAIMER: NO SOY DUEÑO DE NARUTO, HINATA SÍ

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## Anteriormente ##

Hinata se sentó en el suelo tomando respiraciones profundas e intentando mantenerse consciente, cuando vio una mancha amarilla. Sonrió sabiendo muy bien quien era.

"Naruto-kun" dijo Hinata cerrando los ojos y abrazando la oscuridad.

## Ahora ##

Naruto casi tropezó mientras se dirigía a las tiendas médicas. Incluso para sus ojos entrenados los alrededores no eran nada más que un borrón por la velocidad a la que iba al sitio de la explosión. Los otros intentaron mantener el paso, pero solo los Dragones y Mei podían hacerlo e incluso ellos tuvieron problemas haciéndolo.

Naruto llegó a las tiendas de los médicos y no vio nada más que fuego. Las tiendas fueron arrasadas y solo un enorme cráter y fuego podían verse en su sitio. El corazón de Naruto latía a toda marcha mientras escaneaba los alrededores intentando encontrar a Hinata. Naruto sabía que estaba ahí y probablemente fue atrapada en la explosión.

"HINATA" gritó Naruto pero no recibió respuesta. Vio alrededor intentando encontrar cualquier signo de vida.

"Cachorro" dijo Kurama desde su mente. "Puedo sentirla... a unos metros al Este... no está sola" dijo Kurama y Naruto despareció. El rubio llegó a la ubicación que le indicó Kurama y encontró a Hinata reclinada contra una roca, inconsciente, algo que Naruto podía ver desde la distancia. En un instante Naruto estaba a su lado y justo a tiempo para bloquear una lluvia de shurikens que iban a caer sobre ella.

Naruto bloqueó todas las shurikens y vio hacia la dirección de donde venían, solo para ver a un shinobi que usó el Shunshin para escapar. Solo fue un atisbo, pero Naruto pudo ver que era una mujer y que estaba vestida como una médico... Nao, la había salvado cuando se infiltró en la fortaleza.

Naruto tomó a Hinata en sus brazos y la recostó con suavidad en el suelo. El rubio se inclinó, colocando su oído contra el pecho de ella y suspiró de alivio cuando escuchó un fuerte palpitar. Sus ojos se tornaron rojo con las pupilas rasgadas mientras usaba inconscientemente el poder de Kurama. Estaba furioso. En un momento hizo sellos manuales y luego, Kagura se encontraba en el reino humano.

"¿Me convocaste, Naruto?" preguntó Kagura y no esperó respuesta al ver la devastación y a la compañera de Naruto en el suelo. Las colas de Kagura comenzaron a brillar y a escanear el cuerpo de Hinata.

"Tiene suerte de haber sobrevivido a la explosión" dijo Kagura y Naruto no dio ninguna respuesta, simplemente viendo a Hinata. "Tiene algunas costillas rotas, sangrado interno, una contusión, probablemente por el efecto de la explosión y la roca contra la que chocó" explicó Kagura y Naruto asintió. Sus ojos se volvieron plateados,

"Camino Naraka" dijo Naruto y el Rey del Infierno apareció a unos centímetros de distancia. La boja del Rey comenzó a brillar de color verde y envió un rayo de energía hacia el cuerpo de Hinata. En solo unos segundos la respiración de Hinata se estabilizó y su piel quemada desapareció, siendo reemplazada por su perfecta piel.

Naruto sonrió mientras notaba que se veía mejor y dormía pacíficamente. Luego recordó lo que había sucedido y su ira se alzaba mientras deducía lo que Yagura había hecho. Enviar a uno de sus shinobis para eliminar las tiendas médicas. Era algo bajo, pero esto era la guerra, donde cualquier oportunidad debía tomarse.

Yagura había destruido las tiendas. Tiendas llenas con enfermos y gente débil, llenas de médicos y enfermeras que nada tenían que ver con la guerra y solo querían salvar a los que podían. Gente que había dedicado su vida a ayudar a los demás no merecía ese destino. El sitio donde el amor de su vida trabajaba. Había lastimado a su compañera e iba a pagar por todo lo que había hecho.

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