Cap #11

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La silueta sobre la cama pareció dejar de respirar, poniéndose rígida ante el sonido de su voz.

Kim fruncio el ceño, el chico le tenia miedo, aunque no era ni inesperado ni completamente indeseado solo complicará las cosas, no podía dejar que Saeng le temiera demasiado, esta vez necesitaría....un acercamiento mas amable para alcanzar lo que se había propuesto luego de ver la reacción de saeng a su castigo.

La forma en que el muchacho se había aferrado a el, buscando su consuelo y confiando en el lo suficiente como para rendirse agotado al suelo en presencia hyun habia abierto nuevas posibilidades.

Ciertamente, había formas mucho mas simples, rápidas y menos retorcidas de hacer pagar Yul Heo pero esta podría aplastarlo si lo hacia bien, si hyun pudiera condiciónar a su único hijo de Yul, volver al muchacho completamente dependiente de el, entonces tendría las llaves lo que mas atesoraba Heo las industrias Heo, su orgullo y felicidad, Kim no estaba demasiado preocupado porque Yul no confiara en su hijo, si el chico no tenía idea sobre los negocios, mejor todavía.

Reten tus jodidos caballos, se dijo Kim, como decía el proverbio no debía colocar el carro delante del cabello, primero tenía que ganarse el afectó de saeng para que el plan funcionara.

Eso no iba a ser fácil, incluso considerando las inclinaciones sumisas de Saeng.

La verdad era, que Kim tenia dudas sobre el plan, no le gustaba lo que no podía controlar, y no pudo controlar sus propias reacciones esa mañana, cuando se había encontrado con los brazos colmados de un muchacho necesitado y tembloroso, consolarlo no había sido una decisión consiente, fue todo instinto, la sumisión de Saeng había jodido su cabeza, haciéndolo reaccionar instintivamente...como reaccionaria cualquier buen dom antes las necesidades físicas y emocionales de un sub, luego de una escena el problema fue el castigo que le había dado a Saeng nunca debio significar otra cosa que un simple castigo, el necesitado lenguaje corporal del chico después de ello, no debería haber desencadenó sus instintos.

Pero lo hizo.

Hyun no era ajeno a los juegos de dominación, obtenía cierto placer en los juegos de poder del día a día; aveces si el humor era el adecuado su cuerpo picaba por ello también, la mayor parte de la gente lo consideraba un hombre cruel y no estaban equivocados pero no era un amante cruel, nunca lo fue por supuesto no era un amante gentil tampoco, le gustaba rudo, le gustaba el subidon de poder que sentía cuando reducía a alguien en un cuerpo dócil, en un desastre sumiso (era mucho mas excitante que la violación o la crueldad  innecesaria por la que sentía inclinación alguna de su gente) pero cuidaba muy bien de sus compañeros sexuales. La gratificación sexual no era siempre el objetivo cuando estaba de humor para jugar pero normalmente la sumisión genuina de una mujer atractiva lo hacia querer follarla.

Kim nunca consideró que un hombre pudiera afectarlo del mismo modo y aun así este jovencito con sus labios obscenamente bonitos y su sumisión natural lo hacia y Saeng se encontro deseando hacerle cosas perversas por horas antes de enterrarse en el.

No lo había hecho, por supuesto. Aun le quedaba algo de autocontrol, pero ahora estaba siendo puesto a prueba de nuevo.

Saeng apenas respiraba aún, los ojos de Kim bajaron de la greña de cabellos hacia el tensó cuello del muchacho, bajando por su espalda vestida con su propia camiseta, al respingón culito perfecto y sus esculturales y tonificadas piernas.

Apretando los dientes, Hyun aparto la mirada y rodeó la cama.

Los ojos del chico estaban muy abiertos, sus rosados labios de cereza ligeramente entré abiertos, Saeng los lamio.

—¿Por qué estas aquí? -dijo jalando finalmente el borde la camiseta de Kim.

La mirada del castaño siguió el movimiento, se sentó en la cama a meras pulgadas de la cabeza de Saeng.

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