Cap 6

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Kim Hyun se alejo del cuarto del prisionero, su humor mas oscuro que nunca.

La sirvienta que encontró de camino a su oficina le hecho una mirada, palidecio, y agacho la cabeza, como si deseará que no la notora, cosita inteligente una lástima que estuviera demasiado alterado ahora mismo.

La agarro del brazo, ella se paralizó apenas respirando.

-Lena, ¿No? -dijo en voz suave, mirando su cabello rubio y su delgada figura, no era particularmente bonita, pero tenia labios tersos y suaves, sus ojos se fijaron en ellos, su mandíbula se tenso.

-Si -dijo mansamente levantando la vista para verlo por un momento antes de dejar caer la mirada, podía notar su pulso latiendo acelerando en la delicada base de su cuello. Tenia miedo de el o quizás estaba exitada, probablemente ambos.

En silencio, abrió la puerta de su despacho e ingreso, sabia que ella lo seguiría dentro.

No se equivoco, raramente lo hacia.

-Cierra la puerta -dijo.

La puerta se cerro tras el.

Hubo un momento de silencio, únicamente roto por el aullido del viento en el exterior y la rama de un árbol golpeando la ventana, hacia mucho calor en la habitación pase al helado clima.

No había calefacción en la habitación gris, pensó Hyun recordando el tembloroso cuerpo del niño. La falta de calefacción fue una decisión estratégica: generalmente los ''invitados'' que se alojaban en la sala gris debían debilitarse por el hambre y el frío, definitivamente no siendo mimados y alimentados adecuadamente.

La mandíbula de Hyun se tenso.

-Puedes irte ahora -dijo- O desnudarte.

Luego de una breve pausa, oyó el sonido de ropa crujiendo, tomo una profunda respiración, intentando relajar los hombros, no seria bueno dañar a la muchacha, mas bien podría gustarle....cuando no sentía ganas de romper algo, o alguien.

-Sobre mi escritorio -murmuro, no estaba de humor para preliminares elaborados. No hoy.

Estaba húmeda cuando embistió en ella.

Ella dejo escapar suaves gemidos mientras el la follaba, completamente vestido excepto por la cremallera baja, sus dedos aferrándole las caderas en un agarre castigador sus dientes apretados y sus ojos enfocados en la rabiosa tormenta de nieve exterior.

Apenas sintió que se corría, solo fue una liberación, un escape a su sombrío humor, no lo calmo en absoluto.

-Gracias amor -dijo después sacando algunos billetes de su bolsillo y colocándolos en el escritorio junto a la jadeante forma de la muchacha.

Ella sonrió aturdida, tomo el dinero y su ropa y se apuro a salir de la habitación.

Kim ató el condón y lo desecho en el basurero.

Dejándose caer en la silla, encendió un cigarrillo y cerro los ojos.

Blyad, maldita sea.

Incluso después de follar, aun podía ver los cabellos negros del muchacho y su suave boca color cereza, esa boca, era una mezcla entre la boca de un ángel y de una puta.

Quería romperla con su pene.

Lo había deseado desde el momento en que vio al chico en el restaurante por primera vez, completamente vestido para la ocasión e intentando jugar juegos de adultos sin conocer las reglas.

Hyun Joong no estaba acostumbrado a negarse lo que deseaba, siempre conseguía lo que quería, excepto que no podía follarse la boca del muchacho no podía partir esos labios con su miembro y ahogarlo con ella como su cuerpo deseaba.

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